doce | zwielef

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Fue una sensación extraña.

Una que danza como la marea.

Podía sentir cada una de las olas chocando con su cuerpo. Desde el momento en que había entrado a su habitación sintiendo que la marea intentaba derrumbarlo y ahogarlo, pero justo en ese momento, en donde miraba la blanca piel de su vientre estirada por la hinchazón, las olas que lo golpeaban con dureza apenas lo desestabilizaban por milímetros. Su cuerpo había dejado de reaccionar, se había quedado plantado ahí, en el medio del océano. Las lágrimas que habían estado derramándose continuamente por sus mejillas habían dejado de hacerlo, solo quedaban los rastros que se estancaban en el comienzo de sus pómulos y cualquier signo de su llanto se había esfumando con los hipos y sollozos bajos que seguían saliéndoseles de los labios. El tiempo se había detenido para Sunghoon. No tenía palabras para la imagen que sus ojos seguían capturando.

Sus dedos se enterraron en la zona. No sabía que esperar por realizarlo, pero de alguna manera deseaba que el bulto que permanecía en su abdomen fuera blando, como si solo tuviera una retención de líquidos o como si su lobo interno todavía tuviera la imprudencia de causarle más dolor a su pobre cuerpo cansado. Sin embargo, sus deseos eran diferentes a la realidad. Debajo de su toque, su carne estaba sólida, sin mostrar señales de la ternura en esta. Su vientre estaba duro, tal cual estuviera albergando algo dentro. Las puntas de sus falanges se posicionaron en su estómago, justo en el lugar en donde iniciaba a formarse la pequeña montaña, bajaron por el medio, rozando su ombligo y dando fin a su recorrido casi tocando su entrepierna.

Había un conjunto de palabras que el Príncipe de Deutsh-Azelette estaba evitando con todas sus fuerzas pensar. Era ridículo siquiera considerarlas como una opción porque no era algo natural. Él era un alfa. Él se había presentado como la más alta jerarquía en esa mañana de primavera donde las hojas de los árboles de cerezo caían con delicadeza sobre el verde césped. Había visto en sus celos su nudo formarse y había visto cómo su cuerpo delgado comenzaba a ganar musculatura. Era imposible que algo pudiera formarse dentro de él cuando ninguna parte de su cuerpo era apta para hacerlo. Sunghoon no podía estar esperando un cachorro.

Un cachorro.

Finalmente, las palabras que su subconsciente había almacenado salieron de la oscuridad para traer consigo cientos de escalofríos que recorrieron todo su cuerpo. ¿Estaba llevando un cachorro de Heeseung y él en su vientre? La broma que le estaba jugando tanto su mente como su alfa interno se estaba saliendo de control. Por un segundo, Sunghoon se preguntó si realmente lo que estaba viviendo era real. Claro que podía sentir su toque sobre su propio cuerpo y todavía podía sentir la reacción automática de su cuerpo respondiendo a su llanto anterior, pero ninguna de esas sensaciones le daba la certeza de que seguía con vida. Aún existía la posibilidad de que el dolor que había sentido en su estómago cuando intentaba cortarse las venas era su mente reemplazando el lugar de escozor y que en realidad había deslizado la navaja por todo su antebrazo, abriéndolo como una vaina de vainilla. Él podía estar realmente muerto y que su vientre hinchado solo fuera él viviendo la vida que siempre quiso una vez su alma había ascendido al reino de los cielos, pero todo era tan vívido que esa idea no permaneció por tanto tiempo en su cabeza.

Sunghoon estaba vivo, con el probable milagro más grande hecho por la Diosa Luna descansando en su vientre.

Pero antes de que incluso pudiera pensar en la probabilidad que algo estuviera formándose dentro de él, debía buscar algo que se lo confirmara. No podía acudir a sus padres, tampoco podía recurrir a Jungwon o a Jaeyun o a su hermano, mucho menos podría contárselo a Heeseung. Como su alfa había dicho antes, la fertilidad era muy importante para todo el mundo, pero eso no significaba que él correría el mismo riesgo, además, ni siquiera podía decir que en verdad era un alfa fértil o que alguien le creería si lo fuera. Necesitaba corroborarlo y solo alguien que no lo reconociera fácilmente y que tuviera la inmensa de habilidad de adivinar y de la clarividencia podía hacerlo. Sunghoon necesitaba reunirse con una bruja lo más pronto posible.

𖥔 ִ  ۫   ˑ  Harmonies of the Night    !   heehoon  ִˑDonde viven las historias. Descúbrelo ahora