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Lo que JiMin también disfrutaba, después de los juegos en línea, era bailar.
La música sonando de fondo inundaba la soledad en aquel salón de ballet.
Había descubierto aquel lugar por accidente, después de haber huido de un fantasma que quería que le prestara su cuerpo para 'hablar' con su ex pareja, aún viva.
No sabe cómo, pero terminó llegando a este salón de ballet abandonado, y desde entonces, venía en sus momentos libres, a bailar un poco.
Siempre le encantó la danza contemporánea, pero su amor por actuar ganó. Y aunque fue difícil, y perdió el apoyo de sus padres, pudo lograr lentamente, su sueño.
E incluso, había conocido a su mayor admiración, Min YoonGi.
Y hablando del Rey de Roma, habían pasado unos días desde que su hyung había viajado a Japón, para las escenas principales de la película en la que JiMin estaba participando.
Extrañamente, le hacía falta su presencia. Se había acostumbrado a ser observado por el pelinegro, la mayor parte del tiempo.
"Oye humano, no te cansas?" Y, ahí estaba otra vez, ese pequeño fantasma si que era insistente. "Puedes por favor..."
"No te voy a pedir eso humano, sólo quiero que..." JiMin observó al joven frente él, tenía una gran mancha de sangre en su rostro, y raspones horribles en el hombro y brazo derecho.
"¿Qué?" indagó él, masajeando su hombro.
"¿Puedes escribir una carta y enviársela a esa persona?" pidió después de guardar silencio.
"¿Solo eso, una carta?" alzó una ceja. "¿No quieres tomar mi cuerpo?"
El fantasma siseo, virando los ojos -literalmente- mientras negaba.
"Solo quiero despedirme como es debido, no pude... No pude decirle que su regalo de cumpleaños estaba en mi casillero... Quiero que lo recoja. También quiero, por última vez, decirle que siempre lo amé, mucho, muchísimo."
JiMin guardo silencio, sopesando los pro y los contra, hasta que asintió, luego de unos minutos. De cierta forma, se sintió conmovido por las palabras del fantasma, aparte, su expresión era... Melancólica.
"Bien, lo haré" El joven fantasma sonrió, sería una hermosa sonrisa si la sangre no manchara su rostro. Espeluznante.
"Gracias... Puedes dejar la carta en su buzón, yo te guiaré." se ofreció.
"Okay. Pero, a nombre de quién la firmó?" JiMin rasco su cuello con vergüenza, nunca había platicado tanto con un fantasma, verlos aún le aterraba, así que trataba de evitarlos.
"TaeHyung, Kim TaeHyung" respondió el fantasma, flotando a su alrededor.
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Hiii, a donde crees que vas sin votar y comentar?)
Os ha gustado?
Y pues... Upsi? Mate a Tete :) Les juro que fue de improvisto?)
Bueno, gracias por el apoyo, nos seguimos leyendo en mis demás historias. Rojos, como la sangre♥️🔥 Demonio y Emperador💜
