4. Primera canción: ¡Toma uno!

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Durante bastantes días, el trío estuvo puliendo la letra y creando la base de la canción. Pese a que tenían la idea de hacer una canción romántica, terminó siendo una canción de desamor. Al final, la idea principal que tenían cambió radicalmente a algo más sentimental y doloroso. La mejor forma de hacer una colaboración musical.

Félix fue llamado en cuanto la pista y la letra estaban listas, él ya había puesto de su parte al ser la gran inspiración para la lírica por lo que no quisieron pedirle más. Técnicamente hizo el trabajo difícil, la idea que nadie más iba a poder aportar.

—Hola, disculpa. Estoy en la puerta de la casa. —dijo al teléfono en un buen coreano.

Tenía ya casi cinco minutos frente a la puerta. Sabía que Changbin tenía a su familia en ese momento en la casa y tenía un poco de vergüenza de tocar y no saber qué decirles. Había estado practicando su coreano casi día y noche. Se había forzado a sí mismo a hablar coreano la mayor parte de su día pero no ayudaba el hecho de que en su escuela, al ser internacional, muchos hablaban en inglés debido a que eran extranjeros. Afortunadamente se hizo de unos compañeros coreanos que le ayudaban con el idioma.

La puerta se abrió y el dueño de la casa lo atendió. Su miedo se terminó por hacer realidad.

—¿Necesita algo? Lleva varios minutos parado frente a la puerta. Lo he estado viendo por las cámaras. —el señor Seo estaba un poco a la defensiva y aunque no era muy alto, su estructura corporal imponía el suficiente miedo como para dejar al joven paralizado.

Y así, su coreano se esfumó.

Entre los nervios y la intimidante presencia del señor, se obligó a sí mismo a contestar rápido.

—Yo... amigo Changbin. —alcanzó a decir de forma atropellada sintiendo temor. Pese a que sabía que eran buenas personas, el señor parecía ser jefe de un grupo mafioso.

El señor alzó una ceja sin haber comprendido bien lo que el joven dijo. Afortunadamente, el antes nombrado bajaba a toda velocidad la escalera de su casa casi cayéndose en los últimos escalones. Sus pisadas fueron lo suficientemente fuertes como para que su papá se girara a verlo.

—Es un amigo. Vino a ayudarme con algo. —mencionó rápidamente mientras intentaba recuperar su respiración.

Sin esperar respuesta, le dio la entrada a Félix parándose detrás de él y guiandolo de los hombros escaleras arriba.

—Que guapo chico. —susurró el papá mientras asentía con la cabeza y cerraba la puerta de la casa.

Changbin abrió su habitación invitando al chico a pasar. Aún era temprano, acaban de salir de clases y Félix era el primero en llegar.

Aunque a que ya tenían un tiempo conociéndose gracias a sus continuos ensayos, ellos dos eran quienes menos hablaban entre sí. Pero el australiano se sentía un poco confiado como para poder mantener una charla sin ayuda de un traductor.

—Tu casa es muy grande. Es muy bonita.

Changbin se sorprendió un poco, tenían unos días sin verse por lo que escucharlo hablar en coreano de forma tan fluida en tan poco tiempo era algo de aplaudirse.

—Gracias. Afortunadamente a papá le va bien con su trabajo. Yo quería empezar a buscar trabajos de medio tiempo pero estoy obligado a iniciar cursos y trabajar con él en el futuro.

—¿Quieres trabajar con él?

El chico lo dudó por un momento. Apretó los labios en una fina línea y dejó salir un gran suspiro.

—No me quejaría. Es un gran trabajo.

—Pero no es lo que quieres. —casi como si le hubiera leído la mente, Félix terminó por completar la frase.

4RACHA  °Stray Kids°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora