08 : demasiado hermoso

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―¡Yoongi, apresúrate! ―gritó Seokjin desde la camioneta de su padre, picando el claxon del coche como un loco.

Yoongi salió de su casa, y cerró con llave la puerta ya que su madre no estaría en casa tampoco esa noche. Con pasos apresurados, llegó hasta el automóvil y, al ver que la ventanilla de la puerta del mayor estaba abierta, aprovechó para propinarle un golpe en la nuca con la palma de su mano.

―¡Hey! ―exclamó el mayor, sobándose la zona golpeada, aunque realmente no había sido para nada fuerte.

―Deja de gritar que enojaras a los vecinos, imbécil. ―Con eso dicho, se subió en la parte trasera del coche de un brinco, donde se encontraban algunas herramientas del padre de Seokjin, y Hoseok con una enorme sonrisa.

Seokjin estaba al volante y a su lado Namjoon. Detrás de ellos se encontraban Jungkook y Taehyung, ambos jugando un juego absurdo en sus teléfonos. Todos llevaban ropas casuales para ir al festival, pues era de noche y hacía un poco de calor. Por ende, Yoongi solo llevaba una camisa de su grupo favorito con las mangas cortadas y unos pantalones ajustados, rasgados de las piernas.

Yoongi estaba nervioso, pues sería la primera vez que estaría en la compañía de Jimin fuera de cualquier cosa que tuviera que ver con la escuela. Parecía una cita, o así creía que se debería de sentir, ya que nunca había tenido una.

―Yoongi, ¿dónde vive Jiminie? ―preguntó Seokjin mientras arrancaba el auto de nuevo.

Yoongi le dijo la dirección, sus manos sudaban y no por el calor que hacía ese día.

El mayor manejó unas cuantas cuadras y, gracias al coche, no tardaron ni cinco minutos en llegar. El auto se estacionó frente a la linda casa de Jimin, las luces por dentro se encontraban encendidas, al igual que la luz del patio.

―¿Toco el claxon o que Yoongi baje a tocar la puerta?

―¡Que se baje! ―dijeron todo al unisón.

Yoongi rodó los ojos, ya fastidiado de sus amigos que solo querían verlo sufrir. Bajó del coche y respiró hondo, escuchando las risas de los demás, comenzó a caminar hasta la puerta principal.

Dios, nunca había llegado tan lejos.

Al llegar, y con sus manos temblando, tocó el timbre de la casa. Cuando unos fuertes pasos desde adentro se lograron escuchar, Yoongi casi sale corriendo de ahí.

Pero fue demasiado tarde para eso, la puerta se había abierto dejando ver a un hombre mucho más alto que Yoongi. No parecía pasar de los cincuenta años, bastante fornido y, para el colmo de Yoongi, el hombre poseía una mirada con la cual podría matar a más de cinco personas.

Bueno, tal vez estaba exagerando, pero realmente era un hombre muy intimidante. El miedo de Yoongi aumentó cuando el señor se cruzó de brazos.

―U-uh, buenos días-... d-digo buenas noches ―saludó Yoongi, ¿quién diablos era esa persona y porque lo miraba tan mal?―. Mhm, ¿se encuentra Jimin?

―¿Quién lo busca? ―preguntó el hombre con una grave voz.

Yoongi tragó saliva notablemente.

―Y-Yoongi, uhm. Min Yoongi. Soy amigo de Jimin.

―¿Min Yoongi? No me suena para nada ―dijo el hombre, mientras lo inspeccionaba de pies a cabeza―. Eres uno de esos, ¿elmos? ¿nemos? Espera, ¿cómo era? ¿emos? Ya sabes, esos que siempre dicen frases tristes por Internet.

―¿Cómo?

Yoongi realmente estaba confundido.

Sin embargo, antes que pudiera decir algo más, una mujer rubia con una apariencia bastante similar a la de Jimin apareció con una dulce sonrisa en sus labios pintados de rojo.

―¿Por qué tanta tardanza? ―preguntó con una dulce voz cantarina.

―Bueno, este nemo viene a buscar a Jimin, ¿lo conoces? Se llama Yoongi.

La mujer miró al pelinegro rápidamente.

Oh, mi Dios, ¿tú eres el famoso Yoongi? ―La mujer se aproximó a él y posó sus dos manos sobre las mejillas de Yoongi, apretando fuertemente―. ¡Jiminie me ha hablado tanto de ti! Me dijo que te encantan mis galletas, ¿es eso cierto? Si es así, puedo hacerte muchas más cuando quieras, pídemelas sin pena y yo las haré. Solo di las palabras y-

―¡Mamá!

Jimin apareció, haciendo que la mujer soltara a un Yoongi muy asustado. Salió de su casa, pasando por en medio de su familia. Miró al pelinegro con pena, y este solo se quedó helado y ligeramente boquiabierto por lo hermoso que se veía Jimin hoy.

Parecía que llevaba un poco de maquillaje, demasiado leve, pero podía notarse. Y, como siempre, su mariposa azul se encontraba sobre su mejilla, solo que esta vez había un poco de brillitos azules sobre ella.

―No me dejaste intimidarlo por completo, Shinhye ―susurró el padre de Jimin hacia su esposa, aun así ambos menores pudieron escucharlo.

―Te dije que no hicieras eso con los amigos de Jimin, Gongyoo ―susurró por igual la mujer.

―Pero-

Jimin rodó los ojos, y cogió a Yoongi del brazo.

―¿Ya me puedo ir? ―preguntó.

Shinhye asintió enérgica, en cambio su padre solo miró mal a Yoongi y a la camioneta de Seokjin. Hoseok saludó al hombre con alegría, haciendo que frunciera el ceño.

―¡Claro! Ya sabes, cualquier cosa llámanos. ―Jimin asintió mientras se alejaba con Yoongi―. ¡Recuerda que no debes hablar con extraños! Por cierto, ¡fue un gusto conocerte, Yoonie!

―I-igualmente...

―Sí, sí, sí. ¡Adiós! ―La puerta fue cerrada, entonces Jimin miró al pelinegro con pena―. Perdón por eso. Mis padres están locos.

Yoongi se rió simplemente, porque no quería demostrar que estaba muy asustado aún.

―¡Dos mil años llevamos acá, apresúrense! ―gritó Taehyung, sacando su cabeza de la ventanilla del auto.

Al acercarse, todos miraron con diversión a Yoongi, mas no dijeron nada porque pensaban que ya demasiada vergüenza había pasado.

Ambos se sentaron detrás de la camioneta con Hoseok. El último mencionado, al ver como las manos de los dos se juntaban, no pudo evitar hacer una mueca.

―Genial, me toca ser el jodido sujeta velas.

Yoongi lo golpeó con su pie, y Jimin se rió sutilmente.

―¿Listos chicos? ―preguntó Seokjin encendiendo el coche.

Todos gritaron un sí, y Namjoon encendió la radio en una emisora de música alternativa mientras el mayor comenzaba a conducir.

―¿Ya viste cómo se ven las estrellas, Yoongi hyung? ―preguntó Jimin emocionado, mirando el cielo estrellado―. Se ve muy hermoso, ¿no crees?

―Sí, demasiado hermoso... ―dijo Yoongi, mirando a Jimin en todo momento.



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©PJMBEBU



KINDA LIKE A BAD BOY 愛 YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora