𖥔 ִ ۫ ˑ Harmonies of the Night ! heehoon ִˑ

diecinueve | nonzéng

Las primeras horas de la noche del Príncipe de Deutsh-Azelette transcurrieron de forma ordinaria con Heeseung durmiendo a su lado y una de sus manos protegiendo su vientre, sin embargo, a unas horas antes del amanecer, sus ojos se abrieron y no precisamente por la razón que esperaba hacerlo.

Era extraña la manera en que Sunghoon se sentía. Desde que había estado en los brazos del Príncipe de Wiltz luego de su tortura, cualquier mínima sensación se había potenciado. Si quería dormir solo unos cuantos minutos, terminaría por dormir casi una hora; si su hambre antes era inmensa, ahora podía acabar con todo un banquete sin sentirse nauseabundo después; si un pensamiento negativo llegaba a su mente, se transformaría en una nube gruesa de desconsuelo; si su necesidad de estar con el mayor siempre fue constante, actualmente no querría separarse de él. Estaba sintiendo más de lo que debería.

Para él sería lógico, tomando en cuenta sus nuevas sensaciones, despertar en medio de la noche por algún malestar, por querer saciar su apetito o incluso por alguna pesadilla que lo atormentara, pero ese no era el caso. Lo que lo hizo removerse inquieto fue la viscosidad entre sus muslos y el extraño deseo que provino desde su interior por tener algo arremetiendo su punto dulce en ese mismo momento. La singularidad de la petición de su cuerpo recaía en que las veces anteriores en las que también tuvo el mismo deseo, jamás sintió que una parte de su lobo lo solicitara. Siempre existía ese rechazo de su alfa interno cuando quería obtener placer de maneras distintas a su naturaleza, pero ahora solo podía distinguir libídine que una parte de su lobo clamaba con exasperación.

-Heeseung... - llamó al mayor, colocando una de sus manos en el hombro del contrario para despertarlo. No quería molestar Heeseung con sus deseos inapropiados, pero sus instintos parecían más desesperados y el hecho de tener a su alfa cerca solo los impulsaba.

-¿Mhm? ¿Sientes alguna molestia? - El Príncipe de Wiltz despertó unos cuantos movimientos después. La mano que estaba en su vientre comenzó a masajearlo con el fin de aliviar cualquiera que fuera su dolencia mientras se ponía sobre su costado para tener mejor visión del menor a pesar de la oscuridad que los rodeaba. Gracias a esta, Heeseung no lograba ver el desastre sonrojado que era.

-Algo así... Yo... - Sunghoon susurró con vergüenza. Requería poner mucho esfuerzo de su parte sugerir alguna actividad sexual cuando solo habían tenido un encuentro y el alfa de ojos tintos había sido quien lo había comenzado. Ni siquiera había transcurrido un día entero desde que había sido rescatado y ahora sus instintos innatos lo apenaban. Pero Sunghoon lo quería, quería ser tocado y que el alfa admirara y deseara su cuerpo gestante. Así que para obtener lo que tanto ansiaba sin tener que pronunciar palabra alguna, tomó la mano del mayor que estaba sobre su cachorro y empezó a deslizarla hacia abajo, rozando su entrepierna al mismo tiempo que sus piernas se abrían y finalmente las puntas de los dedos del mayor rozaron su entrada húmeda. Cuando la mano de Heeseung estuvo posicionada, Sunghoon retiró la suya esperando que fuera suficiente para hacerle saber al contrario su necesidad.

-Oh... - Sunghoon echó su cabeza hacia un costado, cerrando sus ojos en el proceso cuando sintió que la mano del alfa acarició sus muslos manchados con el flujo transparentoso. Agradeció infinitamente no llevar nada debajo del suave camisón cuando Heeseung insertó un dedo en él, moviéndolo con lentitud. -¿Esto es lo que querías?

-Alfa... - El príncipe menor gimió en un susurro, sus caderas comenzaron a moverse ya que el placer que el otro le proporcionaba no era el suficiente para satisfacerlo. Heeseung entendió perfectamente sus acciones e insertó otros dos dedos, expandiendo su entrada de una manera placenteramente dolorosa. La respiración del mayor se había vuelto profunda, podía sentirla contra la piel de su cuello antes de que unos labios comenzaran a succionar esta. No necesitaba más para saber que el alfa ya había cedido ante su apetencia. -Mhm...