5. Primera canción: ¡Error!

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La mañana estaba siendo insufrible. En aquel pequeño puesto de barbacoa no iba ni una sola alma durante las mañanas. Y aunque fuera un placer trabajar cuando no había trabajo, era algo sumamente aburrido. Bang Chan no hacía más que mirar el reloj de la pared esperando a que los minutos pasarán más rápido.

En un intento de que el tiempo pasara más rápido, tuvo que hacer algunos deberes de su trabajo. Arreglar algunos pedidos de los ingredientes que usaban, limpiar las mesas por segunda vez, rellenar los servilleteros, etc.

Algunas personas empezaron a llegar al mediodía para el almuerzo y la comida. No se comparaba al turno nocturno para nada, lo cual era agradable. Menos trabajo para él por la misma paga que su compañero.

Cuando el reloj marcó su hoja de salida, salió casi corriendo del lugar. Antes de salir, empaquetó unas sobras de un pedido devuelto y se aseguró de marcar su salida. Tenía el resto del día libre y lo pasaría en su lugar favorito con sus chicos favoritos.

Como era de costumbre, llegó a la entrada principal de la escuela preparatoria y se sentó en la orilla de los escalones para no molestar. Sacó su teléfono para perder el tiempo y tras varios minutos en redes sociales finalmente escuchó que alguien le hablaba.

—¿Qué traes ahí? —Jisung llegó directo hacia el pequeño empaque del restaurante, en su voz se podía ver la emoción.

Rápidamente Chan los elevó para sacarlo de su radar.

—Se dice hola, maldito malagradecido.

—Hola, maldito malagradecido —repitió en un tono robótico y terminó por dejar salir unas risas, estiró sus brazos alcanzando el empaque, Chan no era muy alto —. ¿Qué es esto?

El mayor terminó por deslizar la mochila del chico y colgarla en su hombro para ayudarle. Y así comenzaron a caminar juntos. Era casi como una rutina que ambos tenían desde que Chan comenzó a pasar por él a la escuela.

—Regresaron un pedido y ya no lo podíamos vender recalentado. Buen provecho.

Jisung apenas probó un trozo de carne relamiendo sus dedos disfrutando del sabor. Amaba comer barbacoa. Hizo un sonido de satisfacción bastante dramático para luego cerrar la caja y seguir caminando.

—¿No vas a comer? —preguntó el mayor alzando las cejas bastante asombrado. Conocía a la perfección como su amigo perdía la cabeza cuando le daban algo de carne.

Pero está vez negó con la cabeza.

—Voy a compartirlo con Félix —dijo —. Aparte me da risa que Changbin se enoje por comer en su cama. —bromeó dejando salir una risa al recordar la última vez.

—Me sorprende que aún te deje entrar con comida después de que te hayas limpiado la boca llena de bbq con su almohada.

—¿Qué te puedo decir? Es el encanto de la familia Han. —se encogió de brazos mientras le dedicaba una mirada con orgullo y algo de superioridad.

La casa de la familia Seo en realidad no quedaba tan lejos de aquella escuela, caminar salía más económico que tomar un taxi o el bus. Así que siguieron caminando por los siguientes minutos.

Los tres chicos habían sido amigos desde hacía bastante tiempo, sus padres habían ido juntos a la escuela y siempre mantuvieron el contacto, incluso cuando él señor Bang se tuvo que mudar a otro país y empezar su familia. Inevitable desde bastante jóvenes fueron obligados a convivir, justo después de que el señor Bang regresó a Corea. Quizás al inicio, debido a la brecha de edad entre Chan y Jisung, no solían llevarse del todo bien. A medida que fueron creciendo y con Changbin de intermediario, la pequeña diferencia de edad cada vez fue importando menos hasta llegar a ser grandes amigos durante su adolescencia.

4RACHA  °Stray Kids°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora