Parte 15

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Corrieron y corrieron por las calles de Nueva York, sus manos se aferraban con fuerza y sus sonrisas eran cada vez más grandes, las mismas iban acompañadas con contagiosas risas. La felicidad que experimentaban en esos momentos era algo difícil de explicar

En cuanto llegaron a unas cuadras del Times Square, Pittsburgh detuvo el paso y dirigió a Ginebra hacia una típica casa neoyorquina, estrecha y con unas grandes escaleras en su entrada. Ambos se sentaron en las mismas

Ambos respiraron por un momento para recuperar el aire, las risas cesaron y él se colocó enfrentado a ella

–Que fue todo eso?–pregunto Ginebra todavía sin poder entender que había cambiado en él para que por fin estuviera ahí con ella

Pittsburgh se deslizó hacia ella todavía observándola fijamente, sus mejillas se encontraban rojas y en el borde superior de su frente podía observar un poco de transpiración, sin embargo se veía increíblemente linda

Al ver su cara divertida sintió como su pecho se expandió de una manera inexplicable. Coloco sus manos en ambas mejillas de ella

–Quería hacer esto–dijo acercando bruscamente sus labios con los de ella

Ginebra abrió sus ojos sorprendida, no recodaba la última vez que había besado a un chico, desde el blip y la muerte de su madre todo se había vuelto tan gris y confuso. Besando los labios de Peter sintió una extraña sensación de paz, casi como si todo por un simple momento volviera a estar bien

Rodeó sus brazos en el cuello de él e inclinó su espalda hacia las barandas de cemento de la escalera. Movió sus labios siguiendo los de él y lentamente comenzó a introducir su lengua con vergüenza en su boca

Peter deslizó sus manos hacia la cintura de ella y moviéndola hacia adelante le indicó que se sentará en sus piernas. Ginebra sin dejar de besarlo así lo hizo

En cuanto se ubicó Peter terminó el beso por un momento, corrió unos mechones de pelo de ella que se introducían en su cara y la observó fijamente

No entendía porque se sentía de esa manera con ella, pero estaba feliz y agradecido por hace unos días haber decidido armar esa antigua máquina de su padre, sin ella seguiría deprimido por todo lo que había perdido, y sin ella no hubiera conocido a lo mejor que le había pasado en mucho tiempo

Ambos después de mirarse fijamente a sus ojos volvieron a besarse, reiteradas veces más, no solamente porque los besos eran increíbles, sino porque habían esperado tanto este momento que tenían miedo de que terminara

Pero todo tiene su fin

El celular de Ginebra comenzó a sonar una y otra vez

–Mierda–soltó irritada y contestó la llamada de Frank.–Hola, que sucede?–Peter mientras ella asentía a lo que su chofer le decía, besaba rápidamente sus labios con cortos besos, Ginebra reía distrayéndola de la conversación por lo que optó por abrazarla con más fuerza hacia el.–NO, no le digas... estamos en... ven a buscarnos si? Dile que ya estamos llegando por favor. Gracias sos el mejor–

–Que pasó?–pregunto Peter mirando fijamente a sus labios

–Stephen como siempre tiene que arruinar todo, ordenó a Frank que nos llevara a casa–Ginebra también dirigió su mirada hacia los hinchados labios de Peter

Ambos comenzaron a besarse nuevamente mientras se abrazaban con fuerza, lamentando que este mágico momento terminara

–Bueno, listo–dijo Ginebra prácticamente alejándose de él, ya que si no tenía la voluntad se quedaría eternamente ahí con el. Peter protestó y agarró su mano desganado para bajar las escaleras.–En la esquina va a buscarnos, esta cerca así que compórtate–dijo soltando una pequeña risa al sentir cosquillas cuando las manos de él rodearon su cintura

Tal vez en otro universo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora