Alcohol y Estrés

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El plantel abre desde las seis y media de la mañana; hay quienes llegan antes, los encargados de las cafeterías se pasean entre las facultades desde las seis de la mañana, pero ellos tienen paso libre.

Robb Stark se queda sentado en la banca más cercana, está cansado, no ha dormido bien, y había despertado más temprano de lo normal porque en la madrugada se había quedado sin tinta para imprimir. Maldita sea Sansa, ella se acabó la estúpida tinta.

Espera que el maestro de contaduría no se dé cuenta de que había hecho el trabajo al último minuto.

Dioses, necesita un café, ni siquiera había desayunado. Extraña a sus padres, mamá siempre tenía el desayuno listo cuando él despertaba, varias chicas contratadas la ayudaban.

¿Había despertado a Jon y Arya? A veces se le olvidaba hacer esas cosas, espera que no sea una de esas ocasiones.

No. Un momento. No, no lo hizo, es jueves. Los jueves Jon entra hasta el mediodía, y Arya poco antes que él.

—¡Robb! ¡No me esperaste! —su hermana sale casi corriendo, sus hebras pelirrojas están más ordenadas que los papeles que carga debajo del brazo.

—Pensé que estabas ocupada—se encoge de hombros, pensó que ella había estado atareada, y no quería molestarla, Sansa también está cansada.

—Te compré un café—le ofrece un envase caliente, Robb ni siquiera se había dado cuenta de que lleva dos cafés y un croissant relleno.

Sonríe sin poder evitarlo, Sansa es una terrible cocinera, casi siempre terminaba por ordenar comida para llevar, honestamente, las únicas personas que saben cocinar en el departamento son Jon y Arya.

A veces Robb cree que tal vez ha sido un error mudarse del norte, pero vale la pena, es la mejor universidad de todo Westeros.

Sansa saca su celular, debería hablar con Joffrey, habían peleado el fin de semana pasado, aún no se han dicho palabra alguna. Todo por una tontería acerca de su blusa escotada.

Cuando revisa su celular, se queda congelada inmediatamente. Tiene que ser una jodida broma ¡Justo cuando el idiota se había decidido a no ir a sus clases por una supuesta enfermedad! ¡Él debe saberlo! ¡Debe-!

Robb, inconsciente de la situación, le da el primer sorbo antes de ver a Theon corriendo como si lo persiguiera un perro rabioso y hambriento.

—¿A dónde vas?! —le grita desde la distancia, asegurándose de ser escuchado.

—¡Edificio de derecho! ¡Impresión! ¡¡Tarde!! —ni siquiera se voltea a verlos, solo sigue corriendo como si su vida dependiera de ello.

Tomando en cuenta que era el último día de evaluaciones en intersemestrales, tal vez su vida si depende de ello.

Theon corre sin descanso, mierda, no hay forma de que Aemon dejara pasar un informe sin entregar; ¿Cómo pudo equivocarse al imprimirlo? Estaba seguro de que había sido el correcto, el definitivo, pero no, fue el penúltimo borrador.

¿No pudo equivocarse en una materia fácil como fundamentos de investigación? ¡No! ¡Tenía que ser textos clásicos!

No puede reprobar, simplemente no puede. Aunque apenas pasara con un ocho en el parcial, se daría por bien servido, no necesita un diez, solo aprobar la materia.

BRUTAL (Thramsay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora