Cadenas

277 13 0
                                    

Félix condujo de regreso a su casa, vio las fotos que tenía con Hyunjin en su habitación, se seguía preguntando "¿qué hice mal para merecer esto?", "¿fallé como novio?", entre otras preguntas del mismo estilo. Entre lágrimas arrastró los pies hasta el garaje de su casa, viendo las cosas que tenían guardadas, algunas mesas plegables viejas, herramientas, cubetas de pintura, cadenas, entre más cosas. Sujetó las cadenas brevemente, recordando la vez que las habían comprado. Planeaban adoptar una raza de perro peligroso, pero como nunca lo hicieron, las cadenas quedaron sin uso. Tuvo una idea pasajera y sonrió pensándolo, ya tenía un plan en mente y se decidió en llevar ese plan a cabo.

Unas horas más tarde esa noche, Chan llegó a casa. Se bajó de su auto y sacó las llaves de su pantalón, vio que la puerta estaba abierta, lo cual le resultó extraño, Seungmin siempre cerraba las puertas. Intentó encender las luces, pero al parecer habían cortado la energía, Chan suspiró cansado y fue con su celular como linterna a la caja de fusibles que estaba en el cuarto de lavado; a unas dos habitaciones de distancia de la entrada. Se puso a revisar esta misma caja, viendo que todos los interruptores estaban apagados.

Antes de siquiera poder reaccionar, sintió un fuerte golpe en la cabeza, cayendo inconsciente al piso. Félix tomó su celular y apagó la linterna, encendió los interruptores y salió con Chan en su espalda. Lo llevó al auto y condujo a su casa, llevando a Chan a su habitación, amarrándolo con las cadenas a la cama. Lo vio unos segundos, la cólera y remordimiento inundaron sus pensamientos, sonrió ladino al pensar en cómo iba a confrontar a su novio. Tal vez mandarle una amenaza o hacerse pasar por Chan para decirle que no quería volverlo a ver. Infinidad de pensamientos macabros gobernaban su mente hasta escuchar el celular de Chan recibir una notificación, un mensaje de Hyunjin. Debido a que no se sabía la contraseña tuvo que usar un dedo de Chan para desbloquear el celular, encontrándose con algo que no vió venir.

Dulce VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora