Capítulo 5
Nadie lo hubiera dicho.
Supuse que debía agradecer que hubiera podido conciliar el sueño esa noche. A pesar de que Levy no había cerrado la boca por más de una hora, yo caí dormida escuchando su voz, oyendo el montón de quejas que tenía que comentarme.
Aun así, fue de lo más extraño del mundo que él hiciese como si nunca hubiese hecho lo que hizo. Lo único que había pasado por mi cabeza es que prefería olvidar todo, porque yo era su única esperanza. Dolió al principio pero luego perdió importancia, después de todo lo que había hecho Christopher, jamás sentiría lastima alguna, jamás.
El pipipipipi del reloj-despertador me trajo nuevamente a la realidad. Deseé mi existencia normal de hacía unos días atrás, incluso antes de que Christopher arruinara la poca vida social que tenía. Antes de restregar mis ojos, las imágenes de la cafetería pasaron a la velocidad de la luz y por primera vez agradecí haber pedido ese deseo. No hubiese sabido qué hacer si hubiese tenido que enfrentar al día siguiente a todos los estudiantes del instituto. Un odio inmenso me invadió completamente y me dije que no lo ayudaría, no si tenía completa seguridad de que sería para peor.
Froté mis párpados con la yema de los dedos y vi algo borrosa mi habitación. Todo seguía en su lugar y no vi nada más que lo normal. Por un momento hubiese esperado ver algo de desorden, signo de que alguien más hubiese estado allí, pero todo estaba perfectamente en su lugar. Traté de fingir que seguía teniendo la misma vida aburrida, acostumbrada completamente a ser un completo fracaso, pero a esas alturas parecía realmente absurdo.
Quité las mantas y sábanas fuera de mi cuerpo y me sentí renovada, por una extraña razón. Sonreí al ver cómo el sol entraba a través de las cortinas, quizá queriendo darme esperanza.
- Quizá todo ha sido un sueño.- susurré, apenas audible para mis oídos.
- ¿Qué?- pues precisamente eso. Precisamente me confirmó que no era un sueño. Christopher me miraba con su arrogancia de toda su vida y me aseguró, de alguna extraña manera, que esto era la realidad.
- Olvídalo.- asintió, con su habitual cara de estúpido. Bien que alguna vez esos gestos me gustaron, ¿no? Bufé para mis adentros, lamentando aquellos estúpidos sentimientos.
- ¿Y bien, qué vamos a hacer hoy?- preguntó, observándome. Mis mejillas se sonrojaron levemente, al ver que él me recorría todo el cuerpo con la mirada.
Mi pijama constaba de un short corto de algodón y una musculosa blanca, ceñida al torso. Eran esos perfectos momentos para decir “Trágame, tierra. Hazlo, por favor.” La tierra no me escuchó, no me tragó ni por una milésima de segundo y yo seguí ahí, semidesnuda, enfrente de ese idiota. Genial.
Caminé hacia el baño ignorándolo, tratando de evitarlo lo más que pudiera, cosa que no estaba destinada a funcionar. Cerré la puerta del baño, tratando desde el fondo de mi ser sacar la poca paciencia que me quedaba. Suspiré una vez que lo dejé del otro lado de la puerta.
Desgraciadamente, las cosas sólidas ya no eran un obstáculo para Levy. Lo tenía frente a mí un segundo después de largar aquel suspiro. Lo observé enojada, dándome cuenta de cuán complacido estaba de saber que me estaba torturando con su presencia.
- No sé qué vayas a hacer tú hoy, ni se por qué demonios te quedaste en mi casa, sólo sé que yo seguiré con mi vida. Quieras o no quieras, eres solo un espejismo.- si a mí me hubiesen dicho esas palabras y me habrían tratado de aquella forma, habría rompido a llorar. Como él era el estúpido más ignorante de la historia no entendió la dureza de mis palabras, lo que me enfurecía más y más.
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Love is in the air
Teen FictionSinopsis: Una familia algo distante, una reputación arruinada, un malentendido embarazoso, un amor inesperado. Aunque Jacqueline Butler esté harta del infierno que vive todos los días, verá cómo su vida da un vuelco en cuanto pide aquel deseo. Será...