Prólogo

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Prólogo

Love is in the air

  Después de analizarlo varias veces, suspiré y quise que todo volviese a su lugar. Seguía  caminando en la lluvia, más bien corriendo, como si así pudiese olvidar o hacer desaparecer aquel episodio de mi vida. Quería huir, huir del pasado hasta incluso no poseer uno, dejarme llevar por lo que yo creía y librarme de una vez por todas de Seabrook. Mi hermano Thomas era el único que podría ayudarme en aquellos momentos, pero me sentía tan perdida y desolada que opté por no mirar hacia atrás y dejar que la tormenta decidiera mi destino. Trataba de dejar ingresar aire a mis pulmones, respirando más que entrecortadamente. Parecía que había olvidado el mecanismo mientras corría hacia quién sabía dónde.

  Tomé una bocanada de aire y me limité a ir a la bella plaza a la que iba con Philip.  Me dirigí hasta la fuente a la que siempre admiraba desde cerca, y vi mi reflejo algo nublado, debido a la obstrucción de las lágrimas.  Me dije a mí misma que debía ser fuerte y seguir adelante, no hacer caso a lo que aquel ruliento había dicho, avergonzándome una vez más delante de todos los estudiantes de la preparatoria.

 Los flashes de lo pasado aquella tarde no  tardaban en hacerme más y más infeliz. Lo aborrecía tanto… simplemente no podía evitar sentir una opresión allí, justo en el medio de mi corazón. ¿Cómo nos habíamos vuelto enemigos? ¿Por qué me detestaba? Y pensar que yo había estado enamorada de él desde hacía tanto tiempo… todo eso quedó atrás una vez que él comenzó a molestarme. Quedó atrás cuando comenzó a insultarme, cuando empezó a hacerme sentir inferior a cualquiera, cuando… Pero hoy se había pasado de la raya, hoy, Christopher había sobrepasado el límite.

  Una vez que llegué a la fuente, a la que solíamos admirar y tirar monedas vagamente, me paré en seco y solo la observé, dudando una vez más en sí realmente había ido allí por un buen motivo. Claro, como si lo que estuviera a punto de hacer tuviera algún sentido, ja. Tomé otra bocanada de aire, ya que  mi garganta cada vez se hallaba más obstruida debido a tanto llanto y mezcla de lluvia. Cogí una moneda de mi bolsillo, me puse de espaldas a la fuente y grité, sin que nadie me escuchara:

-       “Deseo que Christopher James Levy jamás hubiese existido.”- lancé la moneda a la fuente, creyendo que añadiría otra tontería ridícula a la lista. ¿De qué servía desear eso? Mañana, sería el hazmerreír de todo el instituto y nadie podía evitarlo. O al menos eso era lo que yo pensaba.

   Sequé las lágrimas con el puño de mi muñeca y miré una vez hacia aquella moneda. Will me la había dado para que le fuera a comprar un par de caramelos en el almuerzo, cosa que yo había olvidado por completo. Eché otro vistazo hacia allí, y dejando que la lluvia  nublara mi vista, salí corriendo en busca de mi hogar.

  Mientras me dejaba deleitar por la mezcla de agua caída del cielo y las luces de la ciudad, mi trayecto se hacía cada vez más pesado, a medida que acortaba la distancia hasta mi casa.  Paré en medio de una cerca pintada de blanco, y sin más vacilaciones, corrí la pequeña puerta de entrada e ingresé hacia dentro por la entrada principal.

  Le eché un vistazo al living, donde se hallaba la gran chimenea de mármol, y pude notar que la casa se hallaba completamente vacía. Mejor, mucho mejor.

  Crucé el vestíbulo a las corridas, y subí las escaleras aun con mayor velocidad. Una vez arriba, no dudé en dirigirme directamente a mi habitación.

  Abrí la puerta y la cerré de un portazo, para después poder lanzarme a mi cama y dejar que las lágrimas llamaran al dios del sueño, para así poder quedarme completamente dormida.

Love is in the airDonde viven las historias. Descúbrelo ahora