𝐷𝑒𝑠𝑡𝑖𝑛𝑜 ' [𝑆𝑜𝑜𝐺𝑦𝑢]

𝐷𝑜𝑠 𝑚𝑒𝑠𝑒𝑠

—¡Ahgg! ¡Beomgyu mira el desastre que dejaste aquí!—

Soobin coloco su mano en su pierna pues momentos atrás se había golpeado con el borde de una mesa que Beomgyu había movido.

Unas peludas orejitas se asomaron desde un costado del sofá mirando a Soobin con inocencia como si no hubiera Sido el causante de ese desastre.

—No lo lograras.— suspiré y levanté la ropa que estaba en el piso.—Si no quieres que me enfade más ayúdame a levantar este desastre.—

Hace dos meses ese niño travieso había llegado a los brazos de Soobin el cual lo ha soportado y mantenido con el dinero que ganaba en sus variados trabajos pues el dinero que ganaba en el restaurante ya no era suficiente para mantenerse a si mismo y al nuevo miembro de su hogar.

—No se que haré contigo, cada día dejas peor el apartamento.—

—No es mi culpa que no quieras llevarme
contigo.—

—Te he dicho muchas veces que no puedo hacerlo, en mi trabajo no puedo estarte cuidando—

—Entonces abandoname.—

—Lo he pensado muchas veces.— lo mire mientras sonreía burlón, sabía perfectamente que le molestaba que dijera eso.

—Hazlo, tal vez una familia millonaria me de un mejor trato.—

—Entonces vete, así podré dejar de partirme la espalda trabajando en cinco lugares a la vez solo para mantener a un niño saludable.—

Muchas de las cosas que solía decir Beomgyu llegaban a ser dolorosas para Soobin, entendía que aún era un niño pero aún así se sentía mal por aquellas palabras.

—Debiste dejarme tirado ahí.—

Soobin no contesto nada.

—Tal vez hubiera Sido mejor morir.—

Soobin dejo la ropa sobre la cama y entro al baño ignorando los alegatos de Beomgyu.

—¡No me ignore!—

No era la primera vez que Soobin ignoraba a Beomgyu, constantemente solía hacerlo porque prefería hacerlo a terminar con más estrés.

[•••]

—Hyung...tengo hambre...— Beomgyu tocó la puerta del baño para que Soobin saliera ya que llevaba ahí más de dos horas. —Y también quiero hacer pipí.—

No lo juzguen, Soobin aún era un adolescente de 14 años que tenía que lidiar y mantener a un niño de 11 años que no media sus palabras.

—Hyung...lo siento...—

La puerta del baño se abrió dejando ver a Soobin quien evito mirar a Beomgyu para después caminar hasta la cocina.

—Hyuuunnng.— alargue la palabra mientras caminaba detrás de el intentando llamar su atención. —Lo siento.—

—Ve a sentarte, haré la comida— entre a la cocina mientras subía las mangas de mi camisa.

Beomgyu se percató de algo en los brazos de Soobin, tenía leves cortes cercas de sus muñecas. Entonces...¿Los arañazos de hace dos semanas que le había dado aún no habían cicatrizado? Pensó mientras miraba a su Hyung moverse por toda la pequeña cocina.

—Hyung, debería usar una pomada para que mis arañazos cicatricen, ya pasaron dos semanas de eso y se ven iguales.—

—No te preocupes por eso, vete a sentar.— baje las mangas de mi camisa y seguí rebanando las verduras.

Beomgyu hizo caso y se fue a sentar al sofá de la sala principal.

Después de un rato Soobin salió de la cocina con un plato de comida y vaso de leche para Beomgyu.

—¿No comerá conmigo?—

—Comí en el trabajo.— deje el plato y el vaso con leche en la mesita que estaba en el centro de la sala. —Terminalo todo, iré a mi turno de la noche en el restaurante así que por favor no hagas más desastre.—

—Esta bien...—

Beomgyu bajo la mirada, odiaba que Soobin fuera a trabajar, odiaba estar solo.

—Si sucede alguna emergencia llama desde el teléfono de casa ¿Okey?—

—Si hyung.—

—Bueno. Nos vemos en cuatro horas.— acaricie sus orejitas y dejé un pequeño beso en su mejilla.

Soobin salió del apartamento y Beomgyu por el fastidio aventó el plato de comida al piso manchando parte de la pared para después salir corriendo a la habitación donde dormía con Soobin y encerrarse en el armario.

Así eran los berrinches de Beomgyu cada vez que Soobin se iba a trabajar, detestaba estar solo la mayor parte del día, quería estar con Soobin todo el tiempo y jugar pero eso no podría ser posible.

Las horas pasaron volando, el reloj marco las 10:00 y la puerta del apartamento fue abierta por un cansado Soobin que apenas podía mantenerse de pie.

Dejó sus cosas el el perchero y levantó su mirada viendo el desastre de comida que había en el piso, retuvo un grito de enfado pues el cansancio ya se había apoderado de el así que solo suspiró y apretó los dientes.

Se quitó sus zapatos y camino hasta la cocina para tomar un trapo y un bote para echar la comida que estaba en el piso.

A pesar de estar molesto por el desastre que había hecho Beomgyu estaba preocupado porque no había comido nada ya que toda su comida ahora estaba en el piso.

Limpio el desastre de comida y coloco un poco de cloro con jabón en el piso para evitar que se hicieran bacterias.
Tiró la comida al bote de basura, dejó el trapo y el bote ya limpios en su lugar y camino hasta la estufa para calentar la comida.
Mientras la comida se calentaba camino hasta la habitación para buscar a Beomgyu, sabía perfectamente dónde se encontraba así que no tardó mucho en encontrarlo.

—Sal de ahí.—

—No quiero.—

Soobin cargo a Beomgyu a la fuerza sintiendo como encajaba sus uñas en su espalda.
Evito cualquier insulto hacia el menor pues no quería hacerlo enfadar más y que se pusiera más terco de lo que ya estaba.

—Solo te daré de comer, me preocupa que no comas bien.— salí de la habitación y camine hasta la cocina.

—No quiero comer.—

—Lo harás, se que tienes hambre.—

De nuevo las pequeñas manos de Beomgyu apretaron la espalda de Soobin sacándole un quejido de dolor.

—Tranquilo Beommie...te daré de comer y te dejare ir...— lo senté en la barra de la cocina quitando sus manos de mi espalda dando un suspiro.

—¡Que no quiero!— pataleé haciendo berrinche moviendo mis manos para alejar a Soobin.

—¡Por favor quédate quieto!— lo sujete de los hombros ya desesperado.

Beomgyu lo miro molesto y levantó una de sus manos para arañar el rostro de Soobin y salir corriendo de ahí.

Soobin sintió un nudo en la garganta y sin poder evitarlo las lágrimas aparecieron.
Apretó los puños y tapo su rostro mientras se deslizaba hasta el piso.

Estaba harto, no podía con tanto entres, era aún un niño.

"¿Acaso no soy muy joven para esto?"