00 : galletas de mamá

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Yoongi empujó al chico de cabello naranja contra un casillero de la escuela, su espalda golpeando el frío y duro material.

El chico se llama Jimin, si no mal recuerda Yoongi, el nuevo chico de segundo año del que todos hablaban porque según "era demasiado lindo para ser verdad" decían, pero claro, a Yoongi no le importaba eso, lo único que le llegó a la mente al instante, fue que tenía a otro individuo a quien quitarle el dinero del almuerzo.

Yoongi posó sus manos en los hombros del chico para presionarlo contra el casillero con mas fuerza, inmovilizándolo en su lugar sin problema mientras lo sostenía del cuello de su holgado suéter amarillo.

Por lo que podía ver Yoongi, Jimin era casi de su estatura, por lo que no hubo necesidad de subir o bajar la mirada para observar al chico a los ojos e intimidarlo, como solía hacer con todos. Pero cuando Jimin lo miró por igual, con unos asustados, confundidos y hermosos ojos cafés brillantes, Yoongi sintió su corazón latir más rápido de lo normal.

El chico era..., precioso, tenía unos mofletes sutilmente rellenitos, en donde había pintada una mariposa azul muy linda que abarcaba la mayoría de una de sus mejillas. Su cabello naranja caía por su frente tapando una de sus lindas cejas y sus labios, joder..., tenía unos labios gruesos y rojos como la cereza mas rica que haya comido jamás, y su nariz de botón contrastaba a la perfección con todos sus rasgos.

Yoongi se había quedado sin habla, embobado mirando a Jimin, quién frunció el ceño ligeramente marcando mas su clara confusión. Entonces ahí fue cuando recordó lo que estaba a punto de hacer. 

Tragó saliva tratando de no pensar en el sonrojo que comenzaba a sentirse y formarse en sus propias mejillas.

―¿Me darás el dinero de tu almuerzo o qué? ―preguntó. Por lo general, siempre al hacer esa pregunta, su voz es más grave y gutural, pero esta vez sin embargo, salió más aguda de lo normal.

¿Qué estaba pasando? ¿Por qué al ver el rostro de Jimin se sintió tan extraño? ¿Por qué sus mejillas están ardiendo? Lo mas seguro es que se estaba enfermando, ¿Verdad?

Mierda, Yoongi ¡Concéntrate!

Jimin aún tenía esa expresión sorprendida, asustada, en el rostro, mientras abrazaba con ímpetu su carpeta azul de tareas contra su pecho.

¿Q-qué? ―inquirió Jimin, en voz baja melodiosa.

Yoongi podía sentir como los demás estudiantes miraban la extraña escena, murmurando entre sí y mirando mal a Yoongi. Antes, eso le hubiera importado poco, pero ahora, de alguna manera lo hacía sentir muy nervioso e inseguro consigo mismo, cosa que nunca le había pasado en su vida.

Tratando de disimular, Yoongi hizo la mirada más dura que su inseguridad le dejaba hacer, apretó más el suéter de Jimin y volvió a repetir:

―¿Me darás el dinero de tu almuerzo o qué?

Jimin miró su pecho por unos segundos, pensativo. Después alzó la mirada a los ojos de Yoongi de nuevo. Sus mejillas ahora tenían un ligero sonrojo que Yoongi no pudo ignorar en lo absoluto.

U-uhm, tengo galletas... ¡Podemos comerlas juntos si quieres!

Esas palabras le dieron un vuelco repentino a la situación, tomando a Yoongi por sorpresa.

Aflojó su agarre desconcertado. Su mirada vaciló negándose a apartar la vista a pesar de que su nerviosismo repentino rogaba por hacerlo. Sus mejillas se calentaron completamente, su corazón latió con más fuerte y su estómago se sintió muy extraño.

¿Q-que? Y-yo no hablaba de eso-..

Jimin lo interrumpió, o más bien, Yoongi dejó de hablar cuando vio a Jimin sonreír.

―Anda, no te preocupes. Mi mamá me hizo muchas galletas, ven.

Yoongi no tuvo tiempo de contestar, pues Jimin ya lo estaba sacando del pasillo, rodeándolo de la muñeca con su pequeña manito, jalándolo con poca fuerza y guiándolo a quién sabe dónde. Todo el mundo que los observaba se quedaron con la boca completamente abierta, Yoongi también, pero no se percató de ello.

Ya fuera, en el campo de fútbol, ambos se sentaron sobre el césped recién cortado. Jimin sacó un pequeño tupper de plástico de su mochila y lo abrió, dejando ver una docena de galletas de chispas de chocolate. Empujó el tupper hacia Yoongi sin antes coger una galleta él mismo.

¿Cómo diablos había terminado comiendo galletas con el supuesto chico a quien le iba a quitar el dinero? No tenía ni idea, pero no le desagradaba para nada ahora que estaba pasando.

Cogió una galleta y Jimin le regaló otra gran sonrisa que le hizo derretirse ahí mismo.


Sí, seguramente se estaba enfermando.


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KINDA LIKE A BAD BOY 愛 YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora