Capítulo 1
No puede ser
Suspiré una, otra y otra vez, dignándome a tomar mi ropa, alzar la vista hacia el reloj despertador y gruñir. El infierno que vivía ya me tenía resignada. Tomé mi móvil y chequeé no tener ningún mensaje ni llamada. Nada. Era de esperarse. Mi estatus social se había estrellado. Literalmente. Y particularmente una persona era la culpable de todo. Solo una y ayer había deseado que aquélla no hubiese existido jamás. Ridículo. ¿Cómo poder ser tan ingenua y creer que podría acabar con mis problemas tan solo deseando que aquel muchacho no existiera? Patético.
Me dirigí hacia el baño y miré mi reflejo en el pequeño espejo que había frente a mí. Sonreí sin alegría. Pude ver mi perfecta hilera de perlas blancas, mis ojos esmeraldas, y mi cabello castaño rojizo, largo hasta la cintura, con algunas ondas, volviéndolo algunas veces salvaje. Mi nariz recta estaba algo rojiza, seguro consecuencia de aquel llanto de la otra noche.
Lavé mi rostro de muñeca de porcelana y dirigí nuevamente mis ojos a mi reflejo. Cepillé mis dientes y acomodé mis cabellos, ya que casi nunca le daba demasiada importancia a mi aspecto. Dejé aquel mal humor con el que me levantaba cada mañana de mi vida, y decidí comenzar bien. Coloqué en mi cuerpo la camisa de jean que solía usar, calzas negras en mis piernas y me calcé las converse rojas que me caracterizaban. Lista, me dije. Seguro lista para una nueva humillación, para ver cómo mi reputación caía por los cielos. Susurré una maldición y me digné a tratar de bajar las escaleras y digerir algo del desayuno.
- ¡Jack, baja ya! Tomemos el desayuno y larguémonos de aquí.- sonreí. Lo mejor que yo tenía era mi hermano, Thomas. Aquel castaño, de ojos celestes como el cielo y sonrisa iluminadora como el sol, hacían que mis días no fuesen tan malos. Mi madre, bueno, no podía quejarme. Realmente yo también sería desdichada si mi esposo estuviera en el ejército, sin nunca poder verlo y sentir esa opresión en el pecho de no saber si le han dado o no. Mi padre. No lo veía demasiado, pero cuando estaba en casa no había persona que me conociese mejor que él. tragué la angustia que se había depositado en mi garganta y suspiré.
Bajé con todos esos pensamientos en la cabeza, dirigiéndole una sonrisa a mi hermano y diciéndose a mí misma: “Hoy, Levy no te va a molestar”
Miré a Thomas, quien sonreía solo cuando yo me hallaba presente. Me sirvió los huevos revueltos en un plato y luego depositó un suave beso en mi mejilla izquierda. Sólo me sentía segura con él, incluso si estuviésemos a punto de morir.
Desayuné lo que pudo digerir mi estómago, ya que no me gustaba demasiado ingerir tanta comida a esa hora de la mañana. Prefería los cereales con yogurt, pero, me los había terminado y había olvidado volverlos a comprar.
Una vez listos, nos dirigimos hasta la puerta de entrada. Miré hacia atrás, limitándome a ver la sala vacía. Me hubiese gustado que mi vida fuese más normal y que alguno de mis padres nos despidiera con un beso y un “Buena suerte”. Todo no era perfecto. Me dije a mí misma que las cosas no eran tan terribles y que había personas en peores situaciones.
Salimos y caminamos hasta casa de Daniel, mejor amigo de Thomas. Él me caía bien, es más, ambos hacían de mis hermanos mayores. Su último año. Solo faltaba un semestre para que dejaran la preparatoria Rivers y fuesen a la universidad. Un nudo se hizo en mi gargantilla. << No es tan malo>> pensé, << Philip y William terminarán conmigo.>> traté de ver las cosas con mayor optimismo, pero no podía dejar de pensar en la noche pasada. << Brenda también está contigo, sin ella no serías nada.>> era verdad. Bren había sido mi punto de apoyo en todo sentido, y mi mejor amiga desde que tenía uso de razón. Sonreí, aquella castaña, de ojos miel, que siempre hacía bromas sobre todo. Traté de que mi mente se mantuviera en blanco, y prestar solo atención hacia el suelo, para poder evitar que mis pies tropezaran y me dejaran tirada en el suelo. ¿Otro desastre más? No, gracias.
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Love is in the air
Novela JuvenilSinopsis: Una familia algo distante, una reputación arruinada, un malentendido embarazoso, un amor inesperado. Aunque Jacqueline Butler esté harta del infierno que vive todos los días, verá cómo su vida da un vuelco en cuanto pide aquel deseo. Será...