Día lluvioso, por muy raro que parezca era el momento perfecto para ir a la piscina, le encanta ese olor a lluvia que se avecinaba con el contraste de la fría agua de la piscina y ese vaso lleno de vino que se robó, ya que no la dejaban tomar por su bienestar, a veces se volvía un poco loca.
Después de estar todo un día con su madre decidió ir a relajarse y pensar sobre todo lo que había sucedido, esta le volvió a decir que debía pensar en matrimonio, en ese anillo que sellaría el pacto que se supone hizo con ella, debía ser una chica de bien para la persona que la trajo a la vida, sin pedirlo, pero se siente orgullosa de poder tener la experiencia de ser una chica japonesa en medio de taiwaneses en busca de la felicidad.
Desde que Tzuyu llegó a su vida ha comenzado a darse cuenta de un montón de irregularidades en lo que creía que era su orientación sexual, es que ya no es capaz ni de acercarse para darle un beso, como antes, no le quiere terminar porque es un buen chico eso sí lo que debía hacer era alejarse a kilómetros de distancia, si era posible, de la menor de la casa.
Eso haría que sus antiguos pensamientos volvieran a ella y así sentirse aliviada con todo ese problema que ve como innecesario, las chicas eran una historia aparte, solo una duda adolescente, la típica curiosidad que vive debajo de la piel de todo el mundo, jadeó y miró la piscina de lejos, hasta le parecía un gran esfuerzo meterse en ésta.
No es que no quería si no que prefería estar fuera para refrescar esos pensamientos que la estaban torturando poco a poco, tuvo que hacerle caso a Jihyo y alejarse lo más rápido posible de la pelinegra, ya hacían días en los que se conocieron y cada vez se hacían más y más cercanas, tanto que se piropeaban en broma, haciendo reír a todos hasta a ella quien lo hacía de verdad, lo más probable es que Tzuyu no sea como ella.
Tal cual lo dijo su madre, era única y nadie sería tan asqueroso como para andar detrás de una persona de su mismo sexo, sacudió la cabeza y lentamente se dejó caer en una de las sillas plegables cerca de la piscina.
— No es como que este enamorada de Tzuyu —Rió un poco, la acababa de conocer obviamente ni sentía nada fuerte, la clásica atracción por la belleza de alguien, lo normal.— Si sigo así tendré que volver a ir al psicólogo —Eso le dejó un mal sabor de boca no le gustaba recordar cuando tuvo que ir, aunque no quería, para poder tranquilizar sus instintos de querer besar a una chica.
Estaba segura que su madre le busco a alguien que no era psicólogo para prácticamente traumarla con ese tema, era capaz de eso y mucho más para ver a su hija casada con cualquier hombre incluso si era un asesino en serie, todo menos homosexual.
Lo peor de todo es que no encontraba resguardo en ninguna persona que conformaba su extenso árbol familiar,— Maldita sea —Se quejó, iba a tomar un poco pero se le cayó el vaso y el césped lo succionó,— Malditas plantitas alcohólicas —Hizo un mohín y se resigno a ver el agua, la piscina estaba extraña, el agua se movía de vez en cuando pero que ella recordará no había nadie en la casa, a excepción de su persona.
Se levantó y con cuidado se acercó a la piscina pero no logro acercarse por completo, un cuerpo salió de ésta haciéndola gritar y caer al suelo de espaldas, se cubrió los ojos con ambas manos y rezó para que no la asesinaran, a pesar de sus desdichas llevaba una buena vida,— Que susto Sana, avisa cuando llegues pareces ninja —Esa voz, frunció los labios y se levantó sin querer ver a la menor, estaba sumamente enojada por el susto que ella misma se buscó porque nadie la mandó a ver qué había dentro de la piscina.— ¿No eres capaz de verme? —Eso fue suficiente para su poca tolerancia con los demás, se destapó y lo primero que vio fueron los pechos de la pelinegra al aire.
— ¡Ta-tapate! —Gritó con todas sus fuerzas.
Tzuyu la miró confundida hasta que bajó la mirada y entendió,— No seas dramática tenemos lo mismo —Dijo señalando su cuerpo en traje de baño y el de ella desnudo.
Sana ni siquiera podía respirar con normalidad, su corazón parecía que en cualquier momento iba a estallar.— Cúbrete por favor —Pidió con los ojos llenos de lágrimas, no le gustaba sentir lo que sentía, esa sensación de querer besar a su cuñada incrementaba aún más por verla así,— E-es mucho para mí, no es gracioso —La contraria le hizo caso, se cubrió con la toalla y preocupada se acercó para abrazarla, ahora era peor.
— Lo siento de verdad —Se disculpó, estaba apenada y un tanto asustada por la reacción que tuvo la rubia, no era muy normal,— No fue mi intención hacerte llorar —Asintió y se apartó.
Mirándola directamente a los ojos supo que debía decir la verdad,— No me hagas cometer un grave error, mi vida es perfecta —Dijo y se fue, no quería estar cerca de Tzuyu porque ya estaba sintiéndose atraída por ésta.
Ahora todo lo que tenía que ver con la menor le parecía hermoso, perfecto, único y eso estaba jodidamente mal, le dolía hasta en las entrañas saber que podía llegar a arruinarlo y lanzar todo a la borda por una chica, la misma que es hermana de la persona que presuntamente ama.— Amor ¿A donde vas? —No le hizo caso y siguió caminando, se montó en su bicicleta y se fue de ahí, lo mejor que podía hacer era darse un respiro.
— Estoy bien, Sana tú estarás bien —Murmuró, antes de sentir un nudo en su pecho.
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serios mistake ; 𝘀𝗮𝘁𝘇𝘂
Fanfiction𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔┊Sana se precipita al presentar a su novio a toda la familia Minatozaki, un grave error que le costará amar en secreto a su cuñada. ──────────── ⋆·˚ ༘ * ──────────── ⋆ Pareja Principal: Tzuyu Top┊Sana Bottom ⋆ Romance ┊ Smut ┊...