12 : besos y pintura

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Con el paso de los meses, ir a la casa de Jimin todos los días después de la escuela se convirtió en una costumbre para Yoongi.

Hacía sus tareas ahí, cenaba ahí, y hasta dormía ahí también ―lo cual solo pasó una vez cuando estaba demasiado cansado―, todo eso se convirtió en rutina para él y su mamá no tenía problema con ello, pues ella tampoco pasaba mucho tiempo en casa por trabajo.

Los padres de Jimin trabajaban la mayor parte del tiempo también, pero cuando no lo hacían, o tenían descanso, las miradas matadoras de parte del padre del menor eran constantes hasta tal punto de quemarlo con sus ojos.

Dramático como siempre, pero así lo sentía Yoongi.

A pesar de eso, el mayor disfrutaba a toda costa la compañía de su novio.

Y cuando Yoongi terminaba su tarea, quedando totalmente libre, Jimin aprovechaba para pintar sobre su piel como ya acostumbraba en las tardes y en la tranquilidad de su habitación; justamente como estaba pasando en esos momentos... Sin embargo, había algo un poco diferente.

―¿Quieres que me quite la camisa? ―preguntó Yoongi desconcertado, después de la inesperada propuesta del menor.

Jimin quería pintar sobre su torso y espalda porque en sus brazos ya no quedaba espacio libre.

―Sí ―respondió cogiendo un pincel nuevo de su escritorio. Se veía realmente entusiasmado por ello―. Será rápido, lo prometo.

El pelinegro se removió nervioso de pie en medio de la habitación, pensando en hacer la petición de Jimin. No tenía nada en contra de su propio cuerpo, pero aún así, era extraño para él andar sin camisa en una casa 'casi' ajena.

Jimin sonrió ladino mientras caminaba para dejar todas las cosas que necesitaba sobre la cama. Después caminó hacia Yoongi para rodearlo con sus brazos. El mayor hizo lo mismo por inercia, sintiendo la linda nariz de Jimin rozar su cuello.

―Si no quiere está bien, hyung ―dijo con una pequeña risa―. Pero si le reconforta, puedo quitarme la camisa yo también si así se siente más cómodo.

No se sintió para nada más tranquilo, ese último comentario solo logró que se pusiera más nervioso al imaginarse aquello.

―No hace falta ―susurró, y se aclaró la garganta―. Lo haré.

Lo último salió por sí solo de su boca.

Jimin se alejó contento, corriendo de inmediato hacia su cama para combinar los colores que quería.

Yoongi se mordió el labio inferior.

Dios, antes era el bravucón más temido de la maldita escuela, y ahora ahí estaba, nervioso porque su novio le vería los pezones.

Gracioso.

Sin más, jaló su camisa por el cuello, sacándola por su cabeza, dejando a la vista su espalda poco a poco. Su piel se erizó sutilmente al sentir la tela de su camisa deslizarse por su cuerpo.

Cuando su ropa superior quedó completamente fuera, la dejó sobre la silla del escritorio y se cruzó de brazos incómodamente. Se giró hacia el menor.

Jimin rápidamente bajó la mirada sonrojada hacia sus pinturas de nuevo para que Yoongi no se diera cuenta de que lo estaba viendo mientras se quitaba la prenda, cosa que..., bueno, no funcionó del todo.

No dijo nada al respecto, solo esperó a que Jimin le dijera qué hacer después.

Uhm, b-bien... ―comenzó a decir el peli-naranja―. Puedes acostarte sobre la cama, p-para que sea más cómodo.

KINDA LIKE A BAD BOY 愛 YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora