¿𝐺𝑎𝑡𝑖𝑡𝑜?

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—Choi, recuerda llevarte la basura cuando te vayas y puedes llevarte la comida que sobró.— deje las bolsas de basura junto a la puerta.

—Si jefe y gracias.— sonreí y hice una reverencia de agradecimiento.

—Apurate para que ya puedas irte a casa.

Soobin asintió y instantáneamente siguió limpiando la cocina viendo como los cocineros salían por la puerta principal, no como el, que tenía que salir por la parte trasera para no darle una mala imagen al restaurante.

—Choi, deje tu paga en tu casillero para que no tengas que ir a mi oficina y puedas irte directo a tu casa.—

—Esta bien señor, muchas gracias.—

El señor Lee no era un hombre muy amable o amigable pero desde que Soobin le había rogado por trabajar en el restaurante se ablandó y lejanamente es amable con el porque sabía por las circunstancias que estaba pasando y no podría ser cruel con un niño que apenas tenía dinero para comer.

—Adiós Bin, nos vemos el lunes.— levanté mi mano despidiéndome de el.

—¡Adiós Hyung!—

Se podría decir que Soobin era muy amado en ese lugar, todos los trabajadores lo apoyaban y mimaban mucho incluso el mismísimo jefe.

Soobin continuo con su tarea de limpiar la cocina hasta acabar, dejó los trastes en su lugar, las servilletas de tela bien lavadas y las estufas rechinando de lo limpias que habían quedado.

Camino hasta los casilleros, saco sus cosas, se colocó su bolso en el hombro y volvió a dónde antes estaba para tomar las bolsas de basura y después salir del restaurante.
Dejó las bolsas de basura en el contenedor y tomo rumbo hacia su hogar. Por fin iría a su pequeño apartamento para descansar después de tener una semana llena de trabajo y estudios.

Esa noche era fría, más que otras, las nubes tapaban la luna y solo estaba la luz de aquellos postes con focos que iluminaban el camino. Las calles estaban vacías y el único sonido que se escuchaba era el de sus mismos pasos haciendo eco por la calle.

Nunca le pareció peligroso salir de noche solo, se ha acostumbrado tanto a la soledad que incluso le es cómoda, el silencio pacífico y sin estrés.

Suspiró abrazándose a si mismo mientras cerraba sus ojos por un momento para sentir el frío aire en su cara.

—Es tan frío...— susurré para mí mismo.

El sonido de algo moverse lo hizo reaccionar mirando hacia todos lados buscando el lugar de aquel sonido.

No había nadie.

Un auto paso a toda velocidad espantando a Soobin por la repentina aparición.

Comenzaba a ponerse nervioso y no sabía porque.

Volvió a suspirar y siguió caminando ahora con un poco más de prisa ya que comenzaba a sentir la presencia de alguien más que lo ponía nervioso.

¡Pum!

El eco de un golpe seco llegó hasta los oídos de Soobin y por inercia se giró rápido para poder mirar de dónde había venido ese sonido.

El corazón de Soobin se aceleró al ver una silueta detrás de una banca, tenía que fuera un fantasma o talvez un ladrón pero le daba más miedo la primera opción.

Soobin se quedó un momento quieto para después salir huyendo de ahí sin pensar ni preguntar quien era.
Después de unos segundos comenzó a escuchar pasos detrás de el que lo seguían cosas que hizo que corriera aún más rápido.

—¡Es...espera..!!—

¿Un niño?

Soobin paro en seco al escuchar aquella voz infantil y se dió vuelta viendo lo más raro que había visto jamás.

Aquel niño no parecía alguien "normal" tenía unas peculiares orejas puntiagudas y una esponja cola que se encontraba debajo de sus piernas.

¿Acaso era una broma? ¿Acaso ya era halloween y no se había dado cuenta?

—A...ayudame...—

El niño se dejó caer el el piso completamente inconsciente.

Soobin entro en pánico y corrió hasta el niño para cargarlo entre sus brazos y llevarlo a un lugar seguro para que descansará.
Ese lugar seguro era su apartamento.

El niño no se veía con alguna herida externa pero su cuerpo estaba ardiendo en fiebre.
No era experto ni nada por el estilo pero de lo poco que aprendió de si mismo era que la fiebre se podría deber al cansancio excesivo o por algún golpe.

Llegó a su apartamento aventando todas sus cosas al piso y corriendo hacia el sofá para recostar al niño y revisarlo para intentar ver qué es lo que tenía.

Su cuerpo ardía en fiebre como antes lo había previsto, así que tomo un paño húmedo y lo coloco en la frente del niño para que absorbiera lo caliente de su cuerpo.

Soobin se sentó en el sofá y tapo al niño con una manta que se encontraba ahí.

Observó de pies a cabeza al niño, aún no sabía cómo no había entrado en pánico por ver tal persona extraña que parecía un gato en su casa, lo más probable era que estaba tan asustado que hacía todo sin pensarlo aunque ahora pensaba claramente.

El tercer suspiró salió de su boca y tallo su rostro con cansancio, sus pies dolían y el sueño poco a poco se apoderaba de el.

Dejó caer su cabeza en el respaldo del sofá cerrando sus ojos poco a poco hasta quedar profundamente dormido.

𝐷𝑒𝑠𝑡𝑖𝑛𝑜 ' [𝑆𝑜𝑜𝐺𝑦𝑢]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora