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Christopher, otro de los médicos de aquella unidad, ingresó a la sala donde Dulce y Poncho se encontraban. Estaba agitado, había corrido con prisa.

-Alfonso, Anahí tuvo un ataque cardíaco - Expresó sin aire llegando a él. El mundo, nuevamente, se detuvo para Alfonso. Pero esta vez su corazón pareció detenerse junto al de Anahí.
Atropelló a todos allí y corrió hacia la sala donde estaba Anahí. Fue el recorrido más largo de su vida, fue como si esa secuencia la viviera en cámara lenta... La vida de Anahí se le iba de las manos.

Llegó encontrándose con los familiares llorando sin consuelo, como aquella noche cuando les dio aquella noticia. Ni siquiera se frenó más de dos segundos para mirarlos, entró y vio como Camilo desistía a la reanimación.

-Ya no hay nada que hacer - Dijo su amigo.

-¡Déjame! - Le quitó el desfibrilador externo de las manos y los tomó en sus manos. Camilo lo miraba con dolor, las enfermeras con pena. No había nada que hacer, su corazón se había detenido. -¡Conecta los electrodos! - Exigió exasperado. Camilo le hizo caso y lo hizo aunque no hubiera nada que hacer. Alfonso apoyo los electrodos en el pecho descubierto de Anahí dándole así la primera descarga. Probó su pulso, nada. Realizó un nuevo análisis y Anahí no superaba el problema, entonces recomendó una segunda descarga -¡260! - Gritó. El cuerpo de Anahí subió y bajó por la descarga, inerte y sin vida.

-Alfonso... no hay nada que hacerle - Habló Camilo. Dulce había llegado y miraba conmocionada a un lado. No hubo respuesta, entonces realizó un tercer análisis indicando un tercer shock. -¡Alfonso ya no hay nada que hacerle! - Gritó Camilo. Alfonso no escuchaba, solo estaban él y Anahí en esa habitación, él queriendo devolverle la vida.

-Vamos mi amor - Lloró. Una cuarta descarga levantó el pecho de Anahí -Vamos princesa. Vuelve mi amor, vuelve- Controló su pulso. Fue en vano. Un grito ahogado se escapó de su boca, un gruñido como si se tratase de un animal gravemente herido. -Te amo. No me dejes - Susurró dando la quinta y última descarga. -¡360! - Volvió a gritar. Si no reaccionaba no habría nada que hacerle. Pero el aparato a su lado le indicó que el corazón de Anahí volvía a latir, nuevamente. Anahí volvía a la vida... volvía a SU vida. Alfonso se desplomó y lloró cuando el corazón de la mujer de su vida se estabilizó. -Gracias Dios - Susurró abrazando con cuidado el cuerpo de Anahí. -Gracias.

*Flashback*

-Gracias. Me salvaste la vida - Dijo con una sonrisa Anahí aunque sucumbida por el pánico. No sabía por qué sonreía cuando un coche estuvo a punto de atropellarla, y si no fuera por Alfonso ella estaría en el hospital, o peor, muerta.

-Deberías prestar más atención, Anahí - Dijo caminando al lado de la chica. Los automóviles seguían su rumbo, las personas también... nadie se había detenido por ella más que Alfonso.

-¿Recuerdas mi nombre? - Preguntó asombrada. Alfonso le hizo una seña indicándole que se sentara en un banco de la plaza. Any lo hizo y él la siguió.

-Como olvidar un nombre tan hermoso y... a una mujer tan bella. Claro te recuerdo, fui quien colisionó contigo en el café - Recordó. Le tomó el brazo y miró su codo.

-Claro que yo también me acuerdo de ti, imposible olvidar a un hombre tan guapo - Alfonso sonrió mirándola fijamente, luego bajó su mirada hacia el codo de Anahí.

-¿Duele? - Preguntó.

-Un poco - Hizo un gesto de dolor.

-En mi coche tengo gasas y alcohol, deberíamos desinfectar esto - Any frunció el entrecejo y negó.

-No es nada, solo un raspón - Le quitó importancia y cruzó su mirada con la verde fusionada de Alfonso, sintiendo algo extraño en su vientre. Sonrió nerviosa y se preguntó que era lo que le pasaba.

ABRE TUS BRAZOS A LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora