LONELY -UZUZEN

II

Los rayos del sol que se posaron en su cara fueron suficientes para levantar al alfa, aún soñoliento su mirada fue a esa cuna de madera que había colocado al lado de su cama; Zen solo lo había dejado dormir algunas unas horas, perdió la cuanta de las veces que se levantó en la noche, sin embargó era un alivio ver como aún continuaba durmiendo.

Tomo la alarma para pagarla porque ya no era necesaria, ya que los rayos del sol hicieron su trabajo, además no quería despertar al pichón.

Dejó las sábanas a un costado, para ir por su hijo, como cualquier padre primerizo se preocupa por todo. Normalmente cuando Zen estaba despierto era muy inquieto, no lloraba pero paraba pataleando o tratando de llamar su atención con balbuceos, cuando no hacía alguna de esas cosas siempre temía que algo le esté pasado, esa angustia se esfumó cuando lo vio respirando despacio.

Era tan idéntico a él.

Bajo a la cocina para prepararle la leche, conocía a su cachorro tan bien que sabía que pronto despertaría. Desde que nació o mejor dicho desde que estaba en el vientre de Zenitsu podía reconocer su olor a cacao, el doctor que los atendía en las citas para seguir el control del embarazo dijo que el cachorro desde el sexto mes de gestación ya reconocía el olor de sus padres. Cada mañana que se levantaba a trabajar y lo dejaba solo en la habitación comenzaba inmediatamente a llorar. A Zen no le gustaba cuando no podía olerlo cerca. Fue duro también para su hijo no poder tener cerca ese olor que conoció desde antes, a veces lloraba tanto que se ponía rojo, por eso le daba las prendas guardadas que tenía de Zenitsu para calmarlo. También lo extrañaba.

Tomo el hervidor para poner agua a hervir; busco la lata de la fórmula de leche de su cachorro; siempre trataba de aprender todo rápido. Aún se le dificultaba mucho atender a su bebé, ir a trabajar y hacer las cosas de la casa. Por un momento pensó en contratar una empleada para que lo apoye en la limpieza pero solo pensar en dejar entrar a alguien a su casa le parecía descabellado, más aún teniendo un bebé de un mes. Uzui no era paranoico pero temía que le hicieran daño a su pichón, había escuchando muchas noticias de niños siento secuestrados, otros asesinados, a veces hasta del mismo entorno familiar. Solo era Zen y él, no confiaría en nadie. Sin embargo aún tenía algunas personas en quienes confiar, sus amigos, los amigos de Zenitsu que siempre estuvieron atentos a ellos dos. Pero aparte de ellos en nadie más. La seguridad de Zen era primero.

El sonido del hervidor lo sacó de sus pensamientos. Alcanzó a apagarla, sacó un poco y la colocó en un recipiente para que se enfriara más rápido. Procedió a medir las cucharadas de la leche en polvo.

"¿Eran tres cucharadas"? Se preguntó a sí mismo. Si, a veces tenía muchas dificultades.

No podía darle a Zen demás, no quería causarle una diarrea, tampoco es que el popo de su pichón sea sólida, pero ya estaba medio traumando de ver mucha caca liquida, no quería ver más. Según lo que le dijo Kanae eran tres medidas... pero estaba con dudas aún.

Tomo su celular para buscar esa nota que tenía guardada por si se olvidaba de como preparar la leche, no creyó necesitarla pero ahí estaba buscando esa maldita nota que no encontraba. Hasta que la vió.

Como preparar la leche del pichón según Kanae:

03 cucharadas de fórmula
300mill de agua herviría TIBIA AL TACTO
Luego agitar y dar al pichón.

Si bueno ahora sabe que si estaba en lo cierto, se sentía como un padre extravagante.

Una vez estuvo lista el agua, la colocó en el biberón previamente esterilizado con agua hervida, agregó la fórmula y agitó el biberón para que los ingredientes se mezclen bien. Cuando estuvo lista colocó unas gotas encima de su mano para sentir si la temperatura sea la correcta y sí lo era, ese paso del proceso no lo olvida dado que una vez casi quema a Zen al darle un leche que literalmente estaba hirviendo, si no fuera por Kanae que lo vio y lo detuvo pudo a ver causando un gran daño a su hijo. Desde ese día es muy cuidadoso con la leche de Zen.