Parte 2

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Un chico con remera negra, una grande campera verde, jeans y una mochila apareció repentinamente en la habitación en donde Ginebra se encontraba, a través de ese enorme círculo de metal

La abrupta aparición provocó que del impacto se inclinara tanto en la silla en donde estaba sentada que la misma se dió vuelta. Cayó al suelo aterrada

–AHHHHHHH!–grito agarrando un bate de béisbol que se encontraba cerca de ella. No tenía ni idea de qué Stephen jugará a ese deporte

El chico que sentía como si un extraño agujero lo hubiera succionado agarró su cabeza mareado, intentó mantener el equilibrio agarrandose de un mueble negro que se encontraba a su par. En cuanto se sintió un poco mejor abrió sus ojos y observó a una chica morena con un voluminoso cabello castaño con rulos, tirada en el piso mientras agarraba con presión un bate de béisbol

–Estás bien?–le pregunto intentando acercarse hacia ella, pero Gin agarró con fuerza el bate como si fuera capaz de pegarle.–Hey hey hey tranquila–exclamo levantando sus brazos en tono de inocencia aunque él tampoco tenía idea de qué hacía repentinamente en ese lugar

–QUE SOS?!–grito alarmada, levantándose lentamente del suelo. El chico pareció reírse lo cual le molestó

–Un humano...? No se si te referís a eso?–respondió observando sus manos.–Vos QUIEN sos?–preguntó recalcando él "quien" solo para molestarla.–Acaso esto me chupo?–observó confundido la maquina.–Que es esto...?–

–DEJA DE HACER TANTAS PREGUNTAS– exclamo alterada pensando en que se había mandado una increíblemente grande cagada. Todavía  asustada por toda la situación sostuvo con fuerza el bate y observo cada uno de los movimientos del chico con precisión.–No se como mierda llegaste aquí pero te tenes que ir ahora mismo de mi casa–

Gin observó como el chico ignorándola se acercaba hacia el círculo e intentaba meter su mano en el mismo, pero su extremidad seguía ahí. Parecía que la máquina estaba nuevamente apagada

De manera inesperada el giro hacia ella, provocando que Ginebra por simple instinto soltara un seco movimiento hacia el. El chico con un gran reflejo tomó del bate evitando ser golpeado

–No voy a hacerte daño, podes soltar eso? Casi me pegas–se quejo soltando una risa muy disimulada. Estaba confundido pero sin dudas que toda la situación le parecía un tanto graciosa.–Por si no te diste cuenta, yo soy el más afectado en esta situación y no estoy perdiendo la cordura como vos–

Ginebra abrió su boca indignada–Vos sos el más afectado? A mi me van a MATAR si se enteran que hice entrar a una persona por ese círculo–respondió
agarrándolo con fuerza del otro extremo del bate, sin importarle que el chico sostenía con fuerza también de este

–Vamos... soy un buen tipo, estoy igual de confundido que vos. Dámelo si?–Ginebra lo observó con sus ojos entrecerrados.–Donde estoy?–intento cambiar un poco de tema para tranquilizarla un poco

–Como que en donde estás genio? En mi casa–respondió aturdida

El chico rodeó sus ojos, le daba gracia lo idiota que podía ser la chica que tenía enfrente–Me refiero al año, ciudad... no lo sé–soltó nuevamente una pequeña risa

Ginebra se extrañó, no entendía como él podía estar tan tranquilo con toda esta situación

–New York, Manhattan... año 2024..–respondió sintiéndose completamente en una película futurista

–Ah–dijo el tranquilo.–Está todo bien entonces, solo tengo que tomarme un colectivo hasta Queens el cual parece ser mi único problema–dijo con  tranquilidad mientras soltaba el bate de béisbol

El chico retrocedió y observó nuevamente a la máquina mientras pensaba en voz alta y susurraba cosas que Ginebra no entendía. Cualquier persona hubiera pensado que era un psicopata, pero ella estaba acostumbrada a lo nerd que eran sus amigos por lo que eso le dio la confianza suficiente para por fin dejar el bate

El se dio cuenta de su acción, por lo cual volteo únicamente para sonreírle amistosamente y luego seguir sumergido en sus pensamientos

Ginebra se quedó por unos segundos callada en silencio simplemente observándolo, muy incómoda. El chico se dio cuenta de eso por lo que sintiéndose estupido volvió a acercarse hacia ella

–Perdón, soy Peter–extendió su mano para que la estrechara, gesto que le sorprendió mucho

Acaso tenía 60 años?

–Ginebra–soltó de igual manera agarrando su mano en un fuerte estrechon lleno de tensión y un tanto miedo

–Que nombre más raro–comentó el dirigiéndose nuevamente hacia la máquina

–Hablo la persona que salió de esto...–dijo agarrando uno de los bordes del círculo. Peter soltó una pequeña risa y continuó analizando el lugar por donde había aparecido

–Tenes idea de para que funciona?–ella negó con su cabeza.–Es extraño porque en el laboratorio de mi padre encontré la misma máquina desarmada, hace tiempo que quería reconstruirla y justo cuando coloque la última pieza aparecí aquí–

Ginebra rascó su brazo nerviosa–En realidad yo...accidentalmente... apreté este botón, creo que fue mi culpa–dijo señalándolo

Peter a pesar de la música que sonaba desde el celular de Gin pudo escuchar mucho ruido que provenía de afuera. Se acercó hacia una ventana y corrió una cortina. Sintió un gran alivio al notar que de verdad estaba en Nueva York, sin dudas observaba Manhattan, solo bastaría un aburrido y largo viaje en ómnibus para dirigirse hasta su casa en Queens

–Entonces parece es una máquina para teletransportarse!–exclamo con felicidad.–Mi padre es un maldito genio–soltó de manera orgulloso

Ginebra pensó en comentar que su padre Stephen también tenía esa máquina en su pieza, el también era un genio. Pero con tal solo formular la palabra de paternidad sintió una extraña y dura sensación en su estómago

–Bueno Peter me alegro que descubrieras el enigma, ahora vete–dijo ella acercándose hacia la máquina y sin más apretó con mucho placer nuevamente el botón rojo. Pero nada sucedió

Observó a Peter el cual tomó de las manijas de su mochila y se paró cómodamente a esperar a que ella encendiera la máquina

Ginebra con vergüenza apretó nuevamente el botón, pero nada sucedió. Observó la hora en su celular y vio que en 60 minutos vendrían sus amigos, o sea que en poco tiempo llegaría Peter Parker, el joven buchón de Stephen. Debía correr inmediatamente al nuevo Peter, cerrar el cuarto y simular que nada había sucedido o simplemente cancelar el plan

Pensando que era la decisión correcta rápidamente texteo a Parker diciéndole que estaba atrasada con la tarea y que dejaran el plan para otro día

–Mierda!–exclamo al ver que nada sucedía, por lo que con desesperación como si fuera una neurótica comenzó a apretar una y otra vez seguidas el hermoso botón rojo

–Creo que no deberías hacer eso–opino Peter intentando acercarse a ella, pero Gin ignorándolo continuó haciéndolo.–Ginebra..–exclamo mirando la máquina la cual no quería prenderse, hasta que noto como a través de uno de los bordes de la misma salía un poco de humo.–GINEBRA DETENTE–grito haciendo que ella se alejara bruscamente del botón

Ambos miraron a la máquina de la cual ya no había una simple nube pequeña de humo emergiendo, sino dos, tres, cuatro. Como si estuviera haciendo corto circuito un pequeño rayo salió disparado hacia un extremo de la habitación

Ginebra gritó y corrió hacia la puerta para salir de esa habitación antes de ser carbonizada

Peter con nervios y una gran velocidad observó una  cartelera de corcho que estaba atornillada en la pared. Rápidamente agarró ambos extremos de esta, con fuerza la arrancó de la pared y corrió hacia Ginebra la cual pasaba por la puerta de la habitación escapando

Pero la distancia recorrida no era suficiente, por lo que Peter se tiro encima de ella y cubrió a ambos con la pizarra justo cuando tres rayos más salieron desprendidos con intensidad hacia ellos. A continuación la máquina explotó generando un gran estruendo

Tal vez en otro universo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora