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Epílogo

Despierto y me levanto de la cama de inmediato, el cansancio no pesaba en mi espalda hoy, anoche no llore desconsoladamente, y a pesar de que el sol no este tan reluciente, yo me siento brillante. Alcanzo mi teléfono que esta en la mesita de noche y llamo a Kenny, habíamos planeado una salida a las 3 en la cafetería, le dije que me fuera a buscar al cementerio, ya que iría a ver algunos "asuntos pendientes"

Marco su número y de inmediato acerco el celular a mi oreja, sonriendo. Al paso de unos minutos él contesta y ahora espero por su saludo con la voz mañanera que tanto adoro escuchar

‐ Hola _________— le escucho decir, su tierna voz, tan ronca y a la vez dulce, no puedo estar más feliz de oírlo saludarme otra vez de ese modo, inconscientemente hago mi tono de voz un poco más agudo

— Hola — doy algunas risitas — ¿seguías dormido? ¿Te desperté? — pregunté, con suavidad

— Si, pero no me quejo, si hubiese sido la llamada de alguien más, no contesto ni loco — sentí la sangre subir por mis mejillas, riendo de nuevo, no porque me estuviese burlando, el simple hecho de estar nerviosa, de sentir el cosquilleo en mi estómago me impulsa a soltar carcajadas en desahogo de mi ansiedad

— recuerda a que hora es la cita, ¡te esperare allí! — sugerí, enlazando un mechón de cabello en mi dedo índice

— claro que si, te veo pronto, cariño — contestó Kenny, me despido y corto el teléfono, antes de comenzar una mini guerra sobre quien debía cortar primero, suena un poco cliché. Pero...para que negarlo, el cliché se siente increíble

Me vestí con una sonrisa en todo el tiempo que estuve haciéndolo, luego salí de mi cuarto y corrí hacia la puerta, gritándole a mamá que ya me iba, dudo que me haya escuchado, su resaca es demasiado intensa como para contestarme. Sin interés cierro con llave y voy caminando por las veredas, hoy el día me sonríe, y aparentemente todo parece ir bien, por fin puedo disfrutar cada vez que mis pies pisan la vereda rocosa, y por fin, el camino no me parece repetitivo, aburrido y traumante, me siento tranquila, bueno, casi tranquila, la culpa me agobia, una y otra vez, la muerte de Clyde pronto se hizo correr la voz, y por más que intentaron los doctores, nada se logró, el cuerpo ya había perdido la vida hace horas

Todo de pronto parece un poco más gris, tire a la basura años de amistad, sin embargo me hubiese dolido más tirar a la basura a mi novio, a mis amigos o incluso a mi madre, el Clyde que yo conocía jamás volvería, él yacía perdido en un bosque incendiado dentro de sí mismo, y yo no puedo repararlo.

Quizás si las cosas hubiesen sido de otro modo, la historia ahora sería diferente.

Crucé la calle y me encontré con unas rejillas negras, muy bajas y con un espacio sobre el pasto que daba la entrada, donde pase por encima y camine entremedio de todas las tumbas, vi una, vi otra, vi diversos nombres de muchas personas, ninguna tenía importancia para mí, hasta que llegué a la de Clyde. Eran las 2:48, y me senté a desfrutar unos minutos con él, coloque un ramo de flores y sonreí

— Clyde, lo siento mucho — susurré, en verdad, de pequeña los asesinatos me parecían algo que no debía ser perdonado, que nadie merece la muerte de ese modo y de que el sentimiento que te lleva a realizar un asesinato es crudo e inhumano. En parte, lo que me llevó a asesinarlo fue la maldad que él mismo llevaba dentro de sus entrañas, en cierto modo ¿es defensa personal? No hay manera, nadie tiene testigos de lo que él me hizo

 Goodbye My love  -  Kenny McCormick ﹟South Park ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora