the neighbors [noren-markren]

dos

La mañana no se sintió tan diferente a cómo era en su antiguo hogar, su mamá fue la primera en despertarse e hizo el desayuno, mientras, su papá estaba leyendo el periódico y a la vez bastante pendiente a los posibles mensajes que podría llegar a enviar su nuevo jefe y como era de esperarse la mujer cada vez que se giraba lo regañaba diciéndole que el tiempo de comer era sagrado incluso si ella estaba comiendo de pie.

-¿Como te fue en el instituto ayer?-pregunto su mamá cuando finalmente decidió tomar asiento.

-Genial, de hecho ya tengo dos amigos influyentes.-sonrió tomando el jarabe para adornar sus panqueques.

-¿En serio? Eso es genial, cariño.-respondió su papá realmente entusiasmado mientras dejaba el periódico a un lado para mirarlo.

Su mamá asintió de acuerdo antes de parecer recordar algo que la hizo saltar en su asiento.

-Oh. ¿Ya viste a los vecinos? Creo que también están en tu instituto.

-¿Si? Aún no los conozco.-se encogió de hombros pensando que si sus vecinos fueran a "SM Institute" tal vez los hubiera visto el día anterior al irse o al llegar a casa.

-¿Como puedes ignorarlos? Son muy guapos.-dijo de repente levantando sus cejas.

-Mamá...-se quejó cubriendo su boca porque justo le había dado un mordisco a sus panqueques.

-¿Qué? Es solo una observación.

-Aja, y porque sean guapos no quiere decir que sean gays.-tomo un sorbo de su jugo de naranja.

-Yo no dije eso.-se quejó levantando sus manos antes de volver a su comida y susurrar.-Y pueden ser bisexuales.

-Tu mamá tiene razón.-señaló su padre sin siquiera mirarlo.

Renjun aveces se cuestionaba aquel treinta y uno de diciembre cuando finalmente decidió abrir su corazón y les dijo a sus padres que era gay, había pensado las mil cosas que podrían pasar en ese momento pero nunca que se volverían sus aliados más cercanos. Los amaba demasiado pero también era vergonzoso en ocasiones.

-De todos modos, no deben gustarme ellos...-se puso de pie tomando su mochila.-Y ya debo irme.

-Deja que te lleve.-dijo su papá.

-No, está bien. Donghyuck me envió un mensaje ayer y me dijo que pasaría por mi, ¿No es genial? El tiene su propio auto.

Sus padres se miraron por varios segundos antes de volver su vista a el.

-¿Y Donghyuck es...?

-Mi nuevo amigo.-se encogió de hombros.

-Bien, suficiente información para mi.-su papá se encogió de hombros volviendo a su periódico.

Se acercó a ambos, dejó un beso en cada una de sus mejillas y luego fue corriendo fuera de su casa justo en el momento exacto en el que su celular comenzaba a sonar. Le mostró el aparato al menor con una sonrisa antes de deslizarse en el asiento de pasajero.

-¿Chanhee?

-Tiene su propio auto.

-Genial, todos tienen sus propios autos menos yo.-se quejó apoyándose en el asiento.

El menor soltó una risa antes de arreglar la chaqueta de su uniforme—una de las cosas que más amaba de la transferencia era lo bonito que era el uniforme— y volver a encender el auto, estaba apunto de arrancar para salir de en frente de su casa cuando se quedó mirando por el retrovisor.

-Oh...

-¿Pasa algo?-pregunto desviando la mirada de su celular.

-Nada. Eres vecino de los Lee.