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Un mes después...

-¡Aish! ¡No puedo! - Se quejó Anahí. -¡Maldi.ción no aguanto! - Lloriqueó. Christopher, el kinesiólogo que la atendía del primer momento, y Dulce que era quien lo ayudaba a parte de ser su novia, miraron a una Anahí derrotada. Sus lágrimas siempre estaban en cada sesión terapéutica junto con la frustración de no poder caminar por sí sola.

-Anahí vas muy bien, no te frustres - Habló Christopher ayudándola a sentarla. Dulce asintió de acuerdo.

-En tan solo un mes has avanzado muchísimo Any - Habló Dulce. -Cuesta, pero vas bien. Tus piernas están firmes, es cuestión de animarte a más - Anahí se secó las lágrimas y estiró sus brazos para que Christopher y Dulce la incorporaran.

-Tienes razón - Dulce y su novio sonrieron ante la fortaleza y decisión de Anahí y la ayudaron a incorporarse. Como había dicho Dulce, las piernas de Anahí estaban bastante firmes... era un gran avance, lo único era que aún no podía caminar sola. Con la ayuda de Ucker, como lo llamaban al kinesiólogo, ella hacía dos o tres pasos, pero al no tener fuerzas en sus miembros se cansaba demasiado y se daba por vencida.

Estaba con sus ejercicios cuando Alfonso ingresó al salón de kinesiología. Ucker y Dulce se miraron sonrientes cuando Anahí se perdió en la mirada de Alfonso.

-¿Cómo va mi paciente favorita? - Preguntó con buen humor Herrera, ingresando y llegando hacia los tres. Any sonrió tímidamente y se sentó agotada.

-Nuestra paciente favorita - Agregó Ucker riendo. Dulce y Alfonso estuvieron de acuerdo.

-¿Avanzamos? - Le preguntó a Anahí.

-Intentamos - Respondió con timidez.

-Vi que estabas parada, eso es bueno - Agregó. Ucker y Dulce miraban a los dos como si de un partido de tenis se tratara. Miraban a uno y a otro.

-Le pongo lo mejor de mí, quisiera caminar sola muy pronto - Respondió desde la silla.

-Lo harás. Me dijo Christopher que vas muy bien - Hubo un total silencio. Dulce codeó a su novio y este carraspeó.

-Dulce, necesito que me acompañes a... ¡Necesito hablar contigo a solas! - Anahí frunció el ceño, Alfonso miró sorprendido y Dulce arqueó su ceja.

-Yo también necesito hablar contigo Christopher Uckermann - Su tono fue serio para parecer más real.

-Bien. Poncho ¿Puedes quedarte con Anahí unos minutos? Estaremos en cinco minutos aquí - El doctor asintió y los otros dos se retiraron.

-¿Y estos? - Preguntó Alfonso sorprendido. Any quiso reír.

-Hasta hace dos segundos estaban bien - Se sorprendió. - Quizás querían estar solos unos segundos - Pero la realidad es que los otros dos querían dejarlos solos a ellos.

-Bueno, como sea, yo venía a buscarte para hacerte una radiografía de cráneo. Es la última, te lo prometo - Dijo al ver la cara de desagrado de Anahí. Una sonrisa se asomó en el rostro de la chica, haciendo sonreír al doctor.

-Bien - Poncho buscó la silla de ruedas que estaba cerca y la acercó a Anahí. Con cuidado la tomó de la cintura ayudándola a dar apenas dos pasos para volver a sentarse, pero esta vez en la silla de ruedas. Anahí no quitó la sonrisa de su cara, le gustaba lo bien que la trataban los médicos, pero sobre todo Alfonso que tenía motivos para mandarla a volar por sus momentos de arranque sin embargo la trataba como si nada pasara.

-¿Cómo está tu hija? - Preguntó una vez que salieron de aquel salón caminando por el pasillo rumbo a la sala de Rayos X.

-Pregunta cada día por ti - Confesó. Lo cierto es que ese mes, Alfonso había llevado seguido a Nicky para ver a Anahí. A la niña se le escaparon muchas cosas que confundieron a Any, pero que sin embargo dejaba pasar sin preguntárselo a Alfonso.

ABRE TUS BRAZOS A LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora