VII

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Desde las alturas podían ver con detalle la batalla que se desataba entre los hechiceros y su madre. Los chicos miraban con miedo y tristeza como el castillo que había sido su hogar se derrumbaba delabte de sus ojos, ya no habría mas juegos ni diversion, y lo que mas temían era ver a su madre perecer.
—¡Tenemos que ayudarla! —decía Tommy inquieto corriendo de un lado a otro.
—Pero ¿qué podemos hacer nosotros? Si ella no puede con ellos, que podriamos...?
Billy se quedó callado, aumentando mas la inquietud de su hermano.
—Billy, ¿que pasa?
—¡Sh! Siento algo... es como...
Billy se dejó caer al suelo gritando de dolor. Una avalancha de pensamientos lo invadió, eran cientos de personas que se aproximaban y él podía leerlos a todos.
—Están aquí.
—¿Quién?
—No lo sé, vienen por nosotros.
—Es esa chica, la puedo ver desde aquí.
Al inclinarse en el borde de la torre, una procesión se aproximaba hacia ellos, comandados por la misma chica que los atacó entre los pilares. Cientos de hombres y mujeres subían de a poco por las escaleras, vestidos con tunicas, con armas en sus manos y otros envueltos en un aura dorada. Los gemelos se alejaron del borde y se acurrucaron en el centro de la torre, temerosos de su destino, pero sobre todo de lo que pudiese ocurrirle a su madre, quien se batía en un violento duelo en la lejanía.
Por un momento se creyeron perdidos, sin escapatoria alguna a su cacería, pero no podían quedarse y ver como su madre moría, tenían que ponerse de pie para protegerse y proteger a la unica persona que los amaba.
—Se acercan —dijo Billy sollozando.
—Tenemos que hacer algo —insistió Tommy.
—Pero qué, son un centenar contra nosotros dos, uno solo de ellos nos acabaría.
—Ellos no saben lo que podemos hacer, recuerda lo que dijo mamá, debemos protegernos mutuamente, no podemos dejar de pelear.
—Pero ¿qué haremos?
—Tengo un plan, pero debes de ser valiente, ¿entiendes? Tu eres el mas fuerte de los dos, por favor no me dejes solo.
Los minutos pasaban más rápido de lo que podian pensar. Al llegar a la cima, America dirigió a la procesión de magos hasta el centro de la torre, tan alta que llegaba hasta los cielos, dispuesta a pelear con ese par de niños que tantos problemas le habían causado, pero al llegar hasta el lugar destinado, solo se encontró con uno de los gemelos, el de cabello más oscuro y ojos verdes, sentado sobre una pila de rocas de gran tamaño, mirando temeroso, intentando afrontar su miedo.
—¿Dónde esta el otro niño? —preguntó America con voz rasposa.
Billy tenía miedo de contestar, sus manos temblaban al tiempo que veia a todos esos hechiceros con armas en su contra.
—No... no lo sé, ¿que quieren ustedes de nosotros, y de mamá?
—No quieras pasar por inocente, ¿te olvidas de los pilares que arrojaste sobre mi cabeza?
—Usted nos atacó primero, queria matar a mi hermano, yo solo lo defendí.
—Y estabas en todo tu derecho —dijo una mujer detrás de America, una hechicera con la cara cubierta— no tengas miedo, baja de ahí que te ayudaremos, te llevaremos a un lugar mejor, tú y tu hermano estarán bien si haces lo que te decimos, ¿de acuerdo?
La mujer se aproximó en pequeños pasos hacia Billy y le tendió la mano, el chico estuvo a punto de tomarla, tenía miedo y no sabia si Tommy lo ayudaría, ya habia tardado demasiado, por un segundo creyó que lo había abandonado, pero justo antes de tomar la mano de la hechicera, ocurrió el milagro.
El suelo de la torre temblaba, era casi imperceptible al principio, pero pronto comenzó a desmoronarse con toda esa gente sobre él y antes de caer el suelo por completo, Billy dio un salto, intentando elevarse como su madre, pero apenas y pudo levitar unos centimetros antes de que la torre se viniera abajo y luego cayó con estrepito al suelo. Tommy se encontró con el en las ruinas del castillo.
—¡Billy! —dijo al llegar a gran velocidad— ¿te encuentras bien?
—Eso creo... tus manos.
—No es nada,  amos hay que alcanzar a mamá.
Los nudillos de Tommy sangraban, habia golpeado los pilares con su gran fuerza y embistiendolos a gran velocidad para derribarlos. Los gemelos se apresuraron para llegar con su madre pero fueron interceptados por una figura que salía de un portal en forma de estrella, y detras de ella otros cientos de hechiceros llegaron en su ayuda. America no se iba a dejar derrotar de la misma manera.
—No tienen nada que hacer, será mejor que hagan lo que se les ordena si no quieren acabar con su madre.
—¿Pero qué quieren de nosotros? —. Billy estaba furioso— ¿Cuál ha sido el crimen que hemos cometido?
—Existir —respondió America tajante— el crimen es de Wanda y si no la detenemos pronto todos nosotros nos desmoronaremos. No los culpo, y aclaro que nada de esto es personal, pero...
—¡No!
Los ojos de Billy resplandecían de un azul intenso, no mas charla, no mas explicaciones, si ellos querían pelea, entonces la tendrían. Los hechiceros fueron los primeros en atacar, era un centenar contra dos simples niños, pero  tambien es cierto que luchaban contra los hijos de la Bruja Escarlata.
—Tu no me dirás lo que tengo que hacer, deja a mi madre tranquila, dejenos en paz de una maldita vez.
Los gemelos compartieron una mirada, confabulados, solo tenían un objetivo, salvar a su madre y que todo vuelva a ser como antes. Tommy sabía exactamente que hacer, él se encargaria de America, la mas fuerte de todo ese ejercito, y con su gran velocidad la embistió. Billy tendría entonces que ocuparse del resto de hechiceros, sus poderes podrian resultar mas destructivos que los de su hermano, pero ni siquiera se molestaría en derribarlos con violencia, los acabaría internamente.
Mientras America se batía en duelo con Tommy, Billy caminó entre los hechiceros con ligereza, casi cínico y con un sire de superioridad y no tuvo que hacer mas que entrar en su mente y en cuestión de segundos había controlado a todo ese ejercito.
—Ninguno de ustedes nos verá caer, ahora todos me pertenecen.
Billy entonces hizo que los hechiceros convocaran armas mágicas en un resplandor dorado y con solo pensarlo, el centenar de hechiceros acabó con sus propias vidas. Todos se clavaron la espada en el pecho al mismo tiempo. America gritó al ver la masacre ocasionada por el pequeño telépata.
—¡Son unos hijos de puta! La viva imagen de su madre, asesinos, monstruos egoistas, pero ninguno acabará bien, eso se los prometo.
Sin dejarla terminar, Tommy le propino un fuerte golpe que la dejó inconsiente, ahora tenían el camino libre para salvar a su madre, pero la batalla de ella era mas intensa y peligrosa.
Wanda luchaba con todas sus fuerzas contra Strange, quien estaba furioso y estaba dispuesto a mataf a Wanda.
—¡Mamá! —gritaron los gemelos al unísono al llegar al campo de batalla donde Wanda luchaba co  esos hechiceros.
—Tommy... Billy...
—¿Que estás haciendo, Strange?, los niños llegaron, acaba con ellos de una maldita vez.
Stephen entonces invocó un haz de oscuridad con el que envolvió a los niños con relativa facilidad, pero Billy los liberó a él y su hermano con una explosion de energía psiquica que brotó de todo su cuerpo. Las rocas levitaban a su alrededor y las arrojó con fuerza contra Strange quien apenas tuvo tiempo de desvanecerse antes de ser aplaztado por una.
—Es él —inquirió el Strange oscuro— ese es el niño en el que recae el peso de todas las realidades, deja de jugar y terminalo de una vez.
—¡No! —gritó Wanda trastornada, ella y el Strange oscuro luchaban a muerte, ambos dejando escapar un rayo de energia que chocaba con el del otro. Billy estuvo a punto de atacar, pero detras de ellos apareció de nuevo America por medio de un portal y se llevó a Tommy entre sus brazos, lo tenía sujeto con fuerza del cuello, Billy se avalanzo sobre ella levitando por fin como su madre, dispuesto a rescatar a su hermano, pero antes de llegar hasta él, el suelo tembló una vez más y desde las entrañas de la tierra en un estruendo apareció una mujer de piel oscura envuelta en energía dorada, habia provocado una gra  explosión entre Billy y America que sujetaba a Tommy, y ambos niños saliero  volando por los aires, cayendo a merced del mismo Strange.
—Los tenemos —Gritó America con vehemencia, casi llena de júbilo por ver a esa familia derrotada.
Antes de cantar vicoria, Wanda había logrado vencer al Strange oscuro y se aproximaba con  furia hacia sus hijos para salvarlos, pero su mayor equivocacio fue no asegurarse de que el Strange oscuro estuviese muerto, cuando ni siquiera luchaba contra él. Habia sido un truco del profesor Xavier, el plan había resultado en un exito rotundo y entonces el verdadero Strange oscuro apareció.
—¡Ahora! —gritaron la señal sus compañeros.
Strange oscuro entonces se elevo para recitar el ultimo hechizo que había estado preprando mientras el resto distraía a Wanda. Se elevó por los aires invocando fuerzas oscuras y siniestras hasta que todo el quedó convertido en un imponente ser oscuro, sus ojos reducían de un intenso blanco y sus ropas parecian hechas de una bruma tenebrosa, manto oscuro, seis brazos a los costados invocando a una entidad más antigua que cualquiera de los presentes. María Rambeu aprisionó a los niños, America apareció detras de Wanda mediante un portal y sujetó a Wanda con la ayuda de un lazo mágico invocado por Strange mientras que él paralizó a la bruja con un potente hechizo para luego, el Strange oscuro, dejar caer la maldición del dios antiguo sobre ella.
Wanda fue envuelta en un manto negro en su totalidad, hasta la cabeza, dejando ver tan solo una parte de su rostro, símbolos antiguos se impregnaban sobre ella, cadenas negras rodeaban su cuello y, finalmente, gigantescas espadas se clavaban en su espalda, dejando completamente inmovil a la Bruja Escarlata.

El Multiverso de la LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora