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Any dejó caer una lágrima de cada ojo sin dejar de mirar a Alfonso. Sabía que había riesgos, quizás con ella no, pero sí con la niña que era muy pequeña para llegar al mundo.

-Poncho - Susurró. Alfonso se volteó y tomó aire.

-Dime mi amor - Dijo acercándose.

-Estaré inconsciente cuando nazca mi niña, me han dicho que la anestesia será general y... Por todo lo que hemos pasado, cada obstáculo que tuvimos en nuestra vida en este corto tiempo... - Tomó aire y trató de sonreír reprimiendo el llanto. -Quiero que apenas nazca sepas y confirmes que su nombre es Vida. Así quiero que se llame, por favor - Pidió.

-Es un nombre precioso - Sonrió un tanto sofocado.

-Lo es - Farfulló. El anestesista le habló unos minutos mientras le colocaba la anestesia y poco a poco Anahí cayó en un profundo sueño.

-Alfonso, comenzaremos con la cesárea - Indicó Gonzalo, uno de sus colegas. Él asintió y luego que revisaron su presión y otras cosas, comenzaron la operación.

Fuera de la sala de operaciones, la familia de Anahí y la de Alfonso esperaban en la sala de espera.

-¿Cómo estará todo? - Preguntó la madre de Anahí, preocupada. Se abrazó a su esposo porque temía lo peor.

-Esta espera se está haciendo imposible de sobrellevar - Masculló Maite. Dulce se mordía las uñas, ella sabía de esos tipos de cesáreas. Todo podía suceder.

-Tengo que ir - Dijo corriendo. Ucker corrió a tomarla del brazo y la volteó.

-¿A dónde vas? - Preguntaron todos. Ella miró a todos y se soltó de Ucker.

-Tengo que estar con mi hermano - Es lo único que dijo. Llegó a la entrada de la sala de operaciones, donde se hacía la limpieza e higienización, y luego de estar completamente libre de gérmenes y de colocarse la bata, el sombrero y los cubre zapatos de operaciones, entró al quirófano.
Llegó en el preciso momento que el partero sostenía un pequeño cuerpecito en sus manos y otro cortaba el cordón. Sintió unas inmensas ganas de llorar. Era su sobrina.
Se acercó y le hizo un gesto a Alfonso.

-Tranquilo - Le susurró.

-Se llama Vida - Dijo mirándola de lejos, sonriendo pero llorando a la vez. -Es tan pequeña.

-Es hermosa - Dijo Dul. Luego se acercó a la pediatra que examinaba a la pequeña, e inmediatamente notó que le ponían oxígeno, y que aquella máscara tapaba toda su pequeña carita. Era una bebé muy pequeña.

-Dulce, llama al doctor Herrera - Pidió la pediatra. Dulce lo hizo y Alfonso miró a su hija, de cerca, por primera vez. -Doctor, mírela que tenemos que llevarla.

-¿Está bien? - Quiso saber.

-Le diré la verdad, tiene complicaciones para respirar sola, pero es algo normal dado a que nació antes de tiempo - Alfonso se acercó y acarició su pequeña manito fría.

-Eres fuerte. Eres una guerrera, Vida - Luego dejó que la enfermera se la llevara.

Su mirada iba fija en aquella cuna de incubadora donde la habían metido para llevársela, y un grito de Gonzalo lo desconcertó.

-Entró en paro - Dijo seriamente, despejando a todos y dejando libre el pecho de Anahí. -Está perdiendo mucha sangre. Despejen - Indicó.

Mientras le hacían la reanimación a su esposa, Alfonso miraba en shock la escena. Casi se volvía a repetir la historia, como cuando casi la perdió, un tiempo atrás cuando tuvo ese accidente. Ahora no podía perderla, tenían una hija que los necesitaba, que necesitaría de su madre... además estaba Luca... y Nicky.
Dulce, a su lado, miraba la escena con pánico, llorando en silencio. El cuerpo de Anahí se levantaba con cada descarga y podía ver como Gonzalo daba todo de sí para reanimarla.

ABRE TUS BRAZOS A LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora