One.▲

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Una persona normal no suele recordar su primer día de guardería, y tampoco la primera vez en el colegio, pero una vez que empiezas cursos superiores, adquieres una memoria consciente y recordas aquellos días que marcan etapas de tu vida.

Hoy empiezo una nueva, la universidad.

Nunca fui ese tipo de persona que se coloca una venda en los ojos, prefiero vivir con los pies en la tierra, a que cualquier día la realidad llame a mi puerta y acabe con un cuento de hadas construido en mi mente. Es por eso que, debo reconocer que estoy muy nerviosa, el dolor de mi tripa podría compararse con el revoloteo de las coloridas alas de las mariposas en un prado verde en abril. Y el por qué de dicha situación es sencillo: He tenido que mudarme a Londres para poder continuar mis estudios universitarios.

Como ya había dicho, nueva etapa, nueva vida.

Por el momento viviré en un apartamento compartido. Aun no he podido ver al dueño cara a cara, solo hemos hablado por correo para reservar y hacer el pago de una habitación libre en su propiedad, justo al lado de la universidad. Es lo más barato que encontré, y tampoco tenía un amplio abanico de posibilidades, la situación económica era un factor condicionante en la vida de mis padres.

Es por eso que espero poder encontrar un trabajo aquí, uno con el que pueda compaginar mi tiempo de estudio y a la vez ganar algo de dinero para pagar la pensión, me sabe mal ser una carga para mi familia, a pesar de que siempre insisten que no es asi y que "por su niña mueven cielo y tierra".

"Señores pasajeros. Hemos alcanzado nuestro destino"

Suena una voz por megafonía.

"Gracias por viajar con nosotros. Esperamos que el viaje haya sido de su agrado."

Es curioso como tratan de mostrar interés por la vida de los viajeros, aunque en verdad les importe mas buen poco. De cualquier forma, el trayecto había sido largo y agotador, pero por fin había acabado. 

Tras un suspiro, bajo del vagón y recojo mis maletas rápidamente, solo eran dos, tampoco es que tuviera mucho mas equipaje que llevar. Coloco en mi espalda la mochila que había usado como equipaje de mano para llevar sobre todo comida, y abro el mapa de la ciudad.

Decir que es un laberinto es poco. Solo veo líneas rojas, azules y verdes, así que decido cerrarlo y guiarme por mis instintos, o más bien, preguntando cual turista que nunca ha viajado a Londres.

Después de dos incansables horas consigo llegar al apartamento.

Esta en un séptimo piso, pero por suerte, hay ascensor.

Cuando llego allí la puerta está cerrada. Entonces recuerdo el último correo que me escribí con el:

"Te dejaré las llaves debajo de la segunda maceta de claveles. Cuando estés dentro mándame un mail para saber que todo va bien - Sr Mouse"

Tomo las llaves que, como indicaba en el correo, se encuentran en la maceta y abro la puerta mientras pienso en el extraño apellido del propietario. Nunca me ha dicho su nombre, y siempre firma con el que supuestamente es el apellido. Pero he buscado en todas las guías y no hay registro de ningún hombre con dicho apellido. ¿Sera una chica? ¿Que necesidad tiene de esconder su verdadero nombre?

No continúo pensando en ello porque toda mi atención se centra en el piso.

Sus paredes son de color blanco, y están llenas de cuadros. La cocina es de estilo americano y se conecta con el comedor mediante una ventana. El salón tiene dos sofás de piel negros y una pequeña mesa en el centro, la típica para tomar el té. En frente queda una televisión encajada en una estantería llena de libros y adornos de mesa.

Continuo observando la casa y veo un pequeño balcón con las contraventanas abiertas, haciendo que la estancia quede perfectamente iluminada.

Dejo las maletas en el suelo y rápidamente abro el balcón para salir y divisar las maravillosas vistas que desde allí se contemplan. Veo el Támesis, la torre de Londres, el London eye.... y si me giro un poco, el gran puente, además de toda la organización y construcción de las diferentes viviendas. Por suerte es un día soleado, y aun hace temperatura estable, aunque ya echo de menos el frío del invierno. Adoro pasar las tardes en casa con jersey y tomando chocolate caliente.

¿Por que un piso así es tan barato? Cualquier sitio en esta ciudad, y en esta situación costaría un riñón y medio. Supongo que ya tendré tiempo de encontrarle desperfectos, si el precio se mantiene igual seguiré aquí bastante tiempo, o por lo menos mi primer año en la universidad.

Dejo que la brisa de septiembre roce mis mejillas y juegue con mis cabellos mientras cojo el móvil para escribir al señor Mouse:

"Ya me encuentro en el piso, es precioso, y las vistas increíbles. Ya ingrese el dinero de este mes. Espero poder verle en persona para que me de alguna copia mas de las llaves y los papeles de la comunidad.

Atentamente. April."

A los pocos segundos de dejar el móvil noto que llaman a la puerta. En la primera persona que pienso es en el Sr Mouse, pero descarto esa idea cuando abro y veo que no hay nadie.

Giro la cabeza a un lado y al otro como si eso fuera a hacer que la persona que ha llamado aparezca de nuevo. Es entonces cuando bajo la vista y veo un sobre en el felpudo. Cuando lo cojo y lo abro encuentro los papeles de la comunidad y una copia más de llaves.

"Espero que todo este de su agrado. Para cualquier cosa estaré a su disposición. - Sr Mouse"

Sweet Innocence [HS] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora