CAP. 14

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El día era perfecto. Hoy en día, la mayoría de nosotros vivimos dentro de áreas urbanas, en grandes pueblos, paisajes formados esencialmente por edificios, calles y carreteras. El pueblo se ha convertido en el paisaje principal para la mayoría de seres vivos, no obstante, pocas cosas disfrutamos más que alejarnos hasta lugares más rurales y naturales. La naturaleza, además de ser una fuente de inspiración y relajación, es también fuente de vida, los paisajes transmiten paz.

La Naturaleza nos transmite una agradable sensación de bienestar. Nos hace sentir libres. Al margen de catástrofes ambientales devastadoras, incluso cuando está desatada, o quizá con más motivo por ello, nos mueve algo por dentro que resulta irresistible.

La visión de un mar embravecido, las tormentas, navegar sin rumbo en un velero, dejar que la lluvia nos empape hasta los pies, vencer a la ola más grande con una nave, perdernos en un bosque y sentir la calidez que este nos proporciona, respirar a pleno pulmón en medio de una pradera y sentir el fresco aire que inunda todo tu ser. A la orilla de la playa, envueltos por una brisa que nos da alas y no transporta a un mundo completamente diferente.

La Naturaleza idílica es ese lugar que nuestro cerebro identifica como su hogar, nuestro hábitat ideal, para el que realmente ha sido diseñado. Ante el ritmo que impone la ciudad, la hiperactividad que conlleva el estilo de vida urbano, el contacto con la Naturaleza es el mejor bálsamo, esa medicina necesaria que busca nuestro cuerpo. Allá queda la urbe, la nube de smog, su hiperactividad, su locura de asfalto, y dejarla atrás es un gran alivio. Una absoluta liberación sentir que formamos parte de un todo.

-Ey! - Nahil chasqueó sus dedos enfrente de mí. - Estaba hablando contigo, pero parecías muy ida en tus pensamientos.

-Ay! Perdon de verdad. Estaba muy sumergida en mis pensamientos. A veces la naturaleza me transmite mucha paz, no tengo mucho tiempo libre, por lo tanto, cada vez que aprecio un paisaje, suelo pensar en lo hermoso que es. - digo señalándole la hermoso que estaba el día. - Que decías?

-Te estaba preguntando si estás nerviosa? - Lo miré bastante confundida, qué se refería con que sí estoy nerviosa

-Nerviosa? En qué sentido? - preguntó mientras caminaba lentamente. El jardín era muy hermoso, estaba acompañado de pequeños caminos por dónde podías caminar sin ningún problema, también, las flores se dividían por sección y las hacía ver muy organizadas y perfectas. En el centro del jardín había una enorme fuente y en ella había un animal que jamás había visto mi vida, según tengo entendido, este es un león, pero no sé de qué mundo pueda provenir.

-De ser gobernante, sé que esto puede ser muy estresante para ti. - dice esté mientras tomaba una de las flores y me la regalaba.

-No, mi vida entera me han estado preparando para este cargo, lo que sí te puedo decir es que estado muy ansiosa, quiero hacer de Ixchel un pueblo mejor.

De Princesa A Gobernante. [EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora