PRÓLOGO: CAP. 00

6 2 0
                                    

En lo recóndito del universo, se encontraba un gigantesco planeta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En lo recóndito del universo, se encontraba un gigantesco planeta. Un planeta con muchísima vida y una gran biodiversidad, el pilar de todo el universo y un lugar bastante hermoso sin duda. En este planeta se encuentra cuatro pueblos distribuidos perfectamente. Cada uno con una cultura diferente, todos pueden ser bastante diferente en cuanto a su comida y su tradición, pero todos son iguales hay una cosa, el propósito por el cual están ahí.

Era un hermoso día, el hermoso cielo estaba a todo su esplendor. Todas las personas en el pueblo hacían todas sus cosas habituales, desde intercambiar bienes, hasta cultivar las frutas y vegetales que se requieren para la supervivencia de ese pueblo. En el hermoso palacio que se encuentra cerca del océano, específicamente en una hermosa habitación nos encontramos mí madre y yo, ella se encontraba cepillando mi pelo.

-Madre! Cuándo voy a poder tener un hermano? - pregunté despues de que mi madre terminó de cepillar mi pelo. - Los demás gobernantes tienen mas de un hijo. Aveces me da mucha envidia ya que yo no tengo uno con el que pueda jugar a las escondidas y los demás sí.

-Ay! Cariño. - mi madre se acercó y me regaló un fuerte abrazo, no sabía porqué lo hacía. - Se qué anhelas con todo corazón tener un hermano, pero ahora mismo no puedo tener más hijos, he intentado proporcionarte 1, pero lamentablemente ese deseo no se te podrá cumplir.

-Porque no puedes tener otro bebé?- pregunté curiosa, sí ella me tuvo a mí, también podría tener otro bebé más sin ningún problema.

-Son cosas de adultos cariño, pronto entenderás el porqué, por ahora céntrate en ti, pronto tendrás que aprender todo para liderar lo que le pertenece a tu padre. - dice llevándome hasta el balcón para mirar todo el pueblo de los Ixchel. Un hermoso pueblo con personas bastantes amables. Bueno, al menos la mayoría. El reino Ixchel es bastante hermoso, en la época fría, cuando nieva, se tapan con un manto blanco. me encanta asomarme en el balcón y ver cómo nos copos de nieve cae lentamente hasta llegar al suelo.

Mi época preferida es cuando todas las flores de todo el planeta florecen, dejando ver un hermoso paisaje colorido. Mi flor favorita es Tricyrtis Hirta, o como yo le digo. La flor de la escencia única. Es una hermosa flor blanca con cientos de lunares morados, una flor que con solo echarle un vistazo te puede imnotizar.

-Volvamos adentro. - dijo mi madre. Eche un vistazo por última vez a el pueblo y volví adentro. - dile a tu padre que el almuerzo estará en diez minutos, también puedes ir a jugar con tu amiga.

Salí emocionada de mi habitación, atravesé el enorme pasillo, había un sin número de guardias reales cuidando cada esquina de todo el palacio, bajé hasta el primer piso y miré todos los cuadros de todas las generaciones que han pasado por aquí, han estado muchísimas personas a través de los años en esté palacio, así como mi padre ha estado liderando, su padre también hizo lo mismo hace muchos años, y tal vez yo haga lo mismo que el.

Entré hacia el área de la cocina, las trabajadoras estaban terminando de preparar el almuerzo, vi en una de las mesas un enorme tazón de mis galletas preferidas. Me acerque lentamente al tazón sin que nadie me viera, tomé dos galletas y me las metí en las mangas del vestido.

De Princesa A Gobernante. [EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora