Capítulo 11

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Al entrar lo primero que noté fue que el lugar estaba casi lleno, sólo sobraban un par de mesas. Estas eran redondas y de madera un tanto desgastada con unas cuantas sillas a su alrededor en igual estado. Muchas de ellas ocupadas con hombres de apariencia tosca y con mujeres en sus regazos. Tenía una ligera idea de a qué se podían todas ellas. El lugar estaba iluminado gracias a un viejo candelabro y pequeñas velas esparcidas por ahí. Viendo más allá de eso el lugar no estaba tan mal en comparación con el exterior, sólo necesitaba algo de limpieza y eso era todo.

ㅡVen, quiero que conozcas a Somi ㅡdijo Rosé a mi lado para después tirar de mi mano y dirigirnos al mostrador.

Allí habían unos taburetes de madera en donde la rubia prácticamente me obligó a sentarme. Detrás del mostrador se encontraban grandes barriles, todos en fila y apilados. Luego en unas repisas estaban las botellas de vino acompañadas por las jarras de vidrio.

ㅡEspera un segundo, ya aparecerá ㅡescuché decir a mi amiga.

Sin responder y todavía admirando la estancia comencé a girarme poco a poco obteniendo ahora una vista completa de todo el lugar desde donde estaba. Y sin querer me encontré buscando a la castaña. La divisé en una de las mesas libres del rincón, apenas se estaba sentando. La acompañaban Jisoo, Seung y otros dos chicos más de la tripulación.

Un golpecito en mi brazo hizo que llamara mi atención por lo que me volví para ver lo que era. Y había sido Rosé, indicándome que la amiga que quería presentarme estaba con nosotras.

ㅡHola, ¿qué tal linda? ㅡla mujer rubia se dirigió con una radiante sonrisa a Rosé.

ㅡEstoy muy feliz de verte de nuevo, Somi ㅡcontestó la chica.

Entonces como pudieron se abrazaron a través del mostrador. Una vez se separaron y volvieron a su posición inicial ambas me miraron. La rubia que era de alta estatura lo hacía de una forma curiosa y que por alguna extraña razón me hacía sentir nerviosa.

ㅡSoy Jeon Somi ㅡella extendió su mano y sin pensarlo mucho la tomé.

ㅡLisa ㅡcontesté simplemente a la vez que estrechaba su mano.

ㅡLisa ㅡrepitióㅡEs un lindo nombre ㅡhalagó con una sonrisa.

ㅡGracias ㅡrespondí devolviendo el gesto.

A mi lado escuché susurrar algo a Rosé, giré mi cabeza para prestarle atención pero ella estaba con su ceño fruncido y concentrada en otro lugar de la taberna. La curiosidad me invadió y no pude evitar mirar hacia donde la rubia tenía sus ojos. Pude ver a Jisoo en el mismo rincón de antes sosteniendo a un tipo por el cuello de su camisa mientras le hablaba con evidentemente molestia. Jennie que estaba a su lado, ignoraba la interacción de esos dos. La castaña jugaba distraída con el vaso casi vacío frente a ella. Los demás integrantes de la mesa miraban divertidos la escena incluso los que se encontraban cerca, todos excepto Seung. Él no mostraban algún tipo de reacción.

No tardó mucho en que Rosé llegara a calmar a la más baja. Con sólo un toque de la rubia en los hombros de la otra chica hizo que soltara al hombre, quien no se encontraba para nada asustado más bien lucía divertido. No hacía más que sonreír de forma burlona a la pelinegra. Él se inclinó un poco y dijo algo que por la distancia no logré escuchar. Con eso la mandíbula de Jisoo se tensó y en sus ojos brilló algo, ira. Y lo que había aprendido en ese mes que pasé en el barco era que jamás debías meterte con esa mujer cuando estaba en ese estado.

El sonido de un vaso cayendo hizo que todos los presentes se voltearan a mirar. En el suelo quedó el poco líquido que había estado dentro del recipiente hace tan sólo unos minutos. No fue difícil saber quien había sido la causante de eso. Toda la atención estaba centrada en Jennie. Segundos después se levantó dando un fuerte golpe a la mesa con ambas manos y tirando sin ningún cuidado la silla hacia atrás, la cuál también terminó cayendo. Ella miraba hacia abajo lo que hacía que su cabello cubriera su rostro. En este punto todo el lugar había quedado en absoluto silencio a la expectativa de lo que sucedería a continuación. La castaña se enderezó y fue ahí donde pude ver la expresión sombría que tenía, con sólo mirar sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Por un momento me dió pena ese hombre, no sabía con quién se estaba metiendo.

Sueños de agua | Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora