KINDA LIKE A BAD BOY 愛 YOONMIN

05 : ¿trato?

Jimin suspiró e hizo un pequeño puchero con sus labios de cereza. Su mirada bajó hasta sus manos, las cuales sostenían una pequeña caja de cartón cerrada, muchas figuras de diferentes colores hechas con acuarelas la decoraban por doquier. Dentro de ella, habían muchas galletas de chispas de chocolate que, esta vez, él mismo había hecho.

Caminó por el pasillo largo de la escuela en busca de su hyung, Yoongi. Llevaba casi media hora buscándolo pero no lo encontraba por ningún lado y ya comenzaba a desesperarse porque aún no conocía la escuela del todo. Quiso preguntarle a alguien, sin embargo, cada vez que pronunciaba el nombre de Yoongi, los alumnos lo miraban con miedo, otros simplemente lo ignoraban. Eso hizo que se sintiera triste.

Yoongi hyung no era tan malo, ¿o sí? Cuando se conocieron fue algo... extraño, pero eso no decía nada.

Jimin hizo una mueca.

Los pasos de Jimin lo llevaron hasta la puerta trasera de la escuela, la abrió para salir al patio, no había nadie a la vista, por lo que siguió caminando hasta girar en una esquina.

―¡Ya te dije que no tengo dinero! ¡Déjame ir, por favor!

Jimin posó sus ojos hacia donde se escuchó aquel grito espantoso.

Ahí estaba Yoongi, dándole la espalda a Jimin mientras sostenía por la camisa a un chico que parecía que iba a su clase también. Se llamaba Felix, era quien más escándalo hacía en su salón.

―Sé que me estás mintiendo ―dijo mientras presionaba más al chico contra la pared con fuerza―. Dámelo de una buena vez antes de que-...

―¡Jimin ayuda! ―gritó Felix al percatarse de la presencia de su compañero.

Yoongi giró la cabeza tan rápido que casi parecía uno de esos personajes de los juegos de terror. Miró a Jimin con los ojos muy abiertos.

Soltó al chico repentinamente, haciendo que Felix cayera al suelo adolorido.

―J-Jiminie, ¿qué haces acá? ―se rió nervioso.

Jimin alzó una de sus cejas en confusión, pues no sabía qué era lo que estaba pasando.

―Yo... Mmh, te buscaba a tí ―pronunció tímidamente―. ¿Por qué están aquí? ¿Son amigos?

―¡Sí! ―exclamó Yoongi.

―¡No! ―gritó Felix justo al mismo tiempo.

Yoongi miró mal a Felix, este se asustó.

―Q-quise decir, ¡sí!

Jimin entrecerró los ojos, analizando a ambos y la situación con recelo.

―Hmm... ―murmuró.

Yoongi se rascó la nuca.

―Verás, lo que estábamos haciendo era un pequeño juego que tenemos entre nosotros ―explicó riendo―. ¿Verdad que sí, Felix?

El moreno asintió enérgicamente.

―S-sí... Y-ya me puedo ir, ¿no? ―miró a Yoongi con miedo, este hizo una mueca.

―Sí...

Felix salió corriendo de ahí. Jimin y Yoongi se quedaron solos finalmente. Yoongi miró al menor con un leve sonrojo en las mejillas, por el esfuerzo que estaba haciendo hace unos minutos, y porque Jimin era demasiado lindo como para ser verdad.

Sus manos se metieron en los bolsillos de su pantalón, un acto tímido que a Jimin le gustaba mucho.

―¿Por qué me buscabas? ―cuestionó Yoongi.

Jimin abrió los ojos al recordar. ―¡Oh! Casi se me olvida.

Jimin se aproximó hasta quedar justo enfrente de él. Con una sonrisa ladeada, alzó la pequeña caja de galletas.

―¡Te traje galletas! ―dijo alegremente. Cuando vio como Yoongi se mordió el labio inquieto y sus mejillas se pusieron mucho más rojas aún, no pudo evitar sentirse feliz―. Las hice yo, así que espero que te gusten.

―Jimin-ah, no debiste... ―Yoongi sostuvo la caja entre sus manos y miró sus ojos alegres―. ¿Cómo te pagaré todo esto?

―No tienes que pagarme nada, es un regalo, hyung ―Jimin juntó sus manos en su espalda―. Pero si tanto insistes; me conformo con que seas mi amigo, y que me dejes pintar más en tus brazos, ¿trato?

Las comisuras en los labios de Yoongi se alzaron en una dulce sonrisa cerrada. Jimin juró que iba a guardar ese lindo gesto en su cabeza de por vida.

Yoongi finalmente asintió, alzando la mirada.

―Trato.

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©PJMBEBU