tres | dräi

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Sunghoon siempre se ha considerado a sí mismo como una especie de mala suerte, tal como una oveja negra de la familia real de Deutsh-Azelette. Primeramente, se materializó como un pensamiento propio, aunque todos eventualmente lo valoraron de la misma manera también.

Todo se remontaba a la primera etapa de su vida, exactamente en la tarde de un ocho de diciembre frío y nevoso de hace veinte años. Él claramente no podía recordar lo que sucedió, pero por las palabras que su madre le dio muchos años después, supo que su nacimiento conllevó una gran controversia entre los reinos cercanos. Era el primer hijo de una de las parejas de reyes más fuertes de sus tiempos y su madre le contó que cientos de personas esperaba su llegada al mundo puesto que sería el gran heredero del trono, sin embargo, cuando su rostro fue revelado a los habitantes del pueblo, aún más personas quedaron cautivadas con su brillante apariencia: piel blanca, ojos castaños y ligeramente opacos, labios tiernos y rosados. Era exactamente igual a cualquier otro infante recién nacido, pero, por alguna extraña razón que estaba más allá de su entendimiento, logró captar la atención de todos. Comenzaron a decir que lucía como una muñeca de porcelana muy hermosa, tan frágil que podía romperse en cualquier instante, también comentaban que en el futuro se presentaría bajo la jerarquía de un omega y que probablemente sería el más hermoso de toda la nueva generación de herederos. Además, solían decirle a su madre que su cachorro tenía rasgos físicos que no correspondían definidamente a los de su propio género, que fácilmente podía hacerse pasar por una tierna chica, e incluso usaban palabras con terminaciones femeninas para referirse a él. Ciertamente, ser llamado "linda", "muñeca" y entre otros apodos no iba a causarle ninguna incomodidad si a su corta edad no sabía a lo que se referían.

Muchas de las hechiceras que vivían en las partes desoladas del lugar murmuraban que podían ver a través de los ojos deslustrados del pequeño príncipe la gran fertilidad que poseía y por supuesto, que la casta correspondiente era la más baja. Todo lo que las brujas decían por consecuencia se expandía entre la ciudadanía hasta llegar a los oídos de las figuras de la realeza. Por ende, debido a la influencia de todas aquellas personas que conformaban su preciado pueblo, sus padres cayeron bajo la idea de que sería un precioso omega.

Con el pasar de los años, y observando que nada en su anatomía había cambiado para su quinto año de vida, era casi seguro que se convertiría en uno; aún mantenía su piel pálida y de porcelana, al igual que sus rasgos finos y cuerpo delicado. Fue la clara muestra de que ya todo estaba escrito y que debían seguir adelante con la vida que conllevaba la realeza. Y esa fue la misma razón por la que el Rey y la Reina decidieron que sería mejor si buscaban a la futura persona que acompañaría a su cachorro en su reinado lo antes posible, incluso si los matrimonios arreglados se establecían a partir del quinceavo año de edad.

Con aquella decisión sus padres emprendieron una búsqueda demasiado corta para su sorpresa, dejando que el Príncipe de Wiltz entrara de una de las maneras más inesperadas a la vida de Sunghoon.

El Príncipe de Deutsh-Azelette no entendía porque su madre le colocaba sus prendas más bonitas en una tarde de verano cuando estaba absuelto de todas sus responsabilidades reales y solo quería más que jugar con sus figuras de madera y con su hermano menor, Sunoo. Por lo menos sabía que iba a divertirse cuando su madre lo trasladó solo a él junto a sus juguetes hasta el jardín principal donde solían tomar el té por las tardes. Su madre lo acomodó en una manta fina sobre el césped verdoso mientras ella buscaba acomodarse junto a su padre con Sunoo en brazos a un costado de él en la mesita que adornaba el lugar.

Su primera confusión fue que haya sido dejado solo, completamente alejado de su familia y con sus juguetes haciéndole compañía; y la segunda fue cuando vio a tres personas altas y con un porte sofisticado acercarse a sus padres. Ante sus inocentes ojos, cualquier persona que pisara el castillo era amenazante porque no era usual que personas ajenas a los sirvientes se vieran en aquellos rumbos. Nadie en cinco años había puesto un pie dentro del castillo y su mente no comprendía lo que hacían esas personas extrañas ahí. Se sentía ansioso, quería marcharse de ahí y volver a su habitación para aislarse y seguir jugando a pesar de que el clima actualmente era demasiado bueno para pasar la tarde fuera, pero antes de que tuviera la oportunidad de correr a los brazos de su madre y excusarse con que quería retirarse, una figura alta se plantó delante de él.

𖥔 ִ  ۫   ˑ  Harmonies of the Night    !   heehoon  ִˑDonde viven las historias. Descúbrelo ahora