⊹ ָ࣪ capítulo cinco.

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―Anda, Kai

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―Anda, Kai. Prueba algo, no te veo comer y tampoco lo haré yo si sigues así.

―Pero preparé el almuerzo para ti.

―Si no me acompañas tal y como dijiste en el mensaje, pues también me resignaré a probar el delicioso estofado.

―Es tu platillo favorito.

―A veces hay sacrificios que uno tiene que hacer ― Se encogió de hombros.

―Tonto ― Balbuceó, entre conmovido y molesto por la actitud tan dulce de su mejor amigo. Era demasiado encantador que parecía ser algo actuado, mas luego se puso a pensar mejor, regañándose ante la idea equivocada que tenía sobre el menor. Soobin era un Alfa atento, cordial, coqueto y amoroso por naturaleza.

Tal vez por ser su amigo tenía un alto beneficio de ser tratado de esa manera. No obstante, su mente se revolvió ante otra idea repentina. ¿Qué pasaría si Soobin conocía a alguien más que llegue a enamorarlo?, ¿Lo dejaría de lado?, ¿Ya no habría mimos, palabras de apoyo y abrazos melosos que fingía no querer pero que en realidad le encantaba?.

Vaya, el día en que Choi conociera a un o una bonita Omega, tenía que alistarse para cualquier cosa. Después de todo, no estarían juntos para siempre.

―¿Y ahora en qué piensas?.

―Nada interesante ― Restó importancia, abriendo la puerta de la recámara para finalmente salir con dirección a la cocina.

―A veces me gustaría saberlo.

Respondió, yendo rápidamente detrás de él para encerrarlo en otro suave abrazo por la cintura. Ambos caminando con comodidad por que Kai no se opuso. El estado de desánimo y tristeza parecía descender gracias al Alfa y su aroma.

―Podría permanecer justo aquí. ¿Sabes? ― Murmuró, paseando su nariz por la curvatura del cuello blanquecino, totalmente inconsciente de la intensidad de sus acciones.

Si bien el Omega era conocedor de lo cariñoso que su mejor amigo suele ser, estaba vez se sentía un tanto inquieto. La cercanía era mucha, sintió que el beso fue muy íntimo en un lugar tan importante como lo era donde iba su glándula de aroma y en el que algún día iría una marca especial para él.

―Oye, como que ganaste mucha confianza, ¿No?.

Tomó las manos del Alfa y las alejó de su cuerpo. Pasando por la isla de la cocina para empezar a servir el almuerzo.

Soobin abrió los ojos algo temeroso, no podía controlarse cuando nuevamente estaba teniendo a Kai en casa, sin ningún estúpido Alfa de por medio.

La situación cayó en un silencio, al parecer el castaño lo dejó pasar. Como casi siempre hacía cuando Soobin se excedía tan solo un poco, no tenía por qué exagerar las cosas.

―Trae las copas y los otros tazones, Soobinnie ― Fue lo único que dijo para rodearlo con un plato en cada mano.

Para cuando ambos quedaron al lado del otro, el Alfa decidió servir el vino mientras Kai le pasaba sus palillos.

深 𝗲𝗺𝗯𝗮𝗿𝗮𝘇𝗮𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝗺𝗶 𝗺𝗲𝗷𝗼𝗿 𝗮𝗺𝗶𝗴𝗼  ─  sookai  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora