01

353 44 9
                                    

Todo comenzó hace once años aproximadamente. No había sido mi intención quedar en las audiciones de la empresa de Big hit music. Pero había ocurrido, por lo que, no pasó mucho para que la empresa me contactara para quedarme en una de sus instalaciones en Seúl, donde tendría que compartir un pequeño departamento con otros seis chicos.

Sabía cuáles eran sus nombres, sin embargo, jamás los había visto en persona, por lo que me preguntaba qué dirían de mi o si llegaríamos a agradarnos mutuamente. Debido a mi forma de ser, traía un largo historial, uno no muy agradable, pues todavía permanecían en mi mente aquellas viejas memorias de mis compañeros de clase, los cuales me dedicaban miradas extrañas, y uno que otro se alejaba.

Aún así, decidí apartar el miedo e inseguridades de mi, decidiendo que todo valdría la pena una vez tuviera el dinero suficiente para mejorar nuestro nivel de vida. Sorpresivamente, ese no fue el caso. Logré entablar una amena conversación con todos ellos desde el primer momento, o bueno, al menos la mayoría. Min YoonGi, ese era el nombre del chico que me veía fijamente, con su ceño fruncido y mirada desaprobatoria. Al parecer, el era uno de esos chicos que no aprobaban mi manera de ser, distinta a la del resto.

O por lo menos así fueron los primeros meses. Honestamente el me intimidaba un poco, a pesar de ser un poco más bajo, su presencia era tan grande para mí, que yo solo podía esquivarlo un poco. Hasta que un día, el me habló, preguntándome directamente el porqué me comportaba de esa manera. No supe que responder, después de todo, ¿Cómo explicas tu manera de ser a otra persona cuando ni siquiera tu mismo sabes la respuesta?

"No hago nada", fue lo que respondí, justo antes de que un par de lágrimas involuntarias salieran de mis ojos. El me miró sorprendido, antes de aclararse la garganta y palmear mi hombro para consolarme.

"No llores, dirán que te hice algo", fue lo que dijo, pero podía sentir su preocupación e incomodidad en sus facciones. Fue la primera vez que note que sus ojos eran bastante parecidos a los de un gato. También como su piel era de un tono bastante blanquecino, su rostro sin imperfecciones resaltando aquello. Y fue la primera vez que pensé, que alguien era realmente hermoso.

Me asusté ante aquello, no se suponía que debía pensar que un chico era lindo, mucho menos mi compañero de grupo.

Lo evite por varios días, tratando de interactuar lo menos posible con él. Sin embargo, aquello tampoco me fue posible, pues con el tiempo, YoonGi se me acercó, pidiendome disculpas por haberse hecho ideas erróneas sobre mí, mientras me confesaba haber creído que yo fingía mi manera de ser, pero que ahora lo sabía mejor, y se sentía bastante impresionado de conocer a una persona tan única y especial.

Aquello fue aterrador, no se suponía que debía sentirme tan feliz al escuchar aquellas simples palabras. Pero lo había hecho, y sin darme cuenta, comencé a desear más contacto de su parte, esperando algo que sabía no ocurriría.

Y entonces lo comprendí; así era como se sentía el primer amor.

Unilateral || KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora