Fourteen ▲

369 28 12
                                    

Después de unas cuantas curvas mi estancia en el infierno ha terminado. Harry detiene la moto y la coloca para que se sujete, se reincorpora en el asiento y yo sigo sus acciones, puesto que he pasado todo el trayecto agarrada a él.

-¿Ha sido un buen viaje?- Pregunta sacando las llaves.

-Peor que el infierno.- bajo de la moto aún aturdida.

-Te acostumbrarás.- baja él y guarda las llaves en el bolsillo de sus pantalones tras agarrar la moto con candado a un árbol. ¿Me acostumbraré? ¿Piensa que montaré más veces en ese monstruo?

"Si es con él seguro que lo haces". De nuevo la April irracional repiquetea en mi cabeza, pero lo peor es que puede tener razón, porque la April racional no ha contraatacado, ¿qué me está haciendo este chico?

Es ahora cuando me fijo en lo que lleva puesto: Una camiseta blanca de hombreras, tejanos ajustados de color negros y deportivas rojas. He de decir que el cuerpo del chico parece tallado de un bloque de mármol por todo un artista.

-¿Vas a seguir mirándome o caminamos?- de nueva esa sonrisa arrogante que odio pero tanto me encanta.

-Vamos.- sacudo un poco la cabeza para lanzar lejos los pensamientos que tenía sobre el chico y abrocho mi chaqueta para disimular el color carmesí de mis mejillas. Tengo que empezar a ser más disimulada cuando le mire.

Harry comienza a caminar delante de mí y yo le sigo, puesto que no tengo ni la menor idea de donde estamos, ni a donde me lleva. Aprovecho el momento para observar el entorno: Estamos en una especie de bosque, con muchos árboles, hierbajos, y matorrales. Se oye el canto de algunos pájaros, aunque no puedo percibir el tipo que son, también veo ardillas y algún que otro insecto asqueroso. Aún así, se respira paz y tranquilidad, buen lugar para hablar con tranquilidad.

Llegamos a un lugar abierto, una zona de ladera. Hacia arriba hay más bosque, y de frente están las vistas más alucinantes que jamás he visto. Se puede ver casi toda la ciudad desde allí arriba, y es entonces cuando me doy cuenta que estamos muy muy lejos.

-Wow- es lo único que sale de mis labios acompañado de un suspiro y una sonrisa de sorpresa, es un lugar increíble.- ¿Dónde estamos?

-En un sitio.

-¿No me digas?

-Preguntas demasiado April- el chico se sienta en un tronco que hay en el suelo y apoya sus brazos en sus rodillas.

-Soy una chica curiosa- me siento a su lado.

- Lo sé Evans, lo sé. -murmura

-¿Me dirás entonces?

El chico gira su cabeza y me mira unos instantes, de nuevo ese verde brillante hace estragos en mi cuerpo haciendo que mi estomago se comprima.

-Es un lugar especial para mí.- dice finalmente cortando nuestra conexión de miradas y mirando al horizonte, dejándome ver su perfil, igual de bonito que todo él.

-¿Puedo preguntar por que?

-No soy mucho de hablar sobre mí.- aún no me mira y su ceño se frunce.

-A veces debemos abrirnos a las personas.

-Pero eso puede hacernos daño.- comienza a jugar arrancando malezas y yo continuo mirándole, a diferencia de él, que ahora mira para abajo.

-Entonces nunca podrás confiar en nadie.

-Y no lo hago.

-¿No confías en nadie? ¿Ni en tus amigos?- estoy tentando a la suerte con tanto preguntar, sé que se está poniendo nervioso porque cada vez arranca con más fuerza la hierba, este chico es todo un misterio, me encantaría escrutar la niebla de sus pensamientos y llegar hasta él.

Sweet Innocence [HS] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora