Bostezó por segunda vez en cinco minutos mientras escribía todo lo que decía su suegra, no había sido un día fácil, en la noche estuvo terminando uno de los trabajos más tediosos de la universidad y ahora debía aguantar a la parlanchina señora Chou quién le decía exactamente como le gusta el pastel de chocolate a su hija.
Nunca conoció ni se topó con su cuñada, ésta estudiaba en Taiwán pero por un problema tuvo que transferirse a Corea, eso significaba que la vería por primera vez y no es que este muy feliz de eso, su novio le contó que no era de muchas palabras y algo que la hizo fruncir su ceño es que era bastante amargada.
Así que desde que le dijeron que iba a ir a vivir con ellos sintió un miedo profundo, ella era el antónimo de amargado, le encantaba sonreír y saltar, gritar a los cuatro vientos que le encantaba estar viva, como toda su familia.
Y había algo que nunca le dijo a nadie, le gustaba caerle bien a los demás prácticamente dependía de ello ¿Y si no le caía bien a su cuñada?. Sería lo peor del mundo sobre todo porque es su cuñada, la hermana de la persona con la que cree casarse, formar una familia y ser completamente feliz.
Tener la vida que su madre siempre ha querido para ella,— Sana, ¿Te encuentras bien? —Levantó la mirada sintiéndose de lo peor por ignorar a la mayor, sacudió un poco la cabeza y dirigió su vista a la libreta, en cada línea decía que debía caerle bien a los demás, arrancó la hoja y siguió anotando, cada paso parecía más complicado que el anterior, sabiendo que es una terrible cocinera la dejaban a cargo de lo más importante.— Al final le agregas sirope de chocolate y listo —Suspiró aliviada.
De seguro no sabría cómo hacerlo e iría a comprar uno o mejor aún le diría al chef profesional que contrataron para hacerlo, no entendía la importancia de que ella lo hiciera era como una obligación que le impusieron por ser la allegada a la familia,— Tuve que irme con Mina y Chaeyoung a Cancún —Sus dos mejores amigas decidieron tomarse unas vacaciones apresuradas, sabía que lo hicieron para no ayudarla en los problemas que ya tenía sobre todo por presentarle su novio a toda la familia Minatozaki.
La peor elección del mundo,— Buenos días bebé —Su decaimiento fue suplantado por felicidad al escuchar la voz de su amado, saltó de la silla y corrió hasta los fuertes brazos de ese alto y guapo chico.— Veo que mi mamá ya te dio la tarea del pastel —Dijo mientras apuntaba la libreta llena de apuntes.
Vaciló un poco antes de plantarle un beso en los labios como bienvenida,— Digamos que es tan complicado que de seguro no me sale ni buscar los ingredientes —Ambos rieron y se separaron para caminar rumbo a la mesa.
— Ya te digo yo que te saldrá perfecto —Se encogió de hombros, no estaba muy segura de eso, le saldría tan mal que le terminaría.— Todo lo que haces con esas perfectas manitas es perfecto —Se sonrojó tanto que tuvo que ocultar sus mejillas con ambas manos.
— No digas ese tipo de cosas que...es raro —Una sonrisa pícara y listo, el amor entre ellos crecía más y más, cada día que pasaba se daban cuenta de que estaban hechos el uno para el otro, claro, hasta ahora.
El momento había llegado, todos estaban esperando a la menor de la familia frente a la puerta principal, cada uno vestido de gala, al parecer era muy importante y como a Sana le encantaban los vestidos que tenía aprovecho el momento para estrenar ese negro un tanto corto que guardó para una ocasión memorable.
Ésta de seguro lo sería, por como estaban actuando era importante y no se perdería de nada, tenía los ojos muy abiertos mirando de un lado a otro esperando que llegara la camioneta con su cuñada, la misma que acababa de llegar.
Su corazón se aceleró y apretó la mano de Qiang quien le regaló una sonrisa tranquilizadora, estaba segura que hasta el chófer escuchaba los latidos desenfrenados de su rebelde corazón.— Señorita Chou por aquí —Logró escuchar, inclinó un poco la cabeza hacía la izquierda y entonces la vio, sus ojos se conectaron y miles de fuegos artificiales reventaron, explotando ante sus miradas impresionadas.
Definitivamente la belleza era un fuerte en esta familia pero la que tenía la pequeña era extravagante, al punto de que daba miedo mirarla a los ojos, era una perfección única e inhumana que le cortó la respiración,— Dios —Musitó con grata sorpresa.
— ¿Dijiste algo? —Negó con rapidez, de seguro lo verían como algo extraño si llegaba a manifestar su admiración por el rostro ajeno así que decidió no decir nada al respecto a menos que la situación se lo ameritara,— Hola hermanita —Se saludaron con un fuerte abrazo.
— ¡Wow! —Exclamó.— ¿Quién es esta hermosura? —Sus piernas temblaron un poco por la impresión de tenerla tan cerca.
— Tú cuñada, Minatozaki Sana —Le regaló una gran sonrisa, era lo único que podía hacer sin tener un ataque cardíaco, ni siquiera sabía cómo llegar hasta la otra punta de la casa en donde estaría la cena.
— Es un placer —Agarró su mano y depositó un pequeño beso, apenas un roce, en el dorso de su adormecida mano.
— No me la toques tanto que es mía ¿Verdad bebé? —La voz del chico destilaba ternura pero Sana estaba en otro mundo así que se limitó a sonreír un poco mientras arrugaba la nariz y asentía.— Bueno amor vayamos a comer y darle la bienvenida que se merece a mi pequeña gran hermana —Hasta lo superaba en altura, ¿Desde cuándo las chicas eran tan altas?. Se le quedó mirando, Tzuyu se sentó y correspondió el mirar de la rubia quien se sonrojó fuertemente, estaría en serie problemas si no lograba controlar eso que se estaba formando en su vientre bajo.
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serios mistake ; 𝘀𝗮𝘁𝘇𝘂
Fanfic𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔┊Sana se precipita al presentar a su novio a toda la familia Minatozaki, un grave error que le costará amar en secreto a su cuñada. ──────────── ⋆·˚ ༘ * ──────────── ⋆ Pareja Principal: Tzuyu Top┊Sana Bottom ⋆ Romance ┊ Smut ┊...