•A PESAR DE LA DISTANCIA } Artemis Hidalgo
Aveces el rencor, el odio, la decepción, es más gran que todo el amor acumulado, todo ese cariño de años, todo esos sentimientos que tanto anhelaste que salieran a la luz, se ve opacado por la inseguridad...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
•
•
"Lilian"
Noto la mirada de Artemis siguiéndome en todo momento tras de mi, mientras subo las escaleras directo hacia la mansión.
Joder.
Es que, Joder.
Artemis, puedo decir con total seguridad y franqueza que está más que cambiado, solo en el sentido de lo físico. Claro.
Su altura, joder. Está mucho más alto que la última vez que lo vi, y eso que yo soy alta, pero ahora apenas si le llegó a la clavícula, mientras cerraba los ojos pude notar en su rostro algunas pequeñas marcas como pecas esparcidas por su rostro de piel clara. Sus labios ahora son mucho más rosados y sus pestañas siguen igual de largas de como las recodaba.
Sus hombros mucho más anchos se cuadran detrás de el y sus brazos se ven mucho más fuertes, todo gracias al saco de su traje que lo rodea perfectamente. Sus piernas se notan mucho más largas y anchas. Y no es que lo estuviera viendo de arriba hacia abajo mientras hacía lo que le ordenaba. Pero es que por más que intente evítalo no podía despegar mi mirada de él.
Sus manos.
Doble joder.
Sus palmas están mucho más anchas y sus dedos mucho más largos. Sus uñas bien cortas y su piel se veía increíblemente tersa. Instintivamente empece a divagar en una escena donde mi cuerpo y sus manos son protagonistas. Ellas bajando hacia donde les plazca, curvando sus dedos dejando un rastro caliente, y yo delirando y maldiciendo en todos los tonos posibles lo increíble que hace que me...
—¡Lilian!
Salto en mi lugar cuando escucho la voz de Ares, noto mis mejillas ardiendo y mis manos un poco sudadas.
—Te he estado buscando, ¿Donde te metiste?
—Estaba en el jardín.
—¿Y por que estás tan sonrojada? ¿Te sientes bien?
