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Caminar.
Caminar es bueno cuando tienes la mente hecha una maraña de pensamientos.
Pensamientos que vienen y van sobre alguna cosa que te tiene inquieta.
Porque así me siento, inquieta.
Inquieta por la foto que subí después de aceptar su petición de seguimiento.
Inquieta porque no sé qué tipo de reacción tendrán; toda esa gente a la que ya no frecuento.
Pero más inquieta porque aún puedo sentirlo.
Aún puedo...Mi mano se levanta en reflejo, mis dedos acariciando la piel suave de mi cuello; como si el tocarlo pudiera transportarme a una hora antes, cuando sus labios rozaron ese mismo punto.
—¿Qué estás haciendo? —pregunta June con voz impasible, aunque cuando mis ojos encuentran los suyos, veo curiosidad en ellos.
—Uhm..
—Te gustó, ¿verdad?
—¿El qué?
—El foráneo.
Resoplo, entreteniéndome con cualquier cosa que no tenga que ver con mirar a mi mejor amiga de vuelta. —C-claro que no. —Tropiezo con las palabras, y entrecierro los ojos, maldiciéndome mentalmente.
—Así que claro que no, ¿verdad? —dice, el humor palpable en su pregunta.
No hay modo de fingir con ella.
Suelto un suspiro antes de volverme para mirarla mientras caminamos de regreso a la casa. —Bueno.. —murmuro vagamente antes de centrarme de nuevo. —No es que me haya gustado, es que.. No sé. Simplemente me sentí bien.
—¿Bien?
—Sí, a pesar de que invadió mi espacio personal, cuando comenzamos a hablar, se sintió como si..
—Como si ya lo conocieras de tiempo. —termina June por mí.
—Supongo.. —divago de nuevo, frunciendo el ceño ligeramente ante mi propia confusión.
Si sigues frunciendo el ceño así, terminarás arrugándote prematuramente.
Suelto una carcajada cuando lo recuerdo.
—Hey, al menos compárteme el chiste.
—Perdón, es que..
—¡Ustedes dos! —la inesperada voz de Alisa interrumpe. Ambas alzamos la cabeza, encontrándola asomada en la ventana de su habitación. —Es hora de cerrar las puertas, apresúrense. —demanda antes de azotar la ventana.
—Esa chica.. —empieza June con el ceño fruncido.
—Tiene razón, no te enojes con ella.
—Pero pudo haberlo dicho de mejor forma, ¿no? Ella también salió hoy.
—Pero no llegó tan tarde como nosotras, June. —Le digo, palmeando su hombro. —Vamos.
—¿En qué momento se nos ocurrió la gran idea de vivir en una sorority?
—No lo sé. —le digo antes de reírme. —Tal vez debimos buscar otro lugar para quedarnos antes de empezar el año.
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What if...?
RomanceTodo empezó con una fotografía. Ambos creyeron que el juego terminaría ahí. Que la mentira no traería consecuencias. Pero los juegos no tienen sólo un segundo de duración. Y las mentiras suelen agravar cualquier situación, así las consideremos peque...