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A la mañana siguiente, Cirilla abre los ojos a duras penas.

Un pequeño rayo, que se colaba entre las persianas y le daba en toda la cara, fue lo que la despertó de un sueño intranquilo y sudoroso.

Aturdida, ella se frota el rostro por unos cuantos segundos hasta que los recuerdos azotan su cabeza y siente que la pena la inunda.

Su vientre se aprieta en angustia ante la verdad dicha tan solo la noche anterior, y un ligero sollozo escapa de su boca. Pero ante el inminente ataque de llanto que parece querer volver a atacarla, ella respira profundamente unos cuantos minutos hasta que logra controlarse.

A tientas, Cirilla busca con sus manos la compañía de Jaskier al lado de suyo. Sus ojos se sienten tan hinchados que la sola acción de intentar abrirlos, le duele como el infierno, por lo que sus manos, de momento, serán su único recurso de guía. Sin embargo, tras buscar unos pocos segundos, se da cuenta de que el hombre no está allí.

"¿Jask?" Pregunta al aire y el silencio solo confirmó lo que ella suponía.

Lanzando un pequeño suspiro al aire, Cirilla se da ánimos para levantarse y dirigirse a la ventana con las intenciones de cerrar bien las cortinas para así poder dormir un par de horas más antes de decidir lo que hará.

Ella sabe de qué debe hablar con Geralt; sabe qué debe de sentarse seriamente a hablar con él y buscar una explicación a todo, buscar un sentido al circo que esa extraña mujer montó a puertas de su casa anoche, sin embargo---

Nada le dice que tiene que ser ahora mismo.

Con los ánimos por los suelos, Cirilla cierra la cortina para sumir la habitación en una inusual oscuridad, antes de volver a tirarse a la cama y poder así desconectarse del caos que se volvió su vida.

No quiere saber nada del mundo, ni de la escuela, ni del vóley y mucho menos del hombre que se hacía llamar su padre.

Ella solo quiere dormir y no despertar hasta que la pena se acabe y su corazón caiga en un profundo entumecimiento.

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"¿Qué haces aquí?" Jaskier se entrecruza de brazos y se para como un roble enfrente a la puerta de la casa donde vive.

Geralt, con su cabello mal recogido y unas ojeras kilométricas, intenta hacerle frente a su amigo. "Vine a traer esto para Ciri..." contesta, señalando con sus ojos dorados las cajas entre sus manos que contienen un par de cafés y lo que supone el cantante, donas, "y también para ti."

"Te dije que no quería verte por aquí."

"Jaskier—"

"No." Le corta inmediatamente Jask su parloteo. El castaño se acerca y le quita de las manos la comida. "Como ya te dije, en estos momentos lo único que deseo es que Cirilla este tranquila y estoy seguro de que verte no le dará nada de calma. Te recomiendo que no aparezcas por aquí a menos que YO te llame por petición de ella y no te preocupes por nada, prometo cuidarla bien. Y, de todas formas, gracias por la comida." Repitiendo todo lo que le dijo anoche a través de mensajes de WhatsApp y dando por terminada la conversación, Jaskier solo le hace un pequeño gesto de despedida con la cabeza, antes de darse la vuelta y volver a meterse a la casa.

Sin embargo, Geralt lo detiene tomándole del brazo.

"Sé que me odias, "Dice Geralt, en un intento de detener el forcejeo de Jaskier por soltarse de su agarre, "pero te juro que nunca quise que esto terminara así."

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2022 ⏰

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