serios mistake ; 𝘀𝗮𝘁𝘇𝘂

O1O: I'm sorry...

Sana no era una chica que le gustará madrugar pero últimamente lo estaba haciendo con más frecuencia ya que quería hacer ejercicio, comer sano e ir a despejar su mente trotando por ahí, desde que habla logrado mudarse de la que cada de Jihyo ha logrado muchas cosas, como mejorar sus notas y ser una buena estudiante de esas que se ven perfectas.

Su aspecto también ha cambiado, ha vuelto a cambiar su cabello pero esta vez a un color natural, ese castaño la hacía lucir bastante guapa a los ojos de chicos y chicas que la veían pasar, dejó de evitar usar lentes cuando lo necesitaba, ahora los usa porque, además de que se le ven muy bien, los necesitaba para entender mejor lo que escriben en la pizarra.

Su círculo de amigos también cambio, ahora habla con todos y se ve bastante feliz, pero no es lo que parece, puede que diga que está perfecta y que no le hace falta absolutamente nadie, que desde que se alejó de esa familia ha comenzando a brillar sola, y si, en parte es cierto, pero eso no quita que de vez en cuando vea a Tzuyu a los lejos.

En las canchas de tenis y se pregunta, ¿Que hubiera pasado si fuera su novia?. Era todo un año en el que ella la miraba hacer ejercicio o hablar con personas y sonreía enamorada de aquella chica castaña quien todavía sigue levantando suspiros en toda la universidad.

Trescientos sesenta y cinco días en los que estuvo al pendiente de lo que necesitará desde lejos y en secreto, no es que este pegada a ella como chicle más bien es un fantasma que cuando la menor necesita un nuevo lápiz mágicamente hace que parezca uno.

Es ese alguien que la ha estado cuidando desde lejos porque no es capaz de acercarse y decirle que todavía siente algo, puede que lo que pasó con ambas fue una sola vez pero la marcó tanto que todavía sigue pensando en ello.

No ha sido para nada fácil ver como varias personas le coquetean pero Tzuyu las rechaza con bastante autoridad y seriedad para que entiendan que no quiere nada con nadie, y eso la hace sonreír o ilusionarse puede que sienta algo por ella.

Que todavía siga esa llama que no se ha extinguido de su interior, esos sentimientos tal vez siguen correspondidos y no debería ocultarlos ya que si lo sigue haciendo sabe que alguien llegará y ocupará ese puesto que todavía sigue disponible para ella.

— Veo que no puedes superar a Tzuyu —Mina se sentó a su lado y suspiró antes de abrir la mochila y sacar una barra de chocolate, la favorita de Minatozaki.— Chaeyoung me dijo que te encanta y como no pudo venir hoy me dijo que te lo regalará —Puede que esté haciendo ejercicio pero eso no quita que se permita un antojo de vez en cuando.

— ¿Esta enferma? —Preguntó un tanto preocupada, no le gustaba que sus amistades se enfermeran sobre todo la pequeña Son que no aguantaba un resfriado.

Su preocupación se esfumó cuando la vio negar y sonrojarse, ya se imaginaba la razón por la cual no pudo ir a clases.— No puede caminar bien porque estuvo haciendo la misma rutina de ejercicio que tú —Dijo, iba a preguntar cuál de tantas pero recordó que las veces que pregunto eso se llevaba una respuesta que la hacía gritar en su mente para no vomitar.

Se limitó a asentir y tomar del batido que le robó a Jihyo, ésta se había ido detrás de Somi porque salió corriendo a buscar sus notas finales que eran sumamente importante para todas, hasta para ellas, la canadiense se ganó el corazón de todas por su gran dulzura e inteligencia.

Aunque sabía que estaba mal envidiaba un poco la relación que tenían, se veían tan perfecta juntas y esas sonrisas que compartían le recuerdan a las tímidas risitas que ella le daba en respuesta a Tzuyu por cualquier comentario que le parecía gracioso en medio de una cena familiar.

— Buenas señoritas —Siguió tomando del batido,— Mina podrías darme unos minutos —Sana suspiró y subió la mirada encontrándose a Tzuyu quien se le quedó mirando sin ninguna expresión, sus ojos se entre cerraron un poco antes de mostrarle una pequeña y tierna sonrisa que provocó un estallido de felicidad en el interior de la japonesa.

Hace demasiado tiempo que no estaban así de cerca,— ¿Que te trae por aquí? —Chou se encogió de hombros y se acercó un poco más.— Tú cercanía me confunde —Murmuró asustada, la última vez que estuvieron tan cerca pasaron tantas cosas por las que todavía piensa en las noches en las que se desvela pensando en lo que pudo evitar y hacer mejor.

No se arrepentía de lo que pasó pero si de sus malas acciones que eran muchas.— He estado pensando por un año todo lo que pasamos y...sin importar todo lo que intente, las chicas que bese —Dijo en broma, rió en su interior al ver la mala mirada de Minatozaki,— Es broma —Aclaró,— A pesar de todo lo que pasamos y de las malas decisiones que tomamos quiero...no sé si tú quieres —Era el momento preciso para subirse a la mesa y bailar de la felicidad,— Ayudarme a decirme a mis padres que me iré de la casa —Y su sonrisa se borró. 

Pensaba que era otra cosa pero esto, había sido mucho para ella,— ¡Oh! —Exclamó,— Bueno claro que puedo ayudarte —Iba a seguir hablando pero los labios de Tzuyu la callaron.

Como la primera vez, miles de fuegos artificiales reventaron en su interior, sonrió a mitad del beso y se separó para saber si era real no podía creer que estuvo esperando todo un año para esto, todo lo que tuvo que pasar y ocultar.— ¿Esto es real? —Tzuyu asintió y volvió a besarla.

A pesar de todo lo que tuvieron que atravesar de las miles interrupciones que las hicieron retroceder y decidir que lo mejor que podían hacer era separarse, lograron que sus mundos chocarán y encajarán a la perfección porque tal vez era su destino.

El destino de Chou Tzuyu y Minatozaki Sana era enamorarse de su cuñada y cometer un grave error.

Fin