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"Desafío candente"

Lo malo no fue sentir el latido acelerado de su corazón golpeando contra mi espalda, lo malo fue descubrir que el mío latía de igual manera.

No sabía que responder, acababa de decir que era una tentación para él, ¿no?

¿Qué debo responder ante eso? ¿Usted también es una tentación para mí? Joder, sí lo es, pero tampoco voy a admitirlo tan fácil, así que no lo hice.

Guardé silencio mientras trataba de concentrarme en el movimiento de nuestras caderas, que más bien era un roce entre ambos que me estaba calando en lo más recóndito. El vaivén era lento remarcando el paso final cuando marcábamos nuestra cadera, pero después aumentaba la velocidad obteniendo una pequeña coreografía en el mismo lugar con vueltas y giros.

- La bachata no es sólo mover la cadera, Joven Kim - cerré mis ojos instintivamente al escuchar su voz acariciando mi nuca - Debe sentirla - muerdo ligeramente mi labio inferior - ¿La siente? Dígame que la siente.

Oh dios mío - La-la siento.

- ¿Y cómo se siente? - mi cuerpo hierve, ¿acaso estamos bailando o excitándonos mutuamente? Por favor que sea la última, por lo que más quiera que sea la última.

Su andar presionándose contra mi trasero es la más jodida sensación que he sentido en mi vida. Está duro, está duro por mí.

¿Por qué se resistía tanto? Puedo sentir su deseo por mí y es igual o similar al deseo que yo siento por él. ¿Por qué no sólo simplemente me besaba y me follaba y ya?

¿Cuál era su freno? ¿qué le detenía?

Más bien, ¿qué me detenía a mí de besarlo? Exactamente, nada.

Entonces decidí detener nuestro baile/faje rompiendo su agarre de mi cuerpo. Giré hacia él observando su ceño fruncido, su rostro era realmente atractivo. Sus cejas remarcadas, sus ojos pequeños, pero preciosos. Sus pupilas oscuras de un negro intenso que me hipnotizaba. Sus bonitos pómulos, su mentón y sus labios pequeños. Delgados y lizos.

Comencé a acercarme a su cuerpo acariciando con mis manos sus brazos. Él me miraba atento hasta que estuve a escasos centímetros de su rostro. No me acerqué más, él no se movió. Permanecía estático observando lo que yo hacía.

- Fue suficiente por hoy - murmuró contra mis labios, tomó mi cintura en sus manos para alejarme, pero eso sólo empeoró mi temperatura. Sus manos cálidas y pesadas sujetaban mi cintura de una forma tan posesiva que me volvía loco. Trataba de alejarme empujándome suavemente, pero me mantuve quieto.

- No - respondí firme - Esto aún no acaba.

- Eso usted no lo decide.

- Por supuesto que sí - así que sin esperar un segundo más tomé su rostro, pero me detuve.

Sus ojos parpadearon en alerta, ¿qué?

- Deténgase - fruncí mis labios - Po-por favor.

Maldita sea, no lo hice, era muy bueno para calentarme, pero no para afrontar las consecuencias de nuestros actos, así que cambié mi dirección y dirigí mis labios a su cuello de la manera más rápida posible.

Su cuerpo vibró al sentir mi aliento en su cuello, sus manos pasaron de mi cintura a estar enterrándose en mi espalda. Si antes su andar se sentía duro estaba seguro que ahora iba a explotar. Nuestros centros estaban pegados, no se rozaban, pero se sentían completamente ásperos.

Presioné mis labios en su piel dándole un pequeño beso, después abrí mi boca lo suficiente para sacar mi lengua y darle una lenta, pero intensa lamida probando su piel.

Tentación inocente [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora