Capítulo 7

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Capítulo 7

Confesiones.

    El sonido de los pájaros en plena mañana era verdaderamente relajante. De verdad. Sentía cómo cada gota de una armonía embotellada se vertía sobre mi cuerpo. Cómo me dejaba llevar por una brisa cálida, y de un momento a otro, el viento me azotaba los cabellos.

  Generalmente y para la mayoría de las personas, los domingos se hacían aburridos y sin nada que hacer, solo esperar que llegara el lunes. Pero, últimamente, aquel ultimo día del fin de semana, era un tiempo de paz estancado en mi vida. No tenía idea de por qué, pero era de esa forma.

  Estaba recostada debajo de un árbol, viendo cómo sus ramas se unían en la parte superior y dejaban que el sol se transportara hasta la parte más baja del suelo.  Definitivamente, el bosque central de Seabrook era uno de mis lugares en el mundo, sin duda alguna.

  Intentaba localizar la forma de las nubes, sin que nada me interesara realmente, porque parecía que el tiempo de alguna manera, no avanzaba. Y eso se sentía bien.

-       ¿Por qué estás sonriendo? Ya decía yo que habías perdido la cabeza…-  sabía que tarde o temprano, Levy rompería la magia.  Era curioso que ya lleváramos dos semanas juntos sin ningún tipo de peleas ni enfrentamientos, ni siquiera insultos. Había sido como un pacto secreto que ninguno de los dos había hablado en voz alta, pero que al fin y al cabo, había llevado a una tregua.

Lo vi tocándose el cuello de la camiseta que llevaba siempre, algo distraído. Estaba apoyándose sobre el árbol, de pie, y me miraba desde su metro ochenta de altura. Nunca le había prestado especialmente atención a lo alto que era, y solo en esos momentos me sentía indefensa, debajo de él.

-       ¿Por qué? ¿Por qué he perdido la cabeza?- pregunté, apartando la vista de él y de lo que la complejidad de su anatomía podía llegar a provocarme. Suspiré. Era realmente en vano no admitir que era muy atractivo y más  tratar de que él cambiara sus actitudes. Sin ellas, no sería Christopher.

-       Por mí, seguramente.- sonrió como siempre lo hacía, arrogante. Yo reí, porque, probablemente en algún momento habría sido así, aunque él no tenía por qué saberlo. Negué con la cabeza, a pesar de que estuviera poco segura de que realmente estuviera negándolo. Uno nunca sabia totalmente sus sentimientos, ¿cierto?  Y era que todos le temíamos a lo incierto, por eso preferíamos no responder.

-       Ya quisieras, Chris.- murmuré, dándome cuenta de que lo había llamado por su nombre, aunque más corto. Fue como con cariño, como si se tratara de una conversación entre amigos.

-       Si no lo has hecho todavía, de seguro no tardaras en hacerlo, Jack.- me observó, procesando mis palabras anteriores.- aguarda, ¿qué has dicho?

-       Ya quisieras.

-       No, lo otro.- soltó, y yo supe perfectamente a qué se refería, pero no quería repetirlo de nuevo, claro que no quería. Al parecer todo era extraño, ¿verdad?

-       Ya quisieras, Chris.- dije finalmente, y él embozó la sonrisa más engreída que podría haber formulado.

-       Me llamaste Chris.

-       Tú me llamas Jack todos los días y yo no le doy ninguna importancia.- repliqué. No entendía por qué estaba a la defensiva, pero aun así, lo estaba.

-       Buen punto, no le demos importancia.- dijo y me quedé mirándole, esperando algún tipo de explicación. Me recordé que nunca se sabía con Levy.

-       No, démosle la importancia que merece, Christopher. ¿Por qué tú puedes llamarme Jack y yo no a ti Chris?- le espeté. Estaba muy furiosa conmigo misma por darle importancia a esa estupidez, pero no podía evitarlo. Anonada era el adjetivo que describía a la perfección cómo me sentía por todos esos cambios de humor y actitudes que ocurrían cuando estaba cerca de Christopher, y eso me traía loca. Loca de verdad.

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⏰ Última actualización: May 18, 2013 ⏰

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