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Busco a Se Ri por todos lados, quería ir a dar un pase por el jardín por lo que fue en busca de la bajita para poder pasar tiempo con ella, sabía que la había estado ignorando por lo que le tenía un pequeño regalo. Le pregunto a las enfermeras del lugar pero ninguna la había visto, reviso su cuarto pero tampoco estaba ahí, busco por todas partes pero no había señal de ella.

Derrotado fue al consultorio del Doctor Lee, le gustaba ir ahí en su tiempo libre puesto a que el doctor siempre tenía un jarrón lleno de dulces en su oficina. Se asomó por la puerta y se aseguró de que el hombre no se encontrará cerca, se acercó al jarrón y tomó unos dulces para metérselos al bolsillo. La presencia del alguien detrás de él hizo que se detuviera, una mano se posó en su hombro izquierdo.

Quiso mirar hacia atrás pero tenía miedo de mirar, podía sentir la respiración de la persona en su nuca.

— Hoseok - la voz ronca del doctor hizo que su alma dejara su cuerpo, causando que su corazón se detuviera y por poco le diera un paro cardiaco — Yah, te he dicho que no te puedes seguir llevando todos los dulces - añadió el hombre mientras que checaba su pulso, no quería ser la causa de que el joven tuviera un infarto

— Perdón ~ - el azabache prosiguió a sonreírle al hombre en señal de que se encontraba mejor, vaya que le había dado un susto — Solo quería llevarle unos dulces a Se Ri, para compensarle el no darle atención- dijo mientras se metía otro puño de dulces al bolsillo

El doctor despeinó el cabello del azabache para después jalarle las orejas, Hoseok lloro de dolor tras la acción del su doctor, Lee dejó en paz a Jung una vez termino de darle su sermón acerca de cómo tenía que cuidar su salud si es que quería salir de ahí. Los dos se quedaron callados un momento, la oficina del doctor Lee era diferente a las demás, su pequeño consultorio olía a manzana y canela.
En su escritorio había pequeñas figuritas de animales y una que otra foto, y aún lado se encontraba el jarrón con dulces que les daba a los niños que se encontraban en el hospicio. Se preguntaba cómo era la vida del doctor una vez terminaba de trabajar, sabía que el hombre era un tanto reservado en cuanto a su vida personal; pero no le molestaba compartirla con el menor.

— ¿Los medicamentos te están ayudando?

— De vez en cuando, algunas veces me duele mucho y otras el dolor va y viene - dijo el azabache mientras jugaba con una de la figuritas — ¿Es necesario el transplante? - tenia curiosidad

— Si tu condición sigue empeorando, lo más probable es que te hagan el transplante. Pero, hasta que encuentren un donador seguiremos con el tratamiento - miro de reojo al azabache, en el poco tiempo que llevaba conociendo a Hoseok lo encontró un tanto peculiar. Jung no era como los demás pacientes de su edad que había conocido, el era alegre sin importar su condición.
Aunque también le preocupaba su relación con Se Ri, podían parecer dos jóvenes enamorados y felices pero no todo era así.

La primera vez todos lo tomaron como un accidente, la primera vez que Se Ri lastimo a Hoseok.

Por lo que había escuchado por parte del azabache fue que el jarrón de flores se había caído y se había cortado, pero no fue así, Se Ri se había molestado porque una de las enfermeras y Hoseok se habían vuelto muy cercanos. Los siguientes días Se Ri se había comportado diferente, cuando alguien trataba de acercarse a ella les lanzaba cosas; especialmente a aquella enfermera.
Su comportamiento solo empeoraba, un día cuando la enfermera Choi iba a dejarle su comida la castaña la atacó y lanzó la comida. Hoseok trató de separar a Se Ri de la mujer pero en su ataque de furia la castaña lastimó a Hoseok con un pedazo del plato.

Por fortuna dos enfermeras más lograron controlar a Se Ri, el único que salió herido fue el azabache, cuando se enteró de aquello el Doctor Lee le quiso preguntar lo que había pasado pero Hoseok solo seguía diciendo lo mismo: "Me lastime cuando limpiaba los trozos del jarrón".
Después de aquel incidente todos pensaron que sería el último, pero ese no fue el caso, hubo una ocasión en la que tuvieron que asolar a Se Ri para que no siguiera lastimando a los demás y a Hoseok; quien era el que se llevaba lo peor. El azabache le había prometido que cuidaría de Se Ri para que no volviera a pasar, y así fue, por un periodo todo había vuelto a la normalidad. Se Ri había vuelto a sonreír, pero, el precio que tuvo que pagar fue peor de lo que esperaba.

La castaña no dejaba ir a Hoseok a ningún lado, siempre se encontraba pegada a su lado incluso cuando tenía revisiones, ella siempre estaba ahí. Si pensaba que las cosas iban mejorando estaba muy equivocado, todo fue de mal en peor, si Se Ri se enojaba o no le parecía algo lo lastimaba.

Hoseok trataba de ocultar las heridas que le causaba la bajita, cuando no se sentía seguro siempre iba a su oficina y se escondía de la castaña.

Era triste el ver como su relación iba de mal en peor. Los dos trataban de mantener las apariencias, Se Ri sonreía y reía cuando estaba con el y por el otro lado Hoseok lucia cansado. Le había hecho prometer que se quedaría a su lado sin importar que, ella le había hecho hacer cosas que Jung no estaba del todo de acuerdo.
Dejo todo por estar con ella, su narcolepsia y mio carditis iban de mal en peor, había dejado de tomarse sus medicamentos. Algunas veces el menor le pedía que se quedara con el porque no quería estar con ella, le tenía miedo, una que otra noche se quedaba a dormir en el hospicio junto al menor pero esto solo enojo a Se Ri.

— Hoseok, ¿por que no has terminado las cosas con Se Ri? - el nombrado dejó de jugar con las figuritas y miró confundido al hombre

— Las cosas con Se Ri van bien - mentía, sus ojos reflejaban tristeza cuando mencionaba su nombre — No tiene que preocuparse por mi Doctor Lee, todo.. esta bien.. - el regalo una sonrisa, quería llorar y decirle todo lo que sentía pero no podía.
Ella se enteraría y se lastimaría por su culpa.

Le hombre suspiro, quería ayudar a Hoseok y la única forma que encontró fue contactar a aquel chico de cabellos naranjas.

Sabía que estaba en contra de sus principios meterse en la vida de sus pacientes pero, le preocupaba que le pasara algo al azabache por lo que optó por contactar a Jimin. Al enterarse de todo lo que había estado pasando su mejor amigo, y la razón del porqué dejó de hablar estaba devastado.
¿Por qué Hoseok no le había dicho nada?, ¿por que se había quedado callado?. Muchas preguntas rondaban por su cabeza, quiso contarles al resto pero era muy tarde; todos habían hecho sus vidas y seguido por sus caminos.
Intento reunir a los demás con la excusa de ir a ver a Hoseok; a lo que accedieron, en el camino de regreso les contó la razón del porqué iban a visitarlo.

Tal vez, si les decía a los demás comprenderían el porqué Hoseok se alejó de los demás.

Hoseok necesitaba ayuda, necesitaba en quien poder apoyarse.

𝘯𝘢𝘳𝘤𝘰𝘭𝘦𝘱𝘴𝘺 ° 𝐣𝐡𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora