Capitulo 10

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Una cadena envuelta en deseo
22 de octubre de 1890

-Podés abrir los ojos lou- hablaba el pelinegro mientras lo abrazaba por la espalda.

-Bueno, voy- decía el castaño mientras abría los ojos lentamente y se emocionaba a ver un hermoso lago que en el se podía ver claramente la luna, una pequeña mesita con un mantel de encaje blanco y luces arriba.

-¡Es todo tan lindo Harry, muchas gracias!- gritaba Louis emocionando mientras se abalanzaba a los brazos del mayor y rodeaba sus brazos en su cuello y el rizado se limitaba a rodear su cintura.

Harry sentía como su corazón se encendía al sentir el cabello de Louis entre su cuello, sus brazos tocándole, no lo podía ver pero estaba seguro que tenía una sonrisa enorme  con sus ojos achicados por la presión de sus labios.

-Oh perdona, no quise incomodarte ni nada- decia el castaño mientras se apartaba rápidamente del torso del pelinegro.

-¿De que hablas amor? Nada que ver- reprochaba Harry mientras hundía sus labios en los de Louis y lo apegaba mucho más a su pecho, un beso lento, cálido, que envolvía cada emoción que sentía en ese momento.

Louis estaba sorprendido no solo por el gran aprecio y cariño que le está demostrando Harry la verdad había estado un poco asustado de que se eche para atrás con todo de la relación, pero no es así en absoluto.

-Te tengo una sorpresa- exhalaba Harry.

-¿Otra más? Wow Harry sin duda Francia está lugar ¿Eh?- decía Louis y dejaba un empujón en el hombro del mayor.

-Lou no te vas a venir a vivir a francia.

-Bueno tenía que intentar- hablaba haciendo un puchero falso- Pero ya dejó de bromas ¿que tienes para mí francés?.

-Date la vuelta- decía Harry mientras buscaba una pequeña caja en su bolsillo trasero.

-Harry no creo que deberíamos hacer eso aquí- exclamaba un poco penoso.

-¿De que estás hablando Louis?, te quiero dar una cadena, genio- inquiria confundido mientras rozaba su barbilla.

-Ay perdón esque yo pensé...- tartamudeaba rápidamente mientras reía avergonzado.

-¡LOUIS!- gritaba avergonzado el ojiverde al darse cuenta de los pensamientos del castaño.

-Perdón, me doy vuelta en seguida..- así lo hizo dejando al descubierto su blanquecino cuello ante los ojos de su amado.

-Se que esto va a ser muy difícil Louis, amarnos tiene muchas más desventajas que ventajas estoy conciente de ello pero...-  platicaba Harry mientras sacaba la cadena de la pequeña caja de madera- ahora me doy cuenta que haría todo por sentirme amado y por amar, porque Louis creo que es lo que me mantiene a flote en todo momento.

-Nunca me he sentido mal o perdido cuando pienso en ti, una sensación que quiero tener por toda mi vida, y estoy listo para luchar por todo ello y quería saber...- exclamaba mientras posaba la cadena de oro sobre el cuello del castaño- si tu también Louis, ¿te gustaría ser mi pareja castañito?- inquiria apenado.

-Harry, claro, no me gustaría nada más, o no me hiciera nada más feliz que estar contigo...yo...igual te amo Harry- susurraba el castaño con un gran dejo de emoción en sus palabras que enriquecía el amor de Harry.

Sus ojos brillaron esa noche, sus besos fueron apasionados, sus miradas nunca se apartaron, ningun segundo, se sentían tan diferentes pero tan familiares.

-Nunca me la voy a quitar- esbozo el castaño tocando la cadena que le dió Harry.

Una hermosa cadena de oro con dijes de hojas, una azul y una verde.

-Y yo nunca dejare de pensar en ti- finalizó el ojiverde.

[...]

La noche era fría habían yacido besándose frente a la gran laguna durante largos y arduos minutos, rozando cada parte de su boca, entrelazando una y otra vez sus músculaturas, rozando con gran deseo cada parte de su cuerpo, sus muslos, sus piernas, sus pechos, pero siempre deseaban más.

-Harry- gemía Louis frente al tacto caliente del rizado tocando por encima de su camisa.

-¡Louis!- replicaba la acción pero en susurro algo que excitaba rápidamente al castaño y Harry lo sabía.

Harry tomaba con arduo deseo los muslos de Louis para ponerlos en sus piernas, tocar su espalda y levantar por completo su camisa, Louis solo lo besaba, no porque no quisiera desnudarlo, besarlo con más fuerza o hasta follar con el, simplemente no lo sabía y era conciente de ello.

-Harry, seguimos más tarde- gimoteaba Louis cansando mientras se aferraba al la espalda del mayor- No me siento listo aun-.

-Claro Lou, no hay problema... te amo-  hablaba Harry mientras dejaba pequeños besos en el pecho del menor

-La noche se está haciendo muy fría, ¿te parece si volvemos al hotel cariño?- murmuraba Harry cariñoso, no quería hacerlo sentir mal o presionado a Louis sobre el asunto, el rizado entendía que su amado no había tenido sexo antes, no había un porque obligarlo a hacerlo si no se sentía listo.






Sonata de otoño (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora