El sonido del timbre en la escuela Estrella Naranja había comenzado a escucharse, señal de que el descanso para almorzar ya había terminado. Algo lejos de la cafetería, en la oficina del director para ser exactos, una escena algo tensa se estaba desarrollando puesto que dos jóvenes se encontraban sentados ante la severa mirada de su director, que por si fuera poco estaba acompañado de varios de los docentes que tampoco parecían muy contentos.
El primero de ellos, un chico de cabellos añiles y ojos rojizos no parecía muy preocupado que digamos, es más; ni siquiera parecía afectarle el hecho de que varias autoridades escolares le estuvieran viendo como si fueran a estrangularle en ese mismo momento. Su compañero, por otro lado, parecía estar al borde de una crisis nerviosa, pues mantenía sus manos en su cabellera azabache mientras miraba al suelo totalmente angustiado.
En medio del incómodo silencio, el catedrático sacó de su portafolio una buena cantidad de papeles, en los que se encontraba el historial académico de los dos jóvenes que ahora tenía justo enfrente. Algo estresado, suspiró y aclaró su garganta antes de empezar a hablar.
- Seguro ya saben porqué están aquí ¿cierto? - Dijo, el peliazul miró desinteresado al director de joven apariencia mientras el pelinegro a duras penas y pudo hacer contacto visual con él, pues este se encontraba notablemente nervioso. Ante la nula respuesta, el mayor suspiró. - Tomaré su silencio como un sí. Verán, desde hace bastante tiempo se me ha hecho saber sobre su errático comportamiento en clases, más que nada al momento de dirigirse a las autoridades escolares y con el resto de sus compañeros.
El director hizo una pausa y comenzó a leer una larga lista de infracciones a las reglas por parte de los dos jóvenes, más que nada por parte del más alto, pues la mayoría de infracciones cometidas por su compañero eran completas nimiedades; sin embargo, debido a la poca simpatía que los demás chicos de su salón le tenía cualquier acto indebido que el de ojos rubí cometiera sí o sí terminaría con alguna acusación hacia su persona por complicidad o ser actor intelectual de los susodichos actos incluso si no tenía nada que ver con ellos.
Claro que... a veces sí llegó a hacer algo de lo que le acusaban, y tampoco es como si se arrepintiera de ello o se sintiera mal por los afectados.
- ... Y es por eso que me veré en la obligación de solicitar su salida de esta institución inmediatamente. En serio no quería llegar a esto, aún más con usted, joven Kyabe; me siento profundamente decepcionado de su comportamiento y el de su compañero. - El tono del director perdió firmeza por algunos segundos, lo que hizo sentir al chico incluso peor. - Ya hemos llamado a sus tutores para arreglar el papeleo, por mientras esperarán aquí ¿entendido?
Un débil "sí señor director" se escuchó por parte de los dos chicos antes de que este junto al grupo de docentes que le acompañaba se retiraran en total silencio. Al quedarse solos, el de ojos color rojo fue el primero en comenzar a quejarse, como si lo que le había dicho el director le hubiese entrado por una oreja y salido por la otra.
- "Decepcionado" bah, a nadie en esta maldita escuela le importa la mierda que hacen los populares pero nosotros nos defendemos y somos los malos. - Dijo con un notable sarcasmo, el pelinegro rápidamente reaccionó con molestia.
- ¿Acaso no dimensionas lo que está ocurriendo? ¡Acabamos de ser expulsados Frost! ¿¡Cómo carajos puedes estar tan tranquilo!? - El mencionado se encogió de hombros, mostrando su desinterés ante la situación. - En serio no tienes remedio.
- Mi tío me lo dice siempre. - Respondió Frost con orgullo, Kyabe viró los ojos. - Mira, yo también estoy asustado y probablemente me golpeen al regresar a casa, pero esos idiotas jamás nos ayudaron y si nosotros no actuabamos jamás iba a cambiar eso.
- ¡Pero hacerlo causó que nos expulsaran! Por Kamisama. ella me va a matar en cuanto se entere... - El pelinegro volvió a ponerse nervioso, pues de tan solo imaginar el terrible castigo que su madrastra le pondría no podía evitar temblar, Frost entonces se empezó a sentir un poco culpable, pues gracias a él ahora su amigo se vería en una situación para nada agradable.
- Bueno, no había considerado eso antes... ¡pero mira el lado positivo! Al fin dejaremos de soportar a los imbéciles de este lugar. - Dijo, en un intento de levantar los ánimos, aunque lo único que levantó fue la cabeza de su mejor amigo, que le fulminó con la mirada casi al instante. - Está bien, ya no hablaré.
Tras esto, ambos chicos permanecieron en silencio durante una eterna media hora en la que solo se escuchaban ocasionalmente algunas voces pertenecientes a los estudiantes que iban a los laboratorios o al gimnasio de la escuela (y también algunos que se habían escapado de clases) hasta el momento en el cual tanto el director como los tutores de cada uno entraron y, a juzgar por sus expresiones, no se encontraban nada felices.
Ambos suspiraron derrotados.
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Ya sé, otra historia que viene a valer madres, pero ya tenía ganas de hacer algo así y espero (en serio, espero) no arrepentirme después el haber publicado esta pendejada.
Y antes de irme sí, estoy megadesvelada por un pánico raro que me dio hace rato, así que me puse a editar esto para publicarlo mientras escucho música de The Caretaker B)
Bueno, alchile ya es mucho texto y pues ya quiero publicar esta mamada.
¡Baiz!
Pd: ¿Qué opinan de la portada? A mí la neta me encantó jaja.

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Frost... eres un idiota
FanficSer expulsado de la escuela puede ser difícil, Frost y Kyabe lo aprendieron de la peor forma. Sin embargo, en su nueva escuela las cosas comenzarían a tomar un rumbo distinto, tal vez este sería malo o en el mejor de los casos no, en realidad nadie...