Leia
—¿No puede ser menos molesto? —pregunta June con desaire, sus ojos clavando dagas en la espalda de Dante. Se ofreció a levantarse por mi taza de café y está recargado en la barra, esperando que le entreguen nuestra orden. Eren y Kai se levantaron también para pedir su propia orden y la de June.
Las chicas alrededor no paran de echarle una ojeada. No, miento. Han estado admirándolo desde que apareció en su periferia. Ni siquiera lo disimulan, pero supongo que no tienen por qué; está de espaldas.
—No puedes decir que él es molesto cuando son ellas quienes están viéndolo. —le comento, encogiéndome de hombros y recargándome en el respaldo del sillón booth.
Ella pone los ojos en blanco y se recarga también antes de mirarme. —Así que fue hasta la facultad de Filosofía a recogerte.
—Sí.
—Vaya. —dice. —Ni siquiera yo que soy tu mejor amiga y te extraño encuentro ganas para recorrer un tramo así entre clases.
—Vaya, gracias.
—Sabes que soy muy floja cuando se trata de caminar. —me dice por enésima vez, lo que provoca que sonría.
Antes de que tenga oportunidad de responder un movimiento capta mi atención desde el rabillo del ojo. Cuando volteo, Dante está haciéndome señas con las manos, y sólo se detiene cuando se da cuenta de que ha captado mi atención. Hace un pequeño círculo con sus manos alrededor de sus labios y grita —¿Se te antoja algo más aparte del café?
Tan pronto las palabras salen de sus labios, siento varios pares de ojos escudriñando en mi dirección. Es inevitable voltear a ver a la gente en mi periferia -más que nada chicas- que me devuelven la mirada con caras de confusión y de pocos amigos. Santo cielo.
—LEIA. —grita de nuevo para llamar mi atención. Cuando mis ojos encuentran los suyos, parece que no ha dejado de mirarme ni un sólo instante a pesar de que los otros varios pares de ojos están interesados en nosotros. No puedo hacer más que negar frenéticamente y hundirme en mi asiento cuando asiente en respuesta y se voltea de nuevo.
—Te dije que es molesto. —comenta June después de un momento, a lo que respondo con un gruñido.
—Recuérdale a tu novio que existen los mensajes de texto. —dice Eren con tono molesto, regresando de la barra junto con Kai.
Le dedico una sonrisa forzada antes de que cada quien tome su respectivo asiento. No puedo decirle que Dante ni siquiera tiene mi número de celular. Aún.
—Quítate esa cara de pocos amigos que traes antes de que yo lo haga por ti. —dice June, mirando a Eren por un instante antes de ocuparse en observar sus uñas. Eren le frunce el ceño pero no es sorpresa que le haga caso; hace tiempo me confesó que June enojada le provoca escalofríos. Sus palabras.
—En fin, June... —empieza Kai.
—¿Esa no es Alisa? —pregunta June al mismo tiempo, su mirada perdida en la dirección de Dante. Cuando volteo, Alisa está recargada en la barra, sonriéndole a Dante mientras platican.
Oh.
—Sí, es ella. —le respondo, desviando la mirada y concentrándome en mi mejor amiga.
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What if...?
RomanceTodo empezó con una fotografía. Ambos creyeron que el juego terminaría ahí. Que la mentira no traería consecuencias. Pero los juegos no tienen sólo un segundo de duración. Y las mentiras suelen agravar cualquier situación, así las consideremos peque...