|| 14 de Febrero ||

•Primer beso•

|| Sirius x Remus ||

|| Amor de niños ||

-

Hace unos pocos meses, un pequeño Sirius, había sido aceptado en Hogwarts, La escuela de Magia Y Hechicería, algo estupendo pues podria librarse del peso de ser ''El heredero de la Gran y Ancestral Casa Black'', no es que no le gustara ser quien era, estaba orgulloso de ser un digno representante de su apellido, y sobre todo agradecido de ser él a quien le tocase interpretar ese papel, pues aun que sentía que en cualquier momento se quebraría, no lo haría, no dejaría que su hermanito viviera esa presión, pues él tenia el derecho de jugar y divertirse mientras aún era un niño, algo que él no pudo hacer. Ahora ya estaba en Hogwarts, y podria divertirse con sus amigos. Pero aunque su madre le había perdonado haber quedado en Gryffindor, estaba aterrado, es decir, él era un buen niño, un heredero, era el Black perfecto, por esa razón fue fácilmente perdonado, pero muy amenazado y advertido de ciertos castigos para su llegada en vacaciones.

Pero una cuestión daba vueltas por su cabecita . . . ¿Qué pasaría cuando su madre se enterará de los sentimientos que estaba desarrollando por su amigo?. Es decir, esto era algo nuevo, pero era obvio que estaba enamorado de ese niño, tenia todos los síntomas que conocía de libros e historias que le contaban sus primas.

Lo sabe desde que entro sin ser invitado a su compartimiento, aún recuerda ver los ojitos color miel iluminados por el sol, que envida a el que pudo tocar su piel, darle vida a esas pequitas casi invisibles ante la vista de todos, pero que para él no pasaron desapercibidas, así como esas cicatrices, que wow, eran una obra de arte que el fácilmente podría contemplar toda la vida sin cansarse. No era difícil adivinar, que ese niño, aún sin saberlo ya tenia su corazón y su vida a su disposición, no sabe como, pero cuando lo vio por primera vez, entendió lo que es estar vivo y tener una razón por la cual vivir. Y ni hablemos de las mariposas que sintió cuando le sonrió y lo invito a sentarse con él, no olvida que se mantuvo escuchando con atención todo sobre ese niño que se llamaba Remus Lupin . . . Sirius Black de Lupin/ Sirius Lupin . . . Incluso su nombre acompañado de su apellido sonaba bien.

Pero esto estaba mal.

Él no solo ya estaba prometido a una de las hijas de la amiga de su mamá, si no que esto no estaba bien, pues no podía tener un ''novio'', pues eso era antinatural y obviamente seria castigado. Tenia que borrar esos sentimientos hacia aquel lindo niño que ahora le estaba haciendo un té porque le dolía la pancita. 

-No tienes que hacer esto Remus- 

-Yo se que no, pero me gusta estar en las cocinas, y no puedo dejar que los elfos suspendan sus labores por consentirte- Tan considerado hasta con las criaturas mas insignificantes 

-No me estas consintiendo- Sirius tomo el té que le ofrecía Remus 

-Bueno, si tanto quieres que me vaya- Hizo el intento de irse, pero un brazo de Sirius lo detuvo

-No dije eso Lupin, amo tu compañía- ¿Por qué había dicho eso?, ahora mas que nunca deseaba que los cuentos fueran verdad y en las cocinas hubiera una especie de serpiente gigante que se lo tragara.

-A mi también me gusta estar contigo, pero no le digas a Pete ni a James- Sonrió un poco sonrojado, seguro era por el café caliente que estaba tomando

-Sera nuestro secreto- Lo aprecio mientras él también tomaba su té.

-