⊹ ָ࣪ capítulo diez.

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Sintió su cuerpo envuelto en una calidez realmente agradable y nunca antes sentida

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Sintió su cuerpo envuelto en una calidez realmente agradable y nunca antes sentida. Normalmente cuando tenía algún encuentro íntimo con Hoseok, siempre era él quien recurría a abrazarlo. Sin embargo, dejando de lado aquel pasado que nada le servía, ahora no había comparación alguna. No cuando sentía totalmente correcto estar entre los firmes brazos de Soobin.

Ambos cuerpos desnudos, un lugar calientito y seguro para cualquier felino pequeño como lo era Kai. Ronroneó gustoso, sus manos sobre los pectorales del Alfa y el rostro cerca de la glándula de aroma ajena.

Los rayos del sol se colaban por la pequeña apertura de las cortinas, lo que hizo a sus ojitos incomodar y levemente empezó a despertar. Su primera mirada en el día fue enfocada en la piel pálida que yacía descubierta, inevitablemente sonrió. Hace mucho tiempo que no dormían juntos, recuerda que la última vez fue cuando tuvo una fuerte discusión con una de sus ex parejas y Soobin lo consoló toda la noche hasta caer en un profundo sueño.

Ah, tenía al mejor amigo del mundo entero.

Posó su esbelta pierna encima y cerca de la cadera del Alfa, logrando que éste se removiera mínimamente con él en medio.

―Ya es hora de levantarse, feo durmiente.

Sonrío de su propio chiste. Mentía realmente porque el somnoliento rostro cincelado de Soobin era digno de apreciar aún con toda y su cabellera alborotada, la leve hinchazón de su rostro por la intensa madrugada y la sequedad de esos labios por la falta de hidratación. Seguía viéndose atractivo a su opinión aunque jamás se lo dijera con tanta facilidad.

―Buenos días, Ning ― Habló medio ronco, su mirada estaba entrecerrada  mientras recorría con su nariz el rostro ajeno. Olfateando el dulce aroma puro que segregaba el más pequeño y que relajaba a su tigre interior.

Podía quedarse justo así para siempre.

Kai cerró sus ojos durante el contacto adverso, disfrutando de los mimos mientras acariciaba la nuca del Alfa con sus largos dedos.

―¿Cómo amaneciste? ― Le habló suave y algo ronco cerca a su oído, queriendo fundirse en el calor que el menudo cuerpo le daba.

―Echado y adolorido.

Soobin iba a replicar ante la primera palabra escuchada, pero al captar la frase completa, alzó su cabeza rápidamente y lo miró con preocupación palpable.

―Yo... Uhm, ¿En serio? Diablos, perdón si fui algo brusco ― Se sinceró algo apenado, Kai no podía creer cómo la dualidad del Alfa podía ser tan rotunda.

―Ya, tonto. Después de todos yo fui quien pidió la segunda ronda y parece que ahí nos quitamos el verdadero estrés ― Soltó un par de risitas, el dolor era leve pero algo punzante en su espalda baja ―Sin embargo, no creas que fue gratis, tendrás que consentirme.

El pelinegro admiró con una sonrisa boba la forma en que el Omega hablaba bajito y hacía puchero. No pudo resistirse ante la dulce imagen y nuevamente lo apresó entre sus brazos.

深 𝗲𝗺𝗯𝗮𝗿𝗮𝘇𝗮𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝗺𝗶 𝗺𝗲𝗷𝗼𝗿 𝗮𝗺𝗶𝗴𝗼  ─  sookai  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora