Twelve.▲

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Ha pasado casi una semana desde la noche de la fiesta y la discusión con Lucy. No nos hemos hablado desde entonces, pues no se ha molestado siquiera en escribirme para hablar o disculparse, a cabezota no la gana nadie, excepto yo. Para mi sorpresa Niall y Noelle me han dejado de hablar también, aunque a veces me han escrito algún mensaje para pedirme que hable con Lucy, van buenos, es ella quien tiene que disculparse por cómo se portó conmigo, no creo que sea tan complicado pedir perdón, es una tontería, pero ella sabrá cuanto le importo.
Debido a esta situación he pasado los días de universidad sola, como en los viejos tiempos. Que irónico, pensé que en esta nueva etapa de mi vida las cosas cambiarían y emprendería un camino en busca de la nueva April, pero por lo que veo, la vieja April me persigue allá donde voy. De pequeña no tuve una infancia muy feliz que pueda decirse, me pasé los días en casa, leyendo y pintando, pues no tenía amigos con los que salir a jugar. Siempre me considere diferente, incluso a veces reconozco que estaba un poco loca

-Cariño, ¿Por qué no sales al parque a jugar?- pregunta mi madre mientras mira por la ventana

-Mami no conozco a nadie, no quiero salir sola.- contesto sentada desde mi cama con uno de mis libros favoritos en las manos: Alicia en el País de las maravillas. Siempre adoré ese libro y soñaba con encontrar ese mundo de maravillas, sombrereros locos y horas del té. Al leer ese libro sentía que podía evadirme de mi triste y desolada realidad. Hubo una época en la que llegué a pensar que era real.

-Cielo, hay muchos niños fuera, podrías hacer amigos, siempre estás en casa. Yo con tus 8 años me las pasaba fuer de casa todo el día.

-Pero en casa estoy bien mamá, mi amiga la liebre puede venir en cualquier momento.

-¿Otra vez con esas tonterías de la liebre y el sombrerero? April, no son reales, vas a acabar volviéndote loca.

-Pero las mejores personas lo están

-No lo dudo

Mi madre me sonríe y se sienta a mi lado para leer el libro conmigo.

Sé que se sentía mal porque no pudiera tener una infancia "común", siempre trataba de ayudarme a integrarme, pensaba que era un problema de timidez, pero más adelante descubrimos que tenía problemas serios para relacionarme con la gente, por ello estuve en tratamiento psicológico durante 3 años. Finalmente lo superé, pero cuando por fin podía relacionarme con la gente, descubrí que odiaba la sociedad y que no estaba hecha para mí, nunca encontré ese grupo de amigos con el que sentirme bien. Tenía conocidos, compañeros de clase, gente con la que salir... pero no amigos de verdad, de esos que sabes que van a estar ahí cuando estas al borde del precipicio para sostenerte y evitar la caída. Nunca pude confiar en nadie, solo de mi misma.

Por esa misma razón nunca he tenido nada con un chico, y cuando digo nada es nada. Nunca me he relacionado con ellos más que para hacer trabajos, o las tareas juntos. No sé si alguna vez me tiraron fichas, la verdad nunca me preocupe de eso, pues mi cabeza era un naufragio perdido entre las páginas de libros con historias de amor, unas más bonitas y otras más trágicas, pero al fin y al cabo, con final feliz, cosa que en la realidad no solía suceder. En la realidad casi siempre sale alguien lastimado, por ello siempre lo he evitado, el hecho de que Harry se haya topado en mi camino desmorona mis planes por completo, sin seguir una red fija, y eso me aterra, no sé hasta dónde quiere llegar él, y hasta donde me entregaré yo.

Por esa razón me siento tan perdida ahora. Me encuentro de nuevo sola, en un mundo desconocido con miedo a explorar sus tierras, por miedo a confiar en quien no debo, y entregarme a quien no lo merece. Soy una chica que no sabe lo que es tener una amistad de verdad, no sé en quien puedo o no confiar, y mucho menos como llevar una relación, o tan siquiera tener algo con un chico.

Sweet Innocence [HS] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora