Capitulo 6

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Un amanecer de colores
10 de octubre de 1890

Prohibido es algo que no está permitido ante los ojos de las personas, robar, mentir, asesinar, pero amar podía significar tantas cosas pero prohibido no era un adjetivo de aquel sentimiento, eso hasta cuándo la palabra significaba un mal para la sociedad.

Eso eran Louis y Harry, dos jóvenes locamente enamorados el uno del otro, jóvenes que deseaban tocarse, verse, abrazarse simplemente amarse, pero se les era prohibido.

Hasta que encontraron refugios en unos muros blancos, con gente alegre y divertida a su alrededor algunas con pelucas extravagantes y hasta con olor a licor.

[...]

Se habían despejado un poco del bullicio y el gentío del salón saliendo a un balcón, para ver a la luna brillar con intensidad, como sus almas lo hacían al tocarse.

-Nunca me había divertido tanto- decía el rizado mientras apoyaba sus brazos en la columna horizontal del balcón y posaba su mirada en el celeste de los ojos de su acompañante.

-¡Si!, Creo que no siento mis pies pero no importa, fue muy lindo Harry, fue tan lindo que parecía un sueño- esbozaba mientras el rizado tarareaba una pieza de las tantas que escucharon en la velada.

-¿Quiere bailar conmigo bello Louis?- dijo mientras le ofrecía su mano y con gran prisa el castaño la agarro mientras reía por el apodo.

Empezaron a bailar simplemente con sus voces tarareando una canción de cuna, Harry ponía sus manos sobre la cintura de Louis ejerciendo leve presión en ella, Louis se aferraba a su cuello tratando de rozar unos pequeños rulos.

Era tanta su cercanía que lograban sincronizar su misma respiración.

-Quiero besarte - declaraba el castaño mientras subía su mirada al verde de los ojos del rizado.

-Porque no hacerlo- emitió el rizado y rápidamente se acercaron mucho más hasta rozar sus labios y juntarlos, moviendolos con lentitud, disfrutar cada segundo de el movimiento placentero, el beso no fue más allá de un leve roce que no duró más de unos minutos, pero fue más que suficiente para que desearan cada parte de ellos.

No sabían si era por el licor que consumieron, por la euforia que les había causado rozar sus labios una y otra vez, pero yacian corriendo en el campo trasero de la hostería mientras veían el cálido amanecer, un hermoso color naranja salía del cielo.

¡Somos libres! ¡WOAH!- gritaba el rizado mientras tomaba la mano del castaño para que alcen sus dos brazos ante la luz del sol.

-Estoy muy feliz hazz, como nunca lo había estado- decía mientras bajaban los brazos y se miraban fijamente sin soltar sus manos.

-Yo igual Lou, te juro que lucharemos por nosotros no me quiero rendir y no te quiero dejar- pronunciaba mientras rozaba la mejilla del castaño.

- Gracias por decirlo te juro que yo tampoco nunca lo haré, nunca me rendiré, aunque esto sea prohibido, yo te necesito...siempre lo hare- pronunciaba tan esperanzado con una sonrisa en sus labios.

Ese amanecer se besaron, se amaron, se tomaron de las manos, gritaron, sonrieron algo que nunca van a poder hacer si no están solos pero no les importaba, porque sabían que mientras los recuerdos de esos momentos vivieran su amor iba a vivir en ellos.

[...]

Louis esa noche había vivido un sueño, uno muy grato para su corazón, se encontraba volviendo a su hogar, 7:30 de la mañana, sabía que sus padres se iban a preocupar y no es que tuviera una muy buena excusa, simplemente su mente se dedicó a pensar en su rizado, cada gesto, cada comisura de sus labios, cada parte de su rostro.

Pero sabía que no todo iba a ser como un cuento de hadas una cruda realidad los iba despertar tarde o temprano, Harry era apuesto y un próximo duque y un matrimonio arreglado era prácticamente imprescindible, Louis quería disfrutar el tiempo que les quedaba porque no sabía que tan grande era su amor por el francés para poder soportar verlo casado con alguien más.

Solo algunos días habían pasado y había caído rendido a sus pies, sus rulos de amanecer eran sorpresivamente hermosos, sus ojos esmeralda le convocaba serinidad y su porte fino lo hacía suspirar.



Sonata de otoño (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora