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JiMin observó el cielo amarillento y rojizo, justo donde el sol se iba escondiendo poco a poco.
A lo lejos, había un joven, su cabello se revoloteo con la brisa del mar, había una carta en su mano y una cajita mediana en su otra mano. El pequeño fantasma estaba a su lado, abrazándolo.
Aunque el humano no podía verlo, sentirlo o tocarlo, las lágrimas bajaron fuertemente, pequeñas gotas de cristal cayendo en la arena, el pequeño fantasma sonrió en su dirección, cuando se separó del humano.
JiMin observó su rostro gesticulando una palabra. 'Gracias' había una cálida sonrisa en su rostro, limpio de cualquier herido.
Se inclinó y beso los labios del humano, luego susurro algo al oído. Lástima que el humano no pudo escuchar ni sentir nada.
La figura del fantasma se volvió cada vez más transparente, hasta el punto de que comenzó a desvanecerse lentamente, cuando sólo quedaba la cabeza, le dio una última sonrisa y luego despareció.
El chico cayo de rodillas, abrazando la cajita sobre su pecho, los sollozos eran audibles, involuntariamente, una lágrima recorrió su mejilla.
La persona que queda atrás es la que siempre queda sufriendo.
El dolor, la impotencia, la soledad... Son sentimientos atemorizantes para cualquier humano.
JiMin cerro los ojos, comprimiendo los extraños sentimientos que se arremolinaban en su interior.
Lo extrañaba tanto, quería verlo ya. Pero aún faltaban dos días para que YoonGi regresará.
Suspirando, abrió sus ojos, una chispa extraña se perdió en la profundidad de ellos.
— Descendiente de luzbel. Te atrapé.
Antes de que JiMin reaccionara, la oscuridad se lo trago, desprecio del lugar sin dejar rastro alguno.
Al otro lado en Japón, en el área de Hokaido. YoonGi abrió rápidamente sus ojos.
Una mueca extraña adorno su rostro, ya oscurecido por la profundidad de la noche, en aquel cuarto de hotel.
— Así qué, actuado tan rápido eh~ —Se levanto de la cama, donde estuvo anteriormente meditando en posición de loto.
— Asazel. —Llamo con voz calmada.
Una sombra se materializó.
— Cubreme, tengo asuntos urgentes que atender. —Ordeno el demonio.
— Sí, mi señor. —El demonio de nombre Asazel, respondió respetuosamente.
YoonGi abandono la habitación, su fiel sirviente ya estába afuera esperandolo, había una capa en el brazo. Su rostro taciturno sin cambiar.
— Nos vamos, mi señor? —Le tendió la capa, YoonGi se la colocó encima.
— Um, vamos. —Avanzo con zancadas hasta el centro de la habitación, donde un círculo rojo ya brillaba.
— Rápido. —Elogio.
El sirviente, mostró una leve sonrisa. —Es mi trabajo, mi señor.
— Bien, empecemos.
Había ciertos Demonios que cazar y cierto humano especial, que rescatar.
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Maratón hasta el capítulo 30 + Extra😎✨ Sip, está historia finaliza si o si!!
#Felizcumpleañosmiamorgigi# 😺
Vayan. Darle love a mi oneshot nuevo: Inocente y Dulce omega♥️
Nos seguimos leyendo en: Rojos Como la Sangre y Demonio y Emperador🔥
